La gran mayoría de mis allegados, saben que soy hincha del Atlético Nacional, no tan radical como piensan, ni tan "ñero" como se estigmatiza a un grupo importante de hinchas de muchos equipos, no solamente del Verde.
Hoy, Nacional se jugaba su futuro en la Copa Libertadores de América en Argentina. En la ciudad de La Plata, para ser más exacto. Contra Estudiantes, los "pincharratas", los campeones de América en otras ocasiones, los que dirigió Osvaldo Juan Zubeldía, también técnico de Nacional y muy admirado en ambas orillas. Nacional venía de perder de forma increíble ante Barcelona -el ecuatoriano- en el mismo Atanasio Girardot.
Alcancé a observar buena parte del primer tiempo en el Supermercado, pues tenía compromiso en el centro sobre las siete. Vi el gol anulado que le anotaron a Nacional, respiré tranquilo. Vi el piscinazo del delantero de Estudiantes cuando tenía todo para anotar cuando le regalaron la espalda, casi me como las uñas. Vi el disparo marrado por Carrillo, me dije "tenemos suerte".
Lo mejor fue cuando Yulián Mejía disparó y Desábato no pudo cerrar el remate, desviando el balón y desubicando a Hilario Navarro. Ese gol bastó para ganar y recuperar la confianza en el equipo, algo deteriorada desde el partido contra Barcelona y confirmada con el partido infame ante Cortuluá. Estudiantes intentó, intentó e intentó, pero no pudo empatar el juego. Ya me encontraba cumpliendo mi compromiso, y ahora pegado a la radio, me enteré del final del partido y mi semblante cambió. Queda el partido ante Libertad en Medellín, hay que ganarlo y adentro estamos.
En mi familia, mi papá y mi hermano son hinchas fieles de Nacional, aunque no hemos estado cerca de ingresar a un partido, e incluso los tres conocemos Medellín -estereotipo con el que se suele ofender a los hinchas de un equipo que no es de su propia región-. Muchos de mis amigos aquí son hinchas de Nacional también. Y partidos como este, o como el de Newell's el año pasado, nos ponen a sufrir.
Todos los equipos, grandes o chicos, tienen buenos y malos momentos, y ahí es donde se prueba la lealtad de cada uno como hincha. Yo me he molestado por algunas actuaciones de Nacional, es lógico, pero, ¿con la posibilidad de abandonarlo? No creo hacerlo. Con Nacional he crecido, con Nacional he aprendido algo de historia, con Nacional he celebrado muchas cosas. Desde el penal de Leonel hasta ese gol de Yulián Mejía.
Nacional me hará sufrir hasta donde lo considere. Lo seguiré acompañando. No importan las burlas por parte de otros equipos. No habrá violencia, es solo un deporte. Y esperaré pacientemente que el equipo mejore y nos siga dando alegrías, como últimamente acostumbra.
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