jueves, 31 de marzo de 2016

Azules contra verdes.

Hoy se jugó un partido pendiente por la novena fecha, el cual originalmente estaba programado para el doce o el trece de este mes que termina, pero por una situación insalvable para el club visitante llamada Copa Libertadores de América, se tuvo que aplazar.

El Estadio Nemesio Camacho "El Campín", la majestuosa casa del fútbol profesional colombiano desde sus inicios, y la cual alberga a dos clubes que han hecho buena parte de la historia en cuanto a títulos dentro del profesionalismo, era el escenario de este partido.  Millonarios era el local.  Atlético Nacional, el club colombiano de mis amores, por supuesto, fue el visitante.

Estos dos clubes, no tenían una rivalidad fuerte hasta 1989, el año donde Nacional logró su Copa Libertadores, eliminando en una tensa y polémica serie de cuartos de final a Millonarios.  Rondaba el nefasto entorno del narcotráfico, del cual prefiero no hacer precisión alguna, pero que hasta el día de hoy, es arma para atacarse entre algunos hinchas que extrapolan el aspecto deportivo a otros aspectos del diario vivir en este país.  Siendo así, y conociendo algunos desmanes que han protagonizado algunos mal llamados hinchas, los hinchas verdolagas no podrían ingresar a El Campín.

Algunas personas del común, sin necesidad de portar camiseta alguna, simpatizando a su equipo desde el corazón, pudieron ingresar, pero con una evidente discriminación, consistente en que algunos otros mal denominados hinchas, "invitaron" a salir a un padre de familia junto a sus hijos por no portar una camiseta de Millonarios.  Qué infamia.  ¿Cuándo aprenderán esos individuos que el fútbol no se califica por las camisetas?

Pasemos a lo que realmente interesa, el partido.  No habían transcurrido quince minutos y Nacional pudo ganar el partido con tres oportunidades clarísimas, una de Jonathan Copete que cerró bien Nicolás Vikonis y dos tiros que salieron desviados del palo derecho del mismo portero por parte de Marlos Moreno.  Millonarios poco a poco despertaba y logró encontrar un hueco en la defensa verdolaga que no pudo aprovechar correctamente David MacAllister Silva.  Así, con el marcador en cero y una aparente igualdad finalizó el primer tiempo.

Llegó el segundo tiempo y Nacional dejó que Millonarios lo presionara hasta la línea de su propia meta, por lo visto.  Y en una de esas presiones, Alexis Henríquez, un experimentado defensa, quiso tocar en vez de patear lo más lejos posible el balón, lo pierde con Maximiliano Núñez, quien llega hasta la línea de fondo, pasa el balón descuadernando la defensa y Silva, quien ya había encontrado la falla, fusila por bajo a Franco Armani.  Primer gol y algarabía de los hinchas azules en su estadio en el minuto 56.

Ocho minutos después, Francisco Nájera, otro defensa experimentado -y que conoce la plaza- comete el mismo error que Henríquez, se deja presionar y no revienta el balón rápido, se lo cortan en el intento, Michael Rangel evita que el balón traspase la línea de fondo, cruza rápido y Silva, ante la marca insípida de cuatro verdolagas, fusila de nuevo a Armani, esta vez por alto.

Nacional quedó frío e incapaz de sobrellevar esos golpes.  Víctor Ibarbo, seleccionado nacional, cayó en las provocaciones de los jugadores azules y se hizo expulsar de una forma demasiado imbécil dada su categoría.  Con ello, el Verde terminó de desdibujarse en la cancha y por poco recibe el tercer gol gracias a que un disparo de Rangel termina en el horizontal de la portería que defendía Armani.

Pocos instantes después, Luis Carlos Ruiz, en una increíble galopada, intenta colgar a Vikonis, pero el uruguayo alcanza a detener el balón, se le escapa, y Orlando Berrío, cabecea sin oposición y descuenta el marcador en ese gris partido .

Los hinchas verdolagas en Anapoima, como yo y como buena parte de mis paisanos, terminamos muy decepcionados por el juego que mostró Nacional en Bogotá.  Nunca pensamos que un equipo, que para muchos se ha visto muy rústico y de pocas ideas en ataque, pudiera golpearnos así.  Pero, bueno, así es el fútbol y la próxima fecha habrá algún desquite.

===========

Deseaba mucho ver ese partido, porque, primero, es uno de mis anhelos, y segundo, se me facilita un poco el viaje, a pesar del horario.  Es una pena que algunos pésimos elementos para la sociedad mal llamados "hinchas" pasen por encima de los clubes, de las autoridades y de las demás personas para evitar que personas que no simpaticen con ellos, ingresen a un estadio para disfrutar por dos horas un sano espectáculo.

En esa fría noche de jueves, supe por todos lados que la hinchada de Millonarios, sean barrabravas o sean personas normales y que hacen algo bueno por esta sociedad, deseaba este partido como cazador a su presa.  Y siempre ha sido y será así.  Millonarios siempre verá a Nacional como su rival más enconado fuera de su vecino de patio, Santa Fe.  Desde aquella Libertadores de 1989 y las polémicas que han cubierto a ambos equipos, las acusaciones nunca han parado.

No me gusta usar tales acusaciones porque eso es capítulo pasado, porque nos afectó a todos y porque para mí lo único que interesa realmente es lo que suceda en la cancha.   Hoy ganó Millonarios, contrario a lo que deseaba.  Sus hinchas están muy felices, incluyendo mis amigos que simpatizan con ese equipo.  Se burlarán de mí, pero lo minimizo, es simplemente fútbol, así como de vez en cuando me burlo -y en tono de chanza, nunca en término extremo- de mis amigos que tienen la mala fortuna (?) de vestir esa camiseta en ciertos días.

