martes, 13 de octubre de 2015

Movimiento.

Era de suponerse que el lunes festivo que pasó sería movido.  Y fue más que eso.  Me fue muy bien en el trabajo y eso que me dieron el sábado libre, el cual aproveché y narré en el texto anterior.  Muchos turistas se devolvieron a casa entre el domingo y ayer.  Ni lo esperaba realmente.

Cierto fue que la sequía que azota este país afectaría los resultados económicos para los comerciantes de aquí, pero pese a eso, fue buena temporada y no hubo demasiado problema.  Como todos los años, el transporte fue el que ganó, gracias a que existe Girardot y su Reinado Nacional del Turismo.

Había comentado que me fue bien en esos dos días y hoy no fue la excepción, enviando a casa el último coletazo de turistas.  La jornada, en especial en la tarde fue muy dura gracias a la lluvia que cayó en Bogotá y gracias a la falta de mantenimiento en la Calle 13 -¡Gracias, Petro!- los trancones fueron apocalípticos.

Lo cierto fue que también aplazaron la jornada del evento en el cual gané la licitación gracias al partido de Uruguay, el cual vi con cierta ansiedad y alegría, por razones que no es necesario nombrar.  ¿Se debió aplazar la jornada?  Que lo digan los que debían participar en ella, por favor.

Otro festivo importante por aquí vendrá, el del Concurso de Bandas, y hay que estar preparado.  Es mi fin de semana sagrado y no me lo perderé por nada.  Ojalá todos los fieles devotos de Anapoima y de sus bandas, puedan viajar y disfrutar.  Pero, antes de eso, viene el día de la quema y también hay que prepararse.

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