viernes, 29 de abril de 2016

Cicatrices.

Sin quererlo, escribí dos textos similares con el mismo nudo aquí.  No me di cuenta y me disculpo por ello.  Aunque a mi favor debo decir que esa frase me identifica mucho.

Hoy digo que mis cicatrices, no solo del alma sino las que porta mi piel, son fiel reflejo de mi humanidad.  La reciente en mi ceja derecha, las que me dejó la varicela aquella, el corte en mi brazo izquierdo, la de cierta cirugía, los raspones y quemaduras en mis piernas, son claros ejemplos.  Son señales de lo mucho y de lo poco que he vivido y me he acostumbrado a vivir con ellas.

Algunos podrán no tener una señal notoria de sus heridas, pero sé que las tienen, al menos ocultas bajo una capa de tela.  Otros, gracias a la falta de sentido común, portan una señal que los acompañará en sus rostros por el resto de sus vidas, que ni la vergüenza ni los avances de la ciencia las borran de tajo.

Espero no volver a tropezar más para acumular más cicatrices, ni en mi cuerpo ni en mi alma.  Cansado estoy de tanto estrellarme hasta con piedras de pequeño tamaño.  Desde ese día de Noviembre del 2004 no tengo un motivo válido para seguir y la tendencia continúa.  Ni creo ya en milagros como para aferrarme a uno.

viernes, 22 de abril de 2016

Nostalgia.

"Quiero hacer una confesión respecto a algo que siempre observo aquí.

Hoy no pude contener las lágrimas.  Lloré, no por dolor ni por rabia.  Fue más por una mezcla entre nostalgia, tristeza e impotencia.

Pasé por la parte del pabellón infantil donde se ubican los fabricantes de juguetes y como se acostumbra, exponen muchos juguetes.  Sentí nostalgia por mi propia infancia y por haberme acostumbrado a tener pocas cosas para jugar.  Sentí tristeza, porque si todos esos juguetes tuvieran vida y sentimientos, desearían estar siempre junto a un niño.  Y sentí impotencia, porque deseo que esos juguetes terminen en manos de todos los niños del mundo, por más carencias que tengan.

Siento impotencia también por aquellos que al fabricar e intentar vender un juguete, piensan en ese niño que solo piensa en ser alegre.  Y que también, a través del mundo que solo cada niño puede imaginarse para sí, desea aprender algo más para su vida.

Quisiera ser un duende y llevarme todos esos juguetes para regalárselos a todos los niños que sufren los vicios y los problemas del mundo.  Y quisiera, que esos jugueteros del mundo, terminaran con el corazón contento al ver que sus ideas terminaron en las manos de los niños.

Nunca olviden su infancia, mis amigos.  Nunca.  Desempolven sus juguetes cuando puedan, no dejen pasar la oportunidad de evocar esa bella etapa.  Compartan sus juguetes con los más pequeños de su familia, lo agradecerán siempre.  Si sienten que otro niño ajeno a ustedes se sentirá mejor con sus juguetes y ustedes no quieren tenerlos más, dónenlos.

Hagan lo que hagan con los juguetes, nunca olviden su propia infancia."

Escrito original tomado de una serie de frases.
Bogotá (Distrito Capital), 20 de Abril del 2016.

jueves, 21 de abril de 2016

Feria Internacional del Libro de Bogotá, 2016.

Este año no quise faltar a la Feria Internacional del Libro, y eso que no era segura mi asistencia.  Afortunadamente, mi hermana me motivó lo suficiente, y me encargó horas antes de llegar a Corferias el llevarle documentos relacionados con su trabajo, a sitios con buena distancia.  Eso significó también que debía madrugar lo suficiente para evitar cualquier contratiempo, pero, la noche anterior fue imposible dormir.

Bueno, algo hice para poder despertarme con suficiencia, tomar el primer móvil y llegar sobre las seis y media a Bogotá y realizar esos encargos, para luego llegar sobre las diez a Corferias.  No sé de dónde saqué fuerzas para no rendirme, quizá el ensueño por vivir un ambiente diferente y aleccionante las motivaron.

En ese segundo día de Feria, vi algo de público, en su mayoría jóvenes con uniforme escolar y eso me permitía deducir que algunos colegios aprovecharon este día para visitarla.  Mi plan era recorrer todos los pabellones uno a uno en doble circuito, y asistir al lanzamiento de un libro por parte de la Universidad de La Sabana.

