Anteayer, una noticia transmitida por W Radio me despertó. No podía creerlo.
Uno de los mejores jugadores que tuvo el fútbol en su historia, falleció.
Aquel hombre que perdió a su padre en su adolescencia, que pasó por las categorías menores del Ajax de Amsterdam bajo la protección del jardinero de ese club, que jugó siempre con el número 14, que prefirió al Barcelona antes que al Real Madrid. Aquel padre de familia que desafió al régimen franquista bautizando a su hijo con un nombre catalán -Jordi-, aquel hombre que fue capaz de irse a jugar con el Feyenoord al final de su carrera, que fue capaz de abandonar a su selección nacional antes de un Mundial, e incluso, generar muchas polémicas dentro de aquella selección que deslumbró al mundo en 1974.
Así es, me refiero a Johan Cruyff. El gran jugador holandés y santo y seña de lo que es actualmente el Fútbol Club Barcelona. Pese a todo lo negativo que se le criticó, él dejó huella en el fútbol del mundo y la selección holandesa encontró un lugar -aunque no ganó nada- en el recuerdo de todos los fanáticos de este bello deporte.
No siendo más, ¡muchas gracias, Johan Cruyff!
(P.D.: Este es un recuerdo del que muchos hinchas consideran como el mejor gol de Cruyff en su etapa en el Barcelona. ¡Disfrútenlo!)
(P.D.: Este es un recuerdo del que muchos hinchas consideran como el mejor gol de Cruyff en su etapa en el Barcelona. ¡Disfrútenlo!)
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