martes, 20 de octubre de 2015

Vergüenza.

Desde finales del mes de Septiembre, unos "prohombres" denunciaron una presunta transhumancia electoral no solo aquí, sino también en varios municipios de Cundinamarca y del resto del país.  El resultado, por lo que respecta a esta meseta, dejó a casi mil setecientos ciudadanos oriundos y con vínculos fuertes en esta meseta sin poder ejercer el derecho al voto y elegir a quienes serán sus representantes en el gobierno municipal.

Siento vergüenza, porque el Consejo Nacional Electoral se apegó a varios argumentos que superan el concepto literal de residencia presentados por el "prohombre" que demandó el proceso de inscripción de cédulas aquí.  También siento algo de vergüenza, porque varios de mis amigos y de mis conocidos no presentaron a tiempo los recursos de reposición o porque los que alcanzaron a presentarlos no supieron hacerlo.

Me preocupo todavía más, porque no hay una solución clara.  Apenas en Bogotá habilitaron las inscripciones que se anularon, a esta hora de la vida no se resolvió nada en el resto del país.  Los magistrados del Consejo Nacional Electoral y los funcionarios de la Registraduría se están moviendo al límite para resolver favorablemente este grave asunto en todo el país.  Lo cierto, es que en varios pecados han incurrido y la imagen de esas dos entidades está seriamente diezmada.

En cuanto a mis paisanos involucrados, ojalá puedan votar.  Es lo único que pido ahora.

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