Dentro de poco, cumpliré treinta y dos años. En este momento, no sé qué pensar respecto a esa fecha, que para mi "fortuna", no caerá en Semana Santa, como en buena parte de mi vida solía suceder. Hoy viví un momento asqueroso y preferiría no contar sobre eso, al menos hasta que se me pase la rabia.
Lo cierto es que ya una etapa se cerró y espero no tener que revivirla junto a la misma persona, al menos no bajo los criterios de personalidad que ella maneja. Tanta tolerancia al engaño, a la trampa, a la rotura de las reglas, eso frustra. Y por ahí mismo, la tierra donde yo vivo y quiero, no ha progresado en veinticinco años y seguirá por el mismo tramo gracias a las pésimas costumbres que tienen ciertos elementos indeseables para que al menos, algo cambie.
Esta noche, dormiré con rabia y con la mente pensando en las consecuencias directas que traen las decisiones mal tomadas. Así soy yo. No esperen que me quede quieto. Poco a poco sabrán cómo reacciono frente a tales actitudes; no esperen tampoco que sea precisamente algún forajido.
De resto, así empieza el camino a mi 15 de Abril.
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