Yo me iré a descansar, decepcionado, pero sabiendo que mi Nacional recompondrá el camino y mejorará no solo para sus restantes partidos en la Liga, sino también para el anhelo que todos los hinchas verdolagas tenemos: Conseguir la Copa Libertadores de América.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Dieciocho veces dieciocho, Samuel.

Ayer, antes de la jornada futbolera, salió por noticia nacional la condena al ex-senador y ex-alcalde de Bogotá Samuel Moreno Rojas, eternamente conocido por la corrupción que reinó en su administración distrital, y con la perla de los vínculos que tuvo con los Hermanos Nule para las obras de la Troncal de la Calle 26 para Transmilenio.

No sé por qué a este personaje no le dio por intentar lo mismo en la China -la comunista-.  Merecía más condena.  Bogotá y buena parte del país lo repudian no solo por eso, sino por las fiestas que ofrecía en su "reclusión de lujo", un cuartel militar.  Colombia no puede permitir que personas como él -desde su hermano en adelante, porque está metido en ese cuentico- sigan defraudándonos y llevándose para su tesoro lo que pagamos por impuestos y lo que supuestamente se invierte para nosotros.

Cierto es que esos dieciocho años pueden convertirse realmente, en menos tiempo.  Ya no podrá ejercer función pública alguna jamás dentro de lo que le resta de vida.  A los Nule aún les falta algo para que también se les termine su fiestica de argucias judiciales y esquivar sus condenas, porque incluso aquí metieron sus corruptas humanidades.

Samuel Moreno, tuviste mucha suerte, personalmente te deseé que esa condena hubiera sido dieciocho veces dieciocho.  Igual, alguien allá arriba te la cobrará entera y sin ninguna pena.

martes, 29 de marzo de 2016

114.

A esa cifra llegó el listado de cupos, entre nominales y numéricos, de deportistas colombianos que participarán en los venideros Juegos Olímpicos a realizarse en Río de Janeiro.  La selección masculina Sub-23 de fútbol, aunque sufriendo y con muchas dudas tanto en su capacidad táctica como en su calidad técnica, derrotó -quizá contra pronóstico- a su similar de los Estados Unidos por 2-1, en casa "gringa", lo cual permitió su propia clasificación a los Olímpicos y sumar números para superar la cifra de deportistas que viajaron y participaron en los pasados juegos de Londres.

Honestamente, me declaré muy neutral respecto a este asunto, pues me encontraba en medio de dos sentimientos.  Uno, el recuerdo del Londrinazo.  El otro, el deseo consistente en que Colombia tenga una buena cantidad de deportistas en unos Juegos Olímpicos -y con altas posibilidades de conseguir medallas-.

Primó el segundo al final.  En varias partes dije que Baltazar Medina -el presidente del Comité Olímpico Colombiano- se frotaría las manos cuando Roger Martínez anotó cada gol que daría redondez al marcador final en tierras tejanas, aún después del infortunado autogol de Deiver Machado.  Supongo que el señor Medina iría a dormir muy contento después de tantos insultos, de tantas críticas y de tanta alegría desplegada por buena parte de los aficionados hacia esa selección, pues después del partido de la selección mayor ante Ecuador no muchos quisieron irse de largo hasta pasada la medianoche.

Aún faltan más deportistas por clasificarse, en especial los bicicrosistas, que tienen al menos una medalla segura.  Seguramente llegaremos a los ciento veinte deportistas en Río.  Queda camino y por ahora, puedo decir que la Federación de Fútbol tendrá una tarea durísima en estos cuatro meses que vienen, porque no solamente se tienen que ocupar de esta ahora selección olímpica, sino de su par femenino y de la mayor que competirá en la Copa América que se realizará en los Estados Unidos.

lunes, 28 de marzo de 2016

La frase.

"No se monta la bestia antes de ensillarla".

Así de sencillo.  Con esa frase puedo resumir buena parte de mi filosofía de vida.

Y quizá sea una de las razones por las que prefiero ser muy cauto y demasiado preciso para elegir algo que pueda cambiar mi futuro.

La seguiré aplicando, por los siglos de los siglos.

domingo, 27 de marzo de 2016

Éxodo y soledad.

Entre ayer y hoy, se fue todo el grueso de turistas que visitaron esta meseta durante esta temporada .  Desde ayer, porque el susto que muchos han vivido con los trancones de las vías de ingreso a Bogotá era suficiente imagen para sus visiones, y hasta hoy, porque era justo y necesario disfrutar de la Semana Santa al completo.

Salí muy varias veces de casa durante el día.  La primera, en la mañana, donde alcancé a observar las ceremonias religiosas del día tanto en mi barrio como en el centro.  La segunda, pasado el mediodía, alcanzando a notar algo de tráfico y una reinante vuelta a la normalidad.

Después de observar el partido entre Nacional y Deportivo Cali, volví a salir de casa, por una última vez en el día.  Me sorprendió la soledad reinante del entorno propio de la carretera que conduce a Bogotá.  Pocos autos, algunos buses, otros tantos vacíos y en búsqueda de pasajeros.  Los turistas decidieron de una vez por todas irse temprano a casa.  Lo visto en las noticias durante el día confirmó todo.

Lo cierto es que después del éxodo, viene la soledad, porque así pasó la noche esta meseta, sin muchas personas en sus calles.  Y después de la soledad, vuelve la acostumbrada normalidad que siempre ha mantenido Anapoima por muchos años.

sábado, 26 de marzo de 2016

Cruyff.