Los pabellones 1 -en el primer piso- y 7, eran los ocupados por Panamericana, y ya conozco demasiado bien cómo se componen sus almacenes como para describirlos, aunque tenían promociones especiales para los asistentes.  En el segundo piso del Pabellón 1, se ubicó el Pabellón Juvenil de Colsubsidio, un espacio apto para la juventud que visitaba la Feria, con una serie de actividades de aprendizaje sobre ciencia, historia, cultura y algo de vida en general.

El segundo pabellón, correspondía a la Fundación Rafael Pombo, encargada de promover la obra de este autor nacional y de fomentar la lectura entre la primera infancia.  Tal cual, ese pabellón estaba orientado a los más pequeños, y casi todas las actividades enfocaban pintura, dibujo, algo de cine y cosas que uno aprende cuando está en esa edad.

El tercer pabellón, consistía en las editoriales "grandes" en su primer piso y el de las editoriales universitarias en su segundo.  Aquí debo hacer algo de hincapié, la organización del evento dejó por fuera a varias universidades de esa parte del pabellón, incluyendo a mi alma máter.  Me preocupé un poco por ese detalle de no ver a la Piloto ahí.

El cuarto pabellón, era el del país invitado.  Este año, en una quizá absurda contrariedad histórica, se invitó al Reino de los Países Bajos, u Holanda, como conocemos coloquialmente a ese país.  En sí, los holandeses, fieles a su arquitectura y a su forma de pensar, destacaron aparte de su literatura, lo que fue la historia de Anna Frank -con su mundialmente conocido diario-, su visión del diseño y su medio de transporte más característico, la bicicleta.  Quedé encantado con este pabellón.

Del quinto pabellón no hablo mucho, era el de Penguin RandomHouse, sencillamente un pabellón dedicado a sus obras.  El sexto pabellón, estaba compuesto en su primer piso por más editoriales -a semejanza del tercer pabellón- y el segundo, por buena parte de las entidades estatales que suelen realizar publicaciones y una que otra universidad.  Aún no encontraba a la Piloto.  Lo cierto, es que de ahí salí con tres de los libros de "Boogie el Aceitoso" a precio de huevo, en el stand de Editorial Oveja Negra.

Paso de largo el séptimo pabellón y me adentro en el octavo, donde siempre asignan a las editoriales que publican libros universitarios.  También asignaron en ese pabellón a las otras universidades que se quedaron por fuera del tercer pabellón, algunas de poco renombre, y con una alegría personal, ¡pude ver el stand de la Piloto!  Estar lejos de su propio pabellón no fue impedimento alguno para que los asistentes de ese día los visitaran.  Por último, ahí mismo y en parte del sexto, se hizo una alegoría al SOFA, como se ha acostumbrado en las últimas ediciones de la Feria, con stands para caricaturistas, vendedores de afiches, coleccionables, entre algunas otras cosas que se ven en el evento del segundo semestre.

Termino en los pabellones infantiles, donde aparte de literatura, veía también la acostumbrada exposición de material didáctico.  En ese momento, la nostalgia y la impotencia se apoderaron de mí y no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas, en un texto posterior explicaré el porqué de eso.  Me refresco y decido almorzar para luego recuperar energías, tanto personales como tecnológicas, más o menos durante dos horas.

Retomo el recorrido desde el principio, esta vez con el fin de realizar el registro fotográfico, pabellón por pabellón y con la calma necesaria para disfrutar el tiempo que restaba.  Solo supe que cerca de las seis, ya estando en el octavo pabellón debía devolverme al tercero con el fin de asistir al lanzamiento del libro que Sergio Roncallo escribió para la Universidad de La Sabana.  ¿El tema?  Era de Filosofía y de entrada no podía entender de qué trata, solo hasta el final del lanzamiento pude; tenía que ver un poco con aquel concepto del "superhombre" de Kant y sus derivaciones en aquel mundo de los superhéroes de la ficción.

Me despido de todos ellos y tenía el tiempo justo para visitar los pabellones infantiles.  Se notaba que algunas personas que atendían los stands se habían ido a descansar.  Poco a poco llegaba la hora de salir.  Alcancé a conversar con los encargados de un stand de materiales didácticos sobre lo que conllevaba el producir todo ese material y comercializarlo para que los niños lo usen.

