Durante el día de hoy, las redes sociales de propiedad del señor Mark Zuckerberg -Facebook, WhatsApp e Instagram- sufrieron una caída a nivel mundial, y por supuesto, muchas personas que dependen en exceso de ellas sintieron algo muy parecido a un síndrome de abstinencia. Otros tantos, asumieron tal impase con serenidad y continuaron con sus vidas normales.
Por mi parte, debía entregar un trabajo muy denso de mi maestría, y como en ocasiones no entendía, me refugiaba a ratos en otras actividades. Pude, aunque sufrí. Pero hoy, este día que se acaba, fue distinto para todos, quizá anormal. ¿Fue más productivo? Quizá también.
Hoy seguí aprendiendo a no depender tanto de las redes sociales. Lo necesito. Mis deberes lo exigen y debo ser correspondiente. Debo mantenerme en esa exigencia de quitarle la dependencia tecnológica a mis estudiantes. Y bueno... Este sitio donde me encuentro me pide de vez en cuando disfrutarlo.
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