Anteayer, una noticia transmitida por W Radio me despertó.  No podía creerlo.

Uno de los mejores jugadores que tuvo el fútbol en su historia, falleció.

Aquel hombre que perdió a su padre en su adolescencia, que pasó por las categorías menores del Ajax de Amsterdam bajo la protección del jardinero de ese club, que jugó siempre con el número 14, que prefirió al Barcelona antes que al Real Madrid.  Aquel padre de familia que desafió al régimen franquista bautizando a su hijo con un nombre catalán -Jordi-, aquel hombre que fue capaz de irse a jugar con el Feyenoord al final de su carrera, que fue capaz de abandonar a su selección nacional antes de un Mundial, e incluso, generar muchas polémicas dentro de aquella selección que deslumbró al mundo en 1974.

Así es, me refiero a Johan Cruyff.  El gran jugador holandés y santo y seña de lo que es actualmente el Fútbol Club Barcelona.  Pese a todo lo negativo que se le criticó, él dejó huella en el fútbol del mundo y la selección holandesa encontró un lugar -aunque no ganó nada- en el recuerdo de todos los fanáticos de este bello deporte.

No siendo más, ¡muchas gracias, Johan Cruyff!

(P.D.: Este es un recuerdo del que muchos hinchas consideran como el mejor gol de Cruyff en su etapa en el Barcelona.  ¡Disfrútenlo!)

 

viernes, 25 de marzo de 2016

Viacrucis y cerveza.

La noche anterior, me junté con Robinson con el plan específico de buscar comida.  Al notar que buena  parte de los restaurantes de comida rápida que hay sobre el Camellón -la Carrera 2, ya sobre el centro-, decidimos ir a un sitio donde venden arepas al norte del Comando de Policía.  Luego de haber "cenado", la idea era separarnos en cierto punto del centro para ir a sus casas, pero a Robinson le picó el bicho de la cerveza.

Nos tomamos de a tres, y nos pusimos a conversar y a rajar un poco de todo lo que había sucedido en el día, incluso de mis historias en otras latitudes de Cundinamarca, tocando el tema de ese lindo experimento deportivo llamado "Temporadas Intercolegiadas", donde buena parte de los municipios de este departamento conocieron algo más allá de sus propias provincias.  Lo cierto fue que nos dio el Viernes Santo ahí y Robinson decidió ir a su casa de propiedad, apurado y conmigo de acompañante, pues preciso vivo en el camino.

===========

Tres horas y media después de haber dormido, me desperté, no sin antes resolver la duda de si asistir o no a la peregrinación que se acostumbra realizar, en el Alto de San Judas.  Decidí asistir, el reloj biológico hizo una rareza y terminó de levantarme.  Desayuno, salgo y justo a las cinco y media de la mañana llego al punto de encuentro, la salida hacia la Vereda San Judas.

Como el año pasado, como siempre, el deber espiritual primó antes que el deber físico de ascender y probar mis condiciones en el ascenso.  Me encontré con muchos paisanos, amigos y uno que otro conocido de afuera; quizá alguno de ellos no me haya reconocido.  Llegué hasta la cima sin afugia alguna, y pude, pese a la congestión, hacer mi petición espiritual.

Al final de la jornada, solo quedaba otro deber.  Ver a la distancia mi casa.  Allá, bajo un sol que ya empezaba a convertirse en inclemente, contemplo lo que es ahora la urbe en la cual se centra mi meseta. Y como siempre, cumplí con el objetivo del día.  Así, unas cuantas horas después de tomar unas cervezas en un día donde no suelo tomar ni una sola gota de alcohol.  Pero, dicen por ahí, que quien peca y reza, empata.

jueves, 24 de marzo de 2016

Patrioterismo barato.

En la tarde de hoy, observé el partido entre las selecciones de fútbol de Bolivia y Colombia por la Eliminatoria Sudamericana al Mundial de Rusia a realizarse en el verano del 2018.  El primer tiempo lo observé en casa; el segundo, en la cafetería anexa al supermercado que hay en el parque de este poblado.  No quise verlo en un bar, aparte de que estaban lo suficientemente llenos, odio juntarme con borrachos.

Cuando Bolivia anotó el segundo gol, el cual celebré moderadamente -por supuesto, y ustedes saben por qué-, un pendejito de los que abundan en cualquier caserío, y el cual me carga mucha bronca porque lo he callado y con argumentos, intentó buscarme pelea con el argumento más estúpido que he escuchado en más de treinta años de vida:

"Venga y le enseño a respetar a Colombia"
 
No sabía si reírme a carcajadas o levantarme de la mesa en la que estaba yo ubicado en ese momento.  Hubiera sido muy correcto reírme a carcajadas y que todos ahí escucharan, diciéndole de paso: "¿Este huevoncito me va a enseñar a respetar, si no es capaz de respetarme ni a comportarse como un hombre de bien?"
No hice nada, solamente atiné a decir:

"Muéstreme la Constitución y la parte donde dice que debo apoyar a ese equipo"
 
Se quedó callada la escoria esa.
Y muy clarito sé que no está consignada en ninguna parte de la Constitución la obligación de apoyar a la selección masculina de fútbol.  Sé que por lo consignado en ese libro, que algunos cuantos la perratean como si fuera servilleta, debo respetar los símbolos patrios, a los cuales nunca fallaré, contrario a lo que hizo un actual concejal de aquí que arrastró una bandera -no recuerdo cuál fue, pero lo hizo- como vil trapo en un evento cultural que se realizó hace algún tiempo.  Y que yo sepa, la selección de fútbol no es un símbolo patrio.

