jueves, 26 de noviembre de 2015

Paz y salvo.

Era un ritual de todo fin de año lectivo, más exactamente por aquellos días de Noviembre recoger esa tira de papel con varias líneas para ser firmadas.  Por lo general eran seis líneas, distribuidas a lo largo de esa tira, que debía ser diligenciada en menos de un día, programado por el mismo colegio para que todos sus estudiantes pudiesen recibir sus boletines de fin de año y en el caso de los grados undécimos respectivos, poderse graduar como bachilleres.

La primera parte era revisar si el pupitre en el que se sentó cada uno durante todo el año estaba en buen estado: estructura, maderas, estante, tornillería o remaches según correspondiera.  Si alguno de esos elementos estaba en mal estado, no había de otra, conseguir las partes de madera donde el carpintero si estaban dañadas, ir donde los Ropati a soldar la estructura si por la brusquedad se despegaba o buscar los tornillos y las tuercas para dejar todas las partes bien ajustadas.  ¿Falta algo?  ¡Por supuesto!  ¡El bendito pupitre debía estar al menos lijado y lacado!  ¡Tanto me acuerdo de esas jornadas eternas donde se debían usar esas lijas 3M o Abracol para borrar todos esos dibujitos y rayones para poder estar libre de ese aspecto!  ¡Y todo el mundo con su aerosol de Pintulaca para dejar como nuevo su pupitre!  Así cada director de curso firmaba su casilla para continuar con el proceso.

Esa era la parte más difícil de todo el proceso del paz y salvo, queridos amigos.  Pero, hubo otros aspectos que por la misma premura del tiempo, eran casi misión imposible.  Siempre que estuvo Fabio Edilberto Jara como rector del Departamental, era obligatoria la romería por su oficina para pedir su firma, con una curiosidad: Él tenía un sello de tinta con su firma original, y para ganar tiempo con nosotros, lo estampaba con una facilidad impresionante para dejar su firma en el espacio donde correspondía ubicarse.  Alguna vez no estuvo presente y delegó a las secretarias para que hicieran ese deber, con el fin de no perjudicar a los estudiantes.

También había que pedir firma en coordinaciones, en especial la disciplinaria.  Sabrá Dios cómo harían para conseguir esa firma aquellos que eran visitantes frecuentes de esa oficina, pero lo cierto es que todos salían con esa casilla llena en su formato.  No recuerdo bien si en académica debía solicitarse firma alguna.  Alguna otra ocasión también debimos pedir firmas de biblioteca y del profesor o de la profesora que tuviera a cargo los laboratorios.  Esas firmas eran un poco más sencillas, pues estas personas estaban disponibles casi toda la jornada.

Con ese papel lleno de firmas en la mano, cada director de curso lo recibía para luego entregarlos a la oficina del Secretario Pagador y cada uno solo debía esperar a la entrega final de boletines para terminar su año lectivo en paz.

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Esos son mis recuerdos de la jornada de "paz y salvos" que cada Noviembre de mis años en el Colegio Departamental Integrado de Anapoima.  En cierto año sufrí con ellos, no recuerdo por qué, pero casi no consigo salir limpio en cuanto a documentación.

Hoy cumplo dieciséis años de mi graduación como bachiller, uno de los pocos momentos alegres de mi vida.  Desde hace algunos días, quería rememorar esa jornada loca donde todos luchaban contra el reloj para conseguir esos autógrafos, pareciéndose más a una sesión con estrellas del rock.

Mis compañeros sabrán corregirme si he sido inexacto o entregué algún detalle que falte a la verdad, pero sabrán comprender que estos años no han pasado solos.  Lo cierto es que el fin de recordar esas jornadas, se ha cumplido.

sábado, 21 de noviembre de 2015

"Cat People".

