lunes, 14 de marzo de 2016

Camino a la puerta 32.

Dentro de poco, cumpliré treinta y dos años.  En este momento, no sé qué pensar respecto a esa fecha, que para mi "fortuna", no caerá en Semana Santa, como en buena parte de mi vida solía suceder.  Hoy viví un momento asqueroso y preferiría no contar sobre eso, al menos hasta que se me pase la rabia.

Lo cierto es que ya una etapa se cerró y espero no tener que revivirla junto a la misma persona, al menos no bajo los criterios de personalidad que ella maneja.  Tanta tolerancia al engaño, a la trampa, a la rotura de las reglas, eso frustra.  Y por ahí mismo, la tierra donde yo vivo y quiero, no ha progresado en veinticinco años y seguirá por el mismo tramo gracias a las pésimas costumbres que tienen ciertos elementos indeseables para que al menos, algo cambie.

Esta noche, dormiré con rabia y con la mente pensando en las consecuencias directas que traen las decisiones mal tomadas.  Así soy yo.  No esperen que me quede quieto.  Poco a poco sabrán cómo reacciono frente a tales actitudes; no esperen tampoco que sea precisamente algún forajido.

De resto, así empieza el camino a mi 15 de Abril.

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