Problemas más graves afrontan este poblado, mi departamento y mi país como para que me desvele la celebración por ver a una selección de fútbol que no me convencerá ganar sus partidos y clasificar a un Mundial, si es que lo logran.  Ojalá el grueso de habitantes de este país valore qué hace celebrando así eso, en vez de deplorar con la misma magnitud la corrupción que impera en cada rincón de este territorio y tantos crímenes que nos han dejado sin recursos y sin algunos de nuestros hermanos.

Ganó la selección en los últimos minutos, sí.  Sonreí un poco, porque el fútbol es un deporte y como deporte se tiene que quedar lo que pasó allá en Bolivia, resultado incluido.  Hubo gente que me dijo que estuviera tranquilo, lo agradecí y acoté de paso que esto solamente es un deporte y lo que suceda ahí se queda ahí; hasta me preguntaron quién era ese pendejito.

Y con esta reflexión que va dirigida a ese pendejito y a muchos de mis paisanos que creen que así borramos todo lo que hemos vivido en poco más de veinticinco años, me despido.

"Por personas como esas, y pensamientos como esos, Anapoima no ha podido progresar en un cuarto de siglo y dudo mucho que podamos hacerlo"

miércoles, 23 de marzo de 2016

Respuestas serias.

Con este texto, quiero responder a la incógnita que plantea Aleyda en el texto de su blog, sobre las cosas serias.

La seriedad, para mí y para mucha gente, es la actitud responsable y consciente que puede y debe tener una persona frente a sus propias obligaciones.  También, se suele confundir con la adustez, aquella expresión facial que no denota ni alegría ni tristeza, pareciendo en ocasiones dura, pero que normalmente es una cuestión de autodefensa.

Partiendo de ese concepto, considero que las cosas son serias cuando tienen un fundamento lo suficientemente fuerte y argumentado para que duren en el tiempo.  Y ya tocando el tema de las relaciones sentimentales, como lo plantea el texto, debe existir mucho compromiso entre ambas partes para que la relación dure y rinda frutos, en el determinado caso de llegar a formar una familia; si falla el compromiso, terminará y se debe asumir el final de ella con la misma seriedad con la que se formó.
 
La seriedad no tiene frontera alguna.  Si uno es serio y alguien es serio, hasta el final va, incluso con algunas cosas que podrían tildarse de irracionales.  Por fortuna, a mucha gente le valoran y le han valorado su seriedad como corresponde y ha podido salir adelante sin tacha alguna; a muchos otros, le han valorado todo lo contrario e igual han podido mantenerse en lugares que no merecen.
 
Ojalá estos muchachos de aquella conversación sigan por ese camino correcto de valorarse y valorar a las personas con las que probablemente deseen construir un futuro como familia.  Con esto espero haber contribuido a resolver la incógnita y a formar una sociedad de valores.

martes, 22 de marzo de 2016

"El bueno, el malo y el feo".

Ennio Morricone, compositor italiano nacido en Roma el 10 de Noviembre de 1928, es famoso por su amplia y notoria producción musical para el cine, por el cual, ha sido nominado y premiado en muchos premios internacionales.  No obstante, hasta el Febrero pasado, pudo conseguir un Premio Óscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos por la banda sonora de "Los ocho más odiados".  Fue un buen trompetista, y luego de componer su primera obra a los seis años, su padre lo matricula en la Academia Nacional de Santa Cecilia.  Su fama empezó a consolidarse de la mano del director y gran amigo Sergio Leone, quien lo buscó para que compusiera la banda sonora de sus películas y resultando en un enfoque diferente al género Western.

Una de sus obras más reconocidas, es la banda sonora de la película "El bueno, el malo y el feo", tercera película de la famosa "Trilogía del Dólar", protagonizada por Clint Eastwood y dirigida por Sergio Leone.  Es quizá, la carta de presentación internacional de este magnífico compositor.

¡Escuchen esta maravillosa obra y disfrútenla!

lunes, 21 de marzo de 2016

¿Hubo algo para hacer hoy?

...

Este día fue sumamente aburrido, aparte del hecho de haberse programado durante la Semana Santa.  Sí, de acuerdo, hay mucho turista en el pueblo y ya se siente esta pequeña temporada vacacional.  Trasladaron las festividades que solían hacerse para este mes -el Encuentro de Danzas- para Mayo por una cuestión administrativa y eso pudo influir también en el flujo de turistas.  Yo no encontré plan alguno, mi padre y mi hermano andan lejos.  Pasé buena parte del día en casa y otra parte caminando por ahí, quizá conectándome para escuchar algo de música.

Necesitaba, aunque no lo pensara así, pasar un tiempo lejos del ajetreo que se causaba en mis labores para ganarme esta vida y la otra.  En algún momento alguien me dijo que sin mí esa labor era un caos.  Alcancé a notarlo, sí.  Lo cierto es que conforme pasan las horas, ese lugar ya no es mi lugar.

Quién sabe si haga algo durante esta semana de reflexión.  De pronto, lo que acostumbro, pero ni ganas de atender los llamados de mi creencia quedan.  Habrá fútbol internacional y considero que valdrá la pena seguirlo.  Algo claro hay, habrá algo de tiempo para resolver ciertos pendientes que hay por ahí.

domingo, 20 de marzo de 2016

#Parqueocomounimbécil: Reto Anapoima.

Desde tiempos inmemoriables Anapoima ha vivido su propio calvario en cuanto a su propia movilidad y el manejo del estacionamiento de muchos vehículos particulares en el centro de su área urbana y en algunos sitios de especial manejo como lo son el Estadio Municipal y el Templo de Jesús Misericordioso, ambos ubicados en el Barrio Liberia.

