Ayer mi hermano cumplió treinta años, y ya podemos decir que nosotros tres, los hijos de Norman y de Myriam inciamos una nueva etapa y un lento camino.
Y las sorpresas no se hacían esperar. Él vive lejos de aquí y decidió construir una nueva vida, formando una familia, antes que Marcela y que este servidor. A mi padre le dará duro eso porque vivía con él en Funza y lo acompañaba, al igual que yo en mi etapa bogotana. Debo estar preparado para ese momento.
Lo cierto es que esas noticias son señales inequívocas. En algún momento yo también debo abandonar esta morada. No sé cómo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si viene aquí a comentar, que sea para eso, no para armar pleitos. Si viene a otra cosa, váyase para su casita y deje que otros que sí tengan voluntad de comentar correctamente lo hagan.