El reloj marca las ocho y el personal de vigilancia, con un poco de mal humor, pide que el público se retire.  Faltaba no más visitar un mini-pabellón de la Alcaldía Mayor de Bogotá, el cual recorrí con rapidez y solamente mostraba lo que quiere hacer el Distrito en este año y los tres que vendrán.  Bajo la luz de la luna, salgo de Corferias con mucho cansancio a cuestas y con la alegría de haber cumplido el deber de visitar la Feria.

Dudo mucho que asista durante los días que resten para que el evento finalice, pero de una cosa estoy seguro.  El próximo año debo volver.

sábado, 16 de abril de 2016

El día después.

Hoy solo puedo decir que me conmovió Ecuador.  Un terremoto dejó prácticamente destruida la ciudad de Pedernales y causó serios daños en Portoviejo y en Manta.  Todos los recuerdos de otras tragedias causadas por la misma naturaleza y lo que desconocemos de ella vinieron en esta noche: Armero, el Terremoto del Eje Cafetero, la Tragedia del Páez.

Empiezan las difíciles, tanto material como emocionalmente, tareas de rescate, y como en todo suceso similar, la esperanza de vida es el aliciente máximo para todos los que las realizan.  El tiempo apremia también, y es menester de nosotros no hacer exageraciones -como las que ya están haciendo algunos medios nacionales- con este triste episodio vivido por nuestros hermanos.

Solo Dios sabe qué pasará después.  Los ecuatorianos cumplirán con el deber de recuperarse, y nosotros, de ayudar hasta cuando corresponda.

viernes, 15 de abril de 2016

Lejos de casa (otro regalo adelantado).

Anoche, como lo había comentado en otros textos, debía viajar a la ciudad de Neiva, capital del Departamento del Huila.  El fin de este viaje, era cumplir con una invitación que nos hicieron tanto a mí como a los demás miembros del proyecto en el cual estoy involucrado y como tal invitación la habían hecho con el suficiente tiempo de antelación -desde Marzo-, y descartando a aquellos que no podrían asistir por razones bastante lógicas.

Después de cumplir un compromiso en mi colegio, juzgar la final del torneo intramural de fútbol de salón, que estuvo reñida por solo diez o doce minutos.  Inmediatamente terminé, debí devolverme a casa pues dejé los audífonos del Lumia y me era fundamental no viajar sin ellos.  Llego caminando hasta el centro, y después de una impaciente espera, sobre las once y cuarenta llega un móvil de Auto Faca que me transportaría hasta Girardot, primera escala del viaje.

Sin necesidad de correr ni de perseguir a nadie, llegamos tranquilamente a Girardot faltando unos cuantos minutos para la una de la tarde.  Aprovecho para salir del Terminal hacia el Éxito, que queda apenas pasando la calle, para intentar comprar algo de comida y de bebida.  Me había antojado de algo de proteína, pero había una fila absurda y el sistema no quería recibirme los beneficios que poseo por ser cliente de esa cadena.  Sin más, apenas pude llevar gaseosa y chocolatinas.

Vuelvo al Terminal y era hora de emprender la segunda parte del recorrido, el paso hasta El Espinal (Tolima).  Abordo un móvil de Cootranstol que saldría a la una y cuarenta de la tarde, lo cual de entrada me dejaba con serias inquietudes para llegar con suficiente tiempo de antelación a Neiva.  Pasadas las dos y cuarto llego al Espinal y ahí empezaron los problemas.

En la taquilla de Coomotor, empresa por la cual debía viajar para llegar a Neiva, no estaban reportados mis datos para poder abordar el primer vehículo que me transportara.  Así, sobre las dos y media, perdí la primera opción para viajar hasta allá.  Casi una hora permanecí en el Terminal del Espinal esperando alguna solución, y la desesperación estaba siendo presa de mí.  Ninguno de mis compañeros contestaba, intenté comunicarme vía telefónica y redes sociales, y preciso el líder del proyecto y del viaje estaba durmiendo como una marmota.  Casi no se resuelve el problema, gracias a que la gente de Coomotor estaba lo suficientemente ocupada en lo suyo, pero hubo humo blanco; los demás viajeros invitados me recogerían en las afueras del Terminal del Espinal sobre las tres y media de la tarde.  Por supuesto, en un móvil de Coomotor que no ingresaba al Terminal y de mucho mejor servicio.

Abordo y me libero con facilidad del calor gracias a que el aire acondicionado estaba encendido y con la temperatura justa, así que llegaría fresco como lechuga a Neiva.  Mis compañeros de viaje, agradecieron el haber salido y el haberlos esperado con algo de paciencia -que alcanzó a agotarse y a hacerme pensar que no viajaría-  Fue un viaje raudo, cruzamos ese camino sin entrar casi a ningún poblado y a Neiva llegamos pasadas las cinco y media.