Pese a los esfuerzos varios y ocasionales que realizan las autoridades municipales, nunca faltarán en estas temporadas festivas algunos aprovechados y otros cuántos imbéciles parquean sus vehículos en el sentido norte - sur de la Carrera 2, exactamente en la parte que embaldosinó la peor administración municipal de nuestra historia -entre las Calles 2 y 7- y en la recientemente inaugurada obra que continuó con el baldosín desde la Calle 2 hasta la Plaza de Mercado.

Así existan las señales que indican que está prohibido parquear -que sinceramente dan mucha risa por su tamaño- y las excepciones debidamente reglamentadas para las motocicletas, los taxis y un espacio que hay justo abajo de la Concentración General Santander, este poblado seguirá en las mismas y vivirá aquellos días de colapso total cuando la Carrera 2 era el eje vial y social hasta aquella perversa decisión del 2004, donde dimos pena incluso a nivel nacional.  (Sí, tuvimos el descaro de realizar un Concurso de Bandas cuando aún estaban en plena obra de baldosín)

La administración municipal deberá de construir un plan de movilidad -que nunca ha tenido Anapoima- para evitar que el centro se congestione gracias a los muchos turistas que viajan en auto particular y que por falta de información, parquean el carro en la calle como si de cualquier acera se tratase.  Deberá fomentar la construcción de parqueaderos con algún incentivo, y si no se soluciona esto con éxito, no le quedará más remedio que hacer lo que hizo Santa Fe de Antioquia, prohibir el ingreso y el parqueo de cualquier vehículo en su zona céntrica.

===========

Anoche vi una Toyota Hilux último modelo, particular, parqueado de una forma bastante pintoresca e infame sobre un sitio donde está claramente indicado que solo pueden parquear bicicletas y motocicletas.  Tomé mi teléfono móvil para capturar esa imagen y en ese preciso momento, llegó el dueño del vehículo, lo cual hizo que me arrepintiera de tal acción.  Solo pude decirle "a la próxima, mire el aviso que está ahí, solo pueden parquear bicicletas y motocicletas".

Así como contribuyo a que todo en mi casa funcione como debe, con la movilidad también lo haré.  Es una pena que la Policía y la Alcaldía se hagan las ciegas con este asunto.  Y como el título lo indica, en este poblado abundan imbéciles que por tener auto propio -incluso de alta gama- pueden hacer con las calles que cruzan lo que se les pega la gana.

Esta etiqueta que está por título la encontré gracias a Twitter y a una de sus promotoras, observando muchas cosas de las que he alcanzado a describir.  Espero poder contribuir pronto aquí mismo.

sábado, 19 de marzo de 2016

"Like a Rolling Stone"

El jueves 10 de los corrientes, hizo su presentación en el Estadio Nemesio Camacho "El Campín" el grupo de rock más longevo de la historia de la música universal, The Rolling Stones.  Aquella banda que vio la luz en Julio de 1962 en Londres y encabezada por el gran Mick Jagger, y que cuenta con una rica, variada y polémica historia, hizo felices a muchos de sus fanáticos en este país.

Quiero compartir una canción original de Bob Dylan, pero sabiamente recopilada e interpretada por este grandioso grupo musical.  El título rendiría tributo al grupo a primera vista, pero lo que realmente refleja es un sentimiento de rencor y de resentimiento; la protagonista es una mujer que tuvo una vida fácil y llena de lujos, pero que ha caído en seria desgracia.  La canción fue lanzada en 1965, The Rolling Stones presentó su versión en 1995 dentro del álbum "Stripped", grabado en vivo dentro de su gira "Voodoo Lounge Tour".

¡Sírvanse disfrutarla!


 ♫

"Once upon a time you dressed so fine,
you threw the bums a dime in your prime, didn't you?
People'd call, say 'Beware doll, you're bound to fall',
you thought they were all kiddin' you."

"You used to laugh about,
everybody that was hangin' out,
now you don't talk so loud.
Now you don't seem so proud,
about having to be scrounging for your next meal."

"How does it feel?
How does it feel?
To be without a home?
Like a complete unknown?
Like a rolling stone?"

"You've gone to the finest school all right, Miss Lonely,
but you know you only used to get juiced in it.
And nobody has ever taught you how to live on the street,
and now you find out you're gonna have to get used to it."

"You said you'd never compromise,
with the mystery tramp, but now you realize,
he's not selling any alibis.
As you stare into the vacuum of his eyes,
and ask him 'do you want to make a deal?'"

"How does it feel?
How does it feel?
To be on your own?
With no direction home?
Like a complete unknown?
Like a rolling stone?"

"You never turned around to see the frowns on the jugglers and the clowns,
when they all come down and did tricks for you.
You never understood that it ain't no good,
you shouldn't let other people get your kicks for you."

"You used to ride on the chrome horse with your diplomat,
who carried on his shoulder a siamese cat,
ain't it hard when you discover that.
He really wasn't where it's at
after he took from you everything he could steal."

"How does it feel?
How does it feel?
To be on your own?
With no direction home?
Like a complete unknown?
Like a rolling stone?"

"Princess on the steeple and all the pretty people,
they're drinkin', thinkin' that they got it made.
Exchanging all kinds of precious gifts and things
But you'd better lift your diamond ring, you'd better pawn it, babe."

"You used to be so amused,
at Napoleon in rags and the language that he used,
Go to him now, he calls you, you can't refuse.
When you got nothing, you got nothing to lose,
you're invisible now, you got no secrets to conceal."