Paul Schrader, conocido por dirigir películas como "Taxi Driver" y "La última tentación de Cristo", dirigió una película denominada "Cat People", protagonizada por Natassja Kinski y Malcolm McDowell -el mismo de "La Naranja Mecánica"-.  Schrader deseaba tener a David Bowie para que interpretase al menos un tema de su película, anhelo que se cumplió, pues Bowie interpretó el tema principal de la película y lo incluyó en su álbum "Let's Dance", grabado tiempo después del lanzamiento de la película, pero con esta canción regrabada por una cuestión contractual que tenía el compositor del tema para ese entonces.

Giorgio Moroder, compositor de este tema, nació el 26 de Abril de 1940 en Urtijëi, en la región italiana del Trentino y el Alto Adigio.  Es conocido como el pionero de la música electrónica y como tal, ha contribuido en muchas composiciones de artistas especializados en estos géneros desde los años setenta hasta hoy.  Esta composición suya está influenciada en forma leve por el rock gótico y con la voz de Bowie, mantuvo su oscura esencia para mantener la línea de la película.

Quentin Tarantino seleccionó esta canción para su película "Inglorious Basterds" y se expone específicamente en la última parte, donde Shosanna planea con delicadeza su ansiada venganza contra los nazis.

Mis agradecimientos para Alejandra por no dejarme dormir anoche sin ver esa grandiosa película y disfrutar de esta maravillosa canción.

¡Sírvanse escucharla!




"See these eyes so green,
I can stare for a thousand years,
colder than the moon.
It's been so long,
and I've been putting out fire,
with gasoline!"

"See these eyes so red,
red like jungle burning bright,
those who feel me near,
pull the blinds and change their minds,
It's been so long!"

"Still this pulsing night,
  aplague I call a heartbeat,
just be still with me,
ya wouldn't believe what I've been thru,
you've been so long!
Well, it's been so long!
And I've been putting out the fire,
with gasoline,
putting out the fire, with gasoline!"

"See these tears so blue,
an ageless heart,
that can never mend.
These tears can never dry,
  a judgement made,
can never bend."

"See these eyes so green,
I can stare for a thousand years,
Just be still with me,
you wouldn't believe what I've been thru,
you've been so long!
Well, it's been so long!
And I've been putting out the fire,
with gasoline,
putting out the fire, with gasoline!"

"-It's been so long, it's been so long-
Well, it's been so long!
-It's been so long-
I've putting out fire!
-It's been so long-
It's been so long!
-It's been so long-
I've putting out fire!
-It's been so long-
It's been so long, so long, -so long, so long!-
 It's been so long, so long, -so long, so long!-
I've putting out fire!
-It's been so long, so long, so long, so long!-
 I've putting out fire...!"

 

sábado, 14 de noviembre de 2015

Armero.

Todo 13 de Noviembre, desde que tengo uso de razón, recuerdo la triste historia del cómo esta población del Tolima fue arrasada por una avalancha de lodo, piedras y otros fluidos volcánicos salidos del Nevado del Ruiz, en una noche donde sus pobladores, en medio de la ignorancia, la angustia y la impotencia, poco pudieron hacer para salvarse, salvo unos pocos que lograron sobrevivir al fenómeno y otros que por cosas de la vida no estuvieron en ese sitio.

Muy pocas veces, no más de cinco, he cruzado por las ruinas de Armero.  Me he enterado de lo que sucedió esa noche gracias a la televisión y algunas publicaciones.  He de imaginar qué tan aterradora fue esa noche.  Aún más indignante fue saber que el Gobierno en todos sus niveles hizo oídos sordos respecto a la amenaza del Nevado.  Todos sabemos cuáles fueron las consecuencias.  Sobra comentar sobre Omayra también.

¿Vivirá algún sobreviviente en Anapoima?  Lo dudo.  Lo cierto es que los que sobrevivieron, llevan consigo una carga que es difícil de librar por mucho tiempo.

En fin, tengo pendiente una visita a Armero.  Es un deber moral.  Armero no ha muerto para los colombianos, esa imagen con la que el país se despertó aquella mañana de 1985 es imborrable para nuestras memorias.  Pronto haré ese viaje y les contaré qué viví, qué sentí, qué me queda de lección.  Es una promesa.