¿Saben por qué titulé esa frase entre comillas?
Sí, porque es un dicho muy popular, y porque de paso, es una mentira más grande que la Piedra del Peñol.
Todos vivimos del qué dirán. No mintamos. Que reaccionamos distinto frente a los halagos, a los chismes, o a las malas palabras que nos dicen, es verdad.
No lo neguemos, queremos matar por dentro cuando alguien nos ofenden. Otros, como yo, respondemos de inmediato, y si no lo sabemos manejar, generamos un gran problema. A los halagos hipócritas, a veces también se desea "matar y comer del muerto"; a los sinceros, muchas veces los recibimos con agrado, en otras minimizamos la emoción.
Por mi parte, yo sí vivo del qué dirán y lo reconozco. Mi imagen es reflejo de mi moral, de mi sentimiento y de cómo hago mis cosas, serias y consecuentes. Así me digan todo lo contrario algunas personas, sé que esas algunas viven y vivirán del objeto que predica esa frase. No oculto mi decepción, ni mi rabia, ni mi tristeza cuando veo o escucho algo que me afecta. No crean que paso todo eso por alto, nunca lo paso, ni siquiera mis errores.
Así, desvirtuando esa frase, valoro cada vez más a la gente por lo que es y me cuido de no juzgarla, no soy Dios para ese fin. Y así como lo planteo, cada uno vivirá del qué dirán a su propia manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si viene aquí a comentar, que sea para eso, no para armar pleitos. Si viene a otra cosa, váyase para su casita y deje que otros que sí tengan voluntad de comentar correctamente lo hagan.