"How does it feel?
How does it feel?
To be on your own?
With no direction home?
Like a complete unknown?
Like a rolling stone?"

 ♫

viernes, 18 de marzo de 2016

Decisiones rápidas.

Anteayer, luego de conocer lo del fallo ese en mi asunto contra Cafesalud, también debía ir a un taller con entrevista incluida, para hacer parte de un programa de formación técnica del Servicio Nacional de Aprendizaje (o SENA, como todo el mundo lo conoce).  Me había enterado de tal programa en la convocatoria que cada trimestre realizan los centros que el SENA tiene a lo largo y ancho del país, y como si fuera poquito, ese programa me interesaba, pues tenía que ver con algo de lo poco que puedo hacer para ganarme la otra vida.

Llego a la hora citada y veo que a todos los que se inscribieron no solo en el programa que deseaba cursar sino a todos los programas que ofrecieron aquí, los citaron.  En grupos de a cinco o de a seis personas los hacían pasar al taller-entrevista, y yo, como llegué sobre la hora, decidí esperar a que todos pasaran.

Claro está, que no soporto demasiado esperar demasiado tiempo para que me atiendan en cualquier situación, así que salí de la Casa de la Cultura a buscar merienda y a consumirla, tomándome el tiempo necesario.  Volví allá, pero me senté lo más atrás posible para ver cómo se desarrollaba el asunto.  Poco a poco veía caras, y esa misma decisión, me permitió ver que algo no me estaba gustando.

Sobre las siete, vi que un detestable personaje de la sociedad de aquí se presentó al mismo tiempo que un estudiante del undécimo grado del Colegio Departamental.  Observé detenidamente todo y cuando terminó ese infeliz de realizar su taller, llamé discretamente a uno de los supervisores del proceso, y le pregunto esto:

-Joven, hágame un favor, ¿este señor de sombrero que presentó el taller junto al otro joven donde estaba ese óleo se inscribió al programa técnico?
 
Él responde que sí.  Yo interpelo de esta forma:
-Bien, entonces esperaré mi turno y ya tomaré una decisión.
 
Faltaba muy poco para mi turno respectivo dentro del proceso, eran casi las siete y media de la noche.  Con esa información en la cabeza, no dudé demasiado para decidir.  Cuando fui llamado por los instructores a cargo del proceso les comenté que no deseaba cursar el programa, que me retiraran la inscripción.  ¿Por qué lo hice?  Mostraron mucha extrañeza los instructores de entrada.  Pero, cuando les expliqué las razones, muy válidas y que no son para nada estúpidas dados los antecedentes de ese personaje, supieron comprender.
Yo juré solemnemente en el 2013 que bajo ninguna circunstancia trataría ni compartiría espacio alguno con esa persona.  Y menos en un salón de clase.  No pienso provocar una guerra en un sitio de esos, ya viví una experiencia igual de amarga.  Además, ese tipo, por la dignidad que tiene -de la cual digo y buena parte de Anapoima lo sostiene, que le queda demasiado grande- no ha sido capaz de asumir sus errores y de disculparse.  Si estuviera yo en su lugar, lo primero que haría es resolver todas esas diferencias.  Pero no, ese amargado e hipócrita se cree la vaca sagrada de Anapoima.

Dolió tomar esa decisión, pero fue algo que decidí rápido y sin ninguna pena.  Influyó en parte mi situación actual de salud, sí, pero cuando hay gente así en el entorno de uno, lo mejor es aplicar esa enseñanza sabia de mi profesor de Gerencia Informática en Bogotá cuando me separé de esa horda de cucarachas que tuve por compañeros.

"Hay que evitar los conflictos".

jueves, 17 de marzo de 2016

Retando al paro.

Ayer recibí de parte del juzgado local una noticia que esperaba pasada la Semana Santa, el fallo de una acción de tutela en contra de Cafesalud para que me liberasen de mi afiliación y poder realizar todo el trámite que requiero para un procedimiento de salud que reviste suma urgencia.  Con el fallo en mi poder, la decisión de viajar era pronta y en la misma noche decidí que hoy viajaba.

Madrugué lo suficiente, viajando en el primer móvil que saldría de casa con destino Bogotá de la que ya no será mi empresa favorita, llegando sobre las seis y veinte de la mañana.  ¿Cuál era la idea?  Llegar lo más temprano posible a la Calle 73 con Carrera 11, donde están ubicadas las oficinas administrativas de Cafesalud.  Sobre las siete llegué a ese sector, durante un recorrido que cruzó por Corferias y la Calle 45, para llegar a la Carrera Séptima y dejarme a dos cuadras del Templo de La Porciúncula.  Me recibió una lluvia bastante pertinaz y debí refugiarme en un Dunkin' Donuts que está frente a ese templo.

Esperé a que la lluvia amainara y radiqué rápidamente la notificación del fallo, para luego partir hacia el trabajo de mi hermano y dejarle una fruta que Doña Myriam le envió.  Conversamos durante unos cinco o diez minutos, salí inmediatamente hacia Salitre Plaza para comprar algo de mercado que requería y llegué al Terminal con algo de indecisión.

Quería regresar a casa por Mesitas del Colegio, pero no viajando en la Cooperativa Tequendama como acostumbro, quería hacerlo por Flota La Macarena, pero no hubo vehículo.  Tampoco en Velosiba o en Cooveracruz.  Podía haber viajado inmediatamente, quizá eran las diez, pero recordé que podía adelantar algo que tenía pensado hacer después del festivo o de la misma Semana Santa.  Lo hice y sin miedo, quería dejar clara una cosa y dejar la posibilidad de cerrar bien la puerta.
 
Regresé a mi Módulo -el 2- por si acaso estaba alguien de esa empresa que sí estimo para poder transportarme, pero alcancé a ver por una caligrafía que no estaba, que estaba otro mal elemento con el cual tuve un encontrón bastante feo y que por ello prefiero no tratarle.  Decidí volver al Módulo 1 y comprar tiquete en la Tequendama hasta El Triunfo.  ¿Por qué lo hice?  Fácil, debía ir hasta el juzgado en el centro para dejar el radicado de la notificación del fallo y así regresar sin pendientes a mi casa, así que me fui por esa ruta y en El Triunfo tomé el campero que me dejaría en todo el centro de Anapoima.  Sobra decir que la atención por parte del auxiliar del móvil de la Tequendama que me transportó no fue buena.

===========

Hoy también el país vivió una jornada importante, pues buena parte de los sindicatos obreros protestarían por las calles de varias ciudades por la actual situación del país.  Temía, por lo que había escuchado en las noticias, que los camioneros hicieran de las suyas y trancaran el ingreso a Bogotá por la Calle 13, afortunadamente no sucedió.  También temía que en el sector donde debía estar, algunos elementos de la Universidad Pedagógica se unieran al paro a su manera, por eso fue fundamental salir rápido de la diligencia y del sector.  

Escasamente vi la preparación de la protesta por parte de los sindicatos del Acueducto de Bogotá en su sede, frente a Corferias.  No vi nada más por ahí.  Tuve mucha suerte.  La lluvia que reinó en esa mañana bogotana ayudó mucho.  El país, aparte de ese paro, estaba pendiente de lo que sucedía en La Haya respecto a las demandas territoriales de Nicaragua.  Escasamente supe algo de esas noticias, apenas el acostumbrado vandalismo por parte de algunas escorias.  Lo cierto es, que como suele suceder, el Estado nunca le pondrá atención a lo que piden los obreros para al menos, paliar la triste realidad de este país.

Así reté al paro nacional.  Salí avante.  Espero, eso sí, que las diligencias realizadas den frutos.  Y así también narro mi última experiencia de viaje continuo a Bogotá, gracias a lo que he contado anteriormente.

miércoles, 16 de marzo de 2016

"Yo no vivo del que dirán".

¿Saben por qué titulé esa frase entre comillas?

Sí, porque es un dicho muy popular, y porque de paso, es una mentira más grande que la Piedra del Peñol.

Todos vivimos del qué dirán.  No mintamos.  Que reaccionamos distinto frente a los halagos, a los chismes, o a las malas palabras que nos dicen, es verdad.

No lo neguemos, queremos matar por dentro cuando alguien nos ofenden.  Otros, como yo, respondemos de inmediato, y si no lo sabemos manejar, generamos un gran problema.  A los halagos hipócritas, a veces también se desea "matar y comer del muerto"; a los sinceros, muchas veces los recibimos con agrado, en otras minimizamos la emoción.

Por mi parte, yo sí vivo del qué dirán y lo reconozco.  Mi imagen es reflejo de mi moral, de mi sentimiento y de cómo hago mis cosas, serias y consecuentes.  Así me digan todo lo contrario algunas personas, sé que esas algunas viven y vivirán del objeto que predica esa frase.  No oculto mi decepción, ni mi rabia, ni mi tristeza cuando veo o escucho algo que me afecta.  No crean que paso todo eso por alto, nunca lo paso, ni siquiera mis errores.

Así, desvirtuando esa frase, valoro cada vez más a la gente por lo que es y me cuido de no juzgarla, no soy Dios para ese fin. Y así como lo planteo, cada uno vivirá del qué dirán a su propia manera.

martes, 15 de marzo de 2016

Chismes.

Nunca voy a entender por qué carajos a ciertas personas, sin importar el cociente intelectual o el estrato socioeconómico que tienen, les importa tanto hablar basura de uno en vez de quedarse calladitas y preocuparse por lo suyo.  Esa basura, porque suele serlo, porque en vez de construir destruye más que ácido en piel, se llama chisme, y de eso quiero hablar ahora, porque he sido víctima de esa arma mortal, no solo por parte de conocidos, también por parte de mi familia.

Anteayer, en mi "trabajo", una escoria social envuelta en la piel de un señor de edad avanzada, me trató bastante mal y se atrevió incluso a meterse con mi familia porque le dije de la mejor manera posible que hiciera el esfuerzo de cancelar la tarifa que corresponde.  No contento con la injuria verbal, me golpeó tres veces con su equipaje y como reacción, apenas le metí un empujón.  Se imaginarán ustedes que deseé golpearle y tratarle con las mismas palabras, afortunadamente no fui tan estúpido para caer en tal conducta, me iba fijo de paseo a la cárcel y con agravante.

Por ahí empezaron los problemas, porque a la Policía le dijeron que yo golpeé a ese anciano y otro pendejo disfrazado de patrullero de esa entidad incluso me amenazó con medidas radicales, a las cuales ni caso le hice.  Hasta me arrancó la cédula de los dedos, eso está pendiente, porque sé que ese tipo es enemigo declarado de cierta parte de la comunidad y sé que tarde o temprano sale corriendo de Anapoima.  De resto, el día continuó normal, aunque con ciertos incidentes -que afortunadamente no protagonicé, ni más faltaba- que matizaron el día.  Ah, otra escoria social que trabajó en el Ente Deportivo Municipal y salió de ahí porque le pillaron en conductas poco agradables para la sociedad, tuvo la desfachatez de amenazarme y de señalarme; a mí nadie me señala y aún estoy esperando que dé papaya para encararlo y cogerlo cortico para cantarle sus verdades.