En el Terminal de Neiva, no supimos qué hacer de entrada, solo atiné a decir que debíamos ir al Centro de Convenciones José Eustasio Rivera -lugar en el cual ya había estado una vez y se llama así en honor al autor de "La Vorágine"-.  Me refresco un poco y ya listos, buscamos un taxi con espacio de carga suficiente para poder transportar lo que se traía para la ocasión, las revistas; descartamos uno a uno taxis de esos "zapaticos" para encontrar el que justo se adecuaba a lo que necesitamos, un sedán.  Cargamos y nos fuimos directo al centro de convenciones y mis compañeros estaban preocupados por la distancia, afortunadamente yo sabía que este sitio no estaba lejos del Terminal y la carrera, por consiguiente, salió muy barata.

Con el tiempo en contra, lo único que podíamos hacer era bajar las cajas y seguir derecho a la entrada del centro de convenciones.  No tuvimos que esperar, solo nos preguntaron a qué veníamos y solo respondimos "a la ceremonia de Coomotor".  Sencillo.  En el segundo piso, sí que nos esperaban.  Yo venía con ropa de cambio apropiada para el evento y lo primero que hice fue buscar un baño para tal tarea; allí, gracias a un "cameo de espejo", reconocí a alguien que seguramente había visto en medios impresos y la televisión, bastó solo un saludo como para preguntarme "¿No he visto en alguna parte a este tipo?"  Rato después me di cuenta que ese tipo era Rodrigo Villalba Mosquera, ex-Gobernador del Huila y actual Senador de la República.

La ceremonia no inició a la hora que estaba pactada, a las seis y media de la tarde, pues muchos invitados especiales no pudieron arribar a tiempo, en especial la presentadora del evento, una tal Ana Karina Soto.  Era obvio que a ellos los ingresarían al auditorio por otro lado, dadas las cuestiones de seguridad que imperan en un departamento como el Huila, así que no los vimos cruzar.  Lo que sí vimos, es la cantidad de personas que ingresaron por la entrada principal al auditorio, casi todas con algún vínculo con Coomotor: Socios, empleados, familiares, periodistas, proveedores, aficionados.  Nosotros, aprovechamos ese "tiempo extra" y entregamos muchas revistas a todos aquellos que se cruzarban por nuestra mesa; yo decidí armarme con la videocámara y aproveché para hacer un breve recorrido grabando todo lo que veía hasta el auditorio.  También, tomé algunas fotografías y me deleité con la historia en imágenes de Coomotor.

Pasadas las siete y media, todo el mundo estaba presente en el auditorio e iniciamos la ceremonia.  Una presentación institucional de rigor, los honores a la patria y la presentación cortesía de Faiber Tamayo -un viejo conocido de la afición y reconocido periodista radial en el Huila- y de la misma Ana Karina Soto.  Me interesaba mucho escuchar a Armando Cuéllar, el actual gerente de la cooperativa desde 1999 y quien la salvó de una segura desaparición cuando asumió ese cargo; el discurso fue muy emotivo, lleno de nervios y de muchos agradecimientos a las personas que lo respaldaron en este largo camino.  Tuve la fortuna de grabar ese discurso, pero el trabajo no fue perfecto; como en el Concurso de Bandas, no faltaron los mediocres que se atravesaron delante de la videocámara sin notarla.

Acto seguido, llegaron las condecoraciones provenientes de todas partes: Del Senado, de la misma Gobernación del Huila, de la Asamblea del Huila, de las alcaldías, de algunos concejos municipales, de los terminales, y así.  Ahí llegó el momento cómico de la noche.  Un error en el libreto para los presentadores, hizo que Ana Karina Soto se equivocara con los nombres de algunas personas que entregaban las condecoraciones para Coomotor, teniendo que poner la cara de forma alegre culpando a ese bendito papel.

Como nadie quería que fuese una ceremonia aburrida, se organizó una preciosa velada cultural para los asistentes.  Primero, se presentó un grupo de danzas modernas denominado "Ritmo Extremo", quien mostró buena parte de su repertorio coreográfico, incluyendo salsa y un homenaje a Michael Jackson.  Luego, se presentó una cantante llamada Naki, de raíces emberas y nominada al Grammy, de lo cual casi nadie en el auditorio conocía.  Por último, se presentó un émulo de intérpretes de música romántica de los setenta, alcanzo a recordar que interpretó música de Sabú y de Raphael.

Yo presencié a ratos la velada, lo que me interesaba ya pasó y debía estar pendiente de nuestro sitio y cómo estaba el compañero que se quedó allá.  Iba y volvía.  Lo cierto es que el tiempo pasó con cierta rapidez y pasadas las nueve y media, llegó la hora de cenar.  Antes de ello, me encuentro con algunos conocidos de un evento anterior en Bogotá y les entrego sendos ejemplares de la revista; también me encuentro con una periodista que en tiempo anterior trabajó para Coomotor, me quería hacer quedar mal en televisión (?), pero no logró su cometido, pues envié al líder del proyecto y del viaje para que fuese entrevistado.

¿La cena?  Fue un delicioso manjar.  Era de soportar la fila compuesta por todos los asistentes, pero valió la pena.  Carne, papa a la francesa, algunas salsas y bebida a elección.  Por supuesto que pedí Kola Cóndor, no quería salir de ahí con licor en la cabeza.  También hubo acompañamiento musical, un dueto de saxofón y organeta amenizó ese momento.

Sobre las diez y media, la gente poco a poco abandonaba el José Eustasio Rivera.  Algunos asistentes que no nos notaron cuando llegaron, se dieron cuenta de nosotros y se llevaron más revistas para sus casas.  Preguntaban incluso, si la vendíamos.  Logramos otros contactos importantes para el futuro de la publicación.  Y la preocupación rondó para el líder del viaje, ya que el cuarto viajero -no era yo- debía estar a primera hora en Bogotá, pues tenía clase en su universidad.  En cuanto a mí, no había tanto problema, la idea era estar en Anapoima al amanecer siguiente y podía quedarme un rato más.

Sobre las once, después de dejar limpios los platos y recoger todo, el cuarto viajero y yo nos fuimos para el Terminal de Neiva y con unas instrucciones muy precisas, llegamos al Módulo Centenario, pero no debíamos salir de ahí luego de contactar al funcionario de Coomotor que nos colaboró, teníamos que ir a los módulos antiguos y presentarnos en la taquilla.  El cuarto viajero salió primero, sobre las once y treinta y cinco, y yo decidí esperar un poco más, hasta la una y media de la mañana.

Recorro el Terminal por dentro y lo que observo, aparte de conductores, auxiliares y taquilleros buscando pasajeros para Florencia, es un paisaje algo desolador.  También, gracias a mi innata curiosidad, encuentro un comunicado de prensa expedido por el mismo Terminal sobre un triste evento que causó la muerte de un conductor de Taxis Verdes a manos de un auxiliar de Expreso La Gaitana.  Recordé muchos malos momentos y siempre me dije que algo así va a pasar en casa cuando la administración fomente la indisciplina y las malas maneras de algunas personas en el transporte intermunicipal.  Compro sendos ejemplares de La Nación y del Diario del Huila -los periódicos de allá-, e ingreso a la capilla para rezar y agradecer el poder llegar allí y poder regresar sano y salvo a casa.

Sobre las doce, me dirijo a la sala de espera de Coomotor, donde encuentro pasajeros con varios destinos: Pitalito, Florencia, Mocoa, Bogotá, San Vicente del Caguán.  Poco a poco se vaciaba la sala, y antes de la una, hago chequeo y me comentan que mi viaje debe ser adelantado por una cuestión mecánica del móvil original que me transportaría.  Siendo así, a la una y diez de la mañana parto en un móvil proveniente del Caquetá y como el asunto radicó en un adelanto, tuve que buscar una silla cómoda y no muy lejos del acceso al vehículo.  Tuve suerte, encontré la primera silla disponible y junto a mí se ubicó una anciana que venía desde el Piedemonte Caqueteño, con la cual pude conversar un rato.

No dormí mucho.  Recuerdo que sobre Aipe me dormí y desperté en Natagaima, en Castilla y en El Guamo.  Ahí debía estar pendiente sobre el paso por El Espinal.  Increíblemente, escuché a la tripulación del vehículo realizar una llamada telefónica a la taquilla que tienen allá, donde les informaron que no había demanda de pasajeros.  Por esa razón, el bus pasó de largo, olvidando que tenían que dejar un pasajero en el Terminal, teniendo que descender en la glorieta de Molinos Roa y caminar hasta allá, un trayecto que era algo sencillo, pero muy peligroso.  ¡Eran las tres y media de la mañana!  Y por poco dejo el trípode en ese bus...