Lo peor vendría la tarde de ayer.

Alguien, creo que una de esas dos escorias -bien el anciano, bien el que trabajó en la entidad aquella, bien cualquier otro u otra infeliz que se creyó con superioridad moral para decir burradas- se fue de sapo lamesuelas a la oficina decir que yo golpeé al anciano que me golpeó, y la patrona, como bien cobarde que es, llamó a preguntarme que pasó y yo simplemente, le dije la verdad.  Que como no quería pagar lo que correspondía, me trató mal y me golpeó.  Y por eso, me dijo que no viniera más a trabajar.  Antes, por lo que hago, tiene para solventar sus necesidades -que bien fuertes las tiene- y no solo para pagarme.  Todo por un hijo de puta chisme.

¿Es correcto, queridos amigos, permitir que uno como prestador de un servicio sea maltratado?

¿Es correcto, permitir que las reglas que se establecen para un trabajo se pasen por la faja por simple capricho, y máxime si existe un marco implícito que obliga a prestar un excelente servicio?

¿Y es aún más correcto, que se tomen decisiones radicales a través de chismes?

Las respuestas a las tres incógnitas son clarísimas: No es y nunca será correcto.

===========

Con esa noticia, sabré que no voy a tener modo de supervivencia decente de aquí hasta que resuelva lo de mi brazo derecho.  Me entristeció mucho, de acuerdo.  Por unas pocas personas, que creen que tengo que aguantar su falta de consideración por el trabajo ajeno, y que creen que porque hablo duro los trato mal, no puedo seguir trabajando en lo poco que sé.  Y todavía más, me decepcionó la actitud estúpida y falta de sentido común de mi patrona, que en vez de pensar en mejorar su rendimiento financiero para poder solventar mejor sus necesidades, le dio importancia a la grosería de ese anciano -créanme que estoy siendo demasiado benévolo con esa persona, ganas de darle su merecido aún tengo-.

Y no ha sido la primera vez que he sido objeto de chismes y habladurías, todas siempre por mi forma de ser y de ver las cosas, que siempre y por los siglos de los siglos -Amén- será seria, consecuente y lo suficientemente respetuosa para que la gente haga lo correcto.  Por esas razones, niego cualquier contacto, incluso el saludo, a varias personas de Anapoima y de afuera, para que aprendan a mantener la boca callada y a no hablar lo que no corresponde.   ¿Familiares?  También, a una ex-nuera de mi abuelo Francisco y a un tío materno los tengo en mi lista negra por andar pelando cables donde no corresponde.

No soy amigo de dar consejos, pero esta vez daré uno y lo pido como favor: No se pongan a hablar de mí donde no corresponda, fijo se ganan un enemigo para toda la vida y créanme, si los encuentro, fijo los voy a encarar y a pedirles cuentas como se lo merecen.

De mi parte, yo no soy amigo de inventarme huevonadas ni cosas incoherentes respecto a la gente.  Simplemente me fijo en lo que realmente es y punto.  Si debo hablarlas, las hablo con los que valga la pena.  Y si quieren hablar algo de mí, háganlo como las personas correctas, conmigo estando enfrente.

Por actitudes como las descritas en este escrito y en el anterior, un pueblo como Anapoima nunca verá aquello que todos definimos como progreso.  También añado ahí, el paternalismo pendejo que acompaña a buena parte de los moradores de esta meseta, pero no quiero salirme del tema.  Tanta habladuría sobre la gente y lo que hace, aparte de hacerlos merecedores de "gente sin vida propia" -¡gracias por el término, Olga!-, son generadoras de conflictos y de destrucción de personas.  Sí, queridos amigos, hasta por un chisme se han suicidado personas.

Ya estoy tomando medidas igual de consecuentes al tamaño de la decisión tomada.  Si hay que negar saludos, se negarán; si hay que evitar utilizar los servicios que ofrecía mi ahora ex-patrona, se evitarán; y si es necesario, a mi familia se incluirá en estas decisiones.  Así pago las habladurías en mi contra.  Y espero seguirlas pagando, hasta cuando aprenda la gente que de mí ni se habla mal ni se burla.

Para cerrar, comparto este lindo dicho popular:

"A los sapos los terminan aplastando"

lunes, 14 de marzo de 2016

Camino a la puerta 32.

Dentro de poco, cumpliré treinta y dos años.  En este momento, no sé qué pensar respecto a esa fecha, que para mi "fortuna", no caerá en Semana Santa, como en buena parte de mi vida solía suceder.  Hoy viví un momento asqueroso y preferiría no contar sobre eso, al menos hasta que se me pase la rabia.

Lo cierto es que ya una etapa se cerró y espero no tener que revivirla junto a la misma persona, al menos no bajo los criterios de personalidad que ella maneja.  Tanta tolerancia al engaño, a la trampa, a la rotura de las reglas, eso frustra.  Y por ahí mismo, la tierra donde yo vivo y quiero, no ha progresado en veinticinco años y seguirá por el mismo tramo gracias a las pésimas costumbres que tienen ciertos elementos indeseables para que al menos, algo cambie.

Esta noche, dormiré con rabia y con la mente pensando en las consecuencias directas que traen las decisiones mal tomadas.  Así soy yo.  No esperen que me quede quieto.  Poco a poco sabrán cómo reacciono frente a tales actitudes; no esperen tampoco que sea precisamente algún forajido.

De resto, así empieza el camino a mi 15 de Abril.