Con el temor de ser asaltado o atropellado por una tractomula desbocada, caminé lo más rápido que pude y arribé al Terminal del Espinal indemne.  Vi que sí había alguna demanda de pasajeros, solo que presente había nada más un móvil de Transportes Purificación y algunos infructuosamente querían viajar en Expreso Bolivariano.  Tenía afán de llegar lo más pronto posible a Girardot y en Cootranstol no pudieron ayudarme, me indicaron que fuera a la taquilla de Auto Fusa y allá no había nadie.  Sobre las cuatro y cuarto, llegó un móvil de Auto Fusa proveniente de Ibagué, no demoró mucho tiempo allí y partió con destino Girardot, lo cual me estaba favoreciendo.

Cuatro y cuarenta y cinco de la mañana.  Llegué a Girardot.  El objetivo era tomar el móvil de Auto Faca que partiría a las cinco de la mañana y se logra, partiendo unos minutos antes para evitar rivales.  La intención era dormir el mayor tiempo posible.  Me encuentro con alguna conocida en la salida de Girardot, la saludo y en Tocaima me encuentro a alguien indeseable, por lo cual cambio de sitio inmediatamente para que no me vea y duermo hasta la llegada a Anapoima.

Eran las seis y media de la mañana, con algo de cautela, quizá inexplicable, se tardó más de hora y cuarto para llegar a casa.  Llegué con mucho sueño, descargo mi maleta y procedo a dormir, no sin antes saludar a mi mamá, a mi hermana y a mis mascotas.  El deseo también se cumplió.  Llegar sano y salvo a mi preciosa tierra en mi día.

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Es una de las pocas veces que suelo pasar la víspera y la medianoche previa a mi cumpleaños fuera de mi casa o de mi entorno viajero natural.  Es la tercera vez que piso tierras huilenses, y eso que la semana anterior tenía planeado viajar hasta Pitalito por algo que muchos de ustedes alcanzaron a conocer, lástima que algunas circunstancias extraordinarias cortaron esa ilusión. 

El título lo dice, fue un regalo adelantado, aunque fue planeado.  Quería asistir.  Coomotor me trató muy bien en la segunda ocasión que viajé a Neiva -en otro evento importante- y esa noche no fue la excepción.  Anoche celebró sus cincuenta y cinco años de existencia, aunque oficialmente se celebran el 24 de Marzo, por la Semana Santa.  El mismo Armando Cuéllar en su discurso lanzó una jocosa observación sobre el por qué se eligió esta fecha, haciendo relación a las declaraciones contra la Fecha FIFA que realizó el Obispo de Neiva -estuvo presente- en la misma Semana Santa de este año.

Es hora de agradecer este detalle.  A Charlie y a William, capos escuadra de Colombiabus, por la iniciativa de asistir a la ceremonia y seguir dándonos a conocer como impulsores de una sana afición.  A Eduardo y a Andrés Felipe, por permitirme conocerlos y acompañarlos en los momentos clave de la ceremonia.  A la Cooperativa de Motoristas del Huila y del Caquetá (Coomotor) por la ceremonia en sí, su gratísima atención y las colaboraciones prestadas, sin importar los inconvenientes presentados.  A Luis Fernando Pacheco, a David Bonilla y a Jorge Trujillo, por su atención y por recordar a este servidor.  A Karla María Salas, por su disposición para poder mostrar la afición en los medios regionales.  A todos los asistentes que me regalaron una sonrisa como saludo y como respeto.  A todos, muchas gracias.

Y así, ya son treinta y dos...

jueves, 14 de abril de 2016

La Tatacoa.

Girardot, Abril o Mayo del 2000.

Era mi primer semestre de universidad, y recuerdo bien que debíamos cumplir con una asignatura obligatoria que cuya finalidad eran las actividades de Medio Ambiente.  Salidas, una que otra tarea, cosas así.  Cierto fue que el Director de Bienestar Universitario de ese entonces -Daniel López se llamaba, si no me equivoco-, ya tenía programada una salida para esos días, al Desierto de la Tatacoa, en jurisdicción de Villavieja (Huila).  Ese sitio, aparte de ser bastante exótico y caluroso, es un destino perfecto para los aficionados a la astronomía, ya que por su "lejanía" de la civilización, ofrece unas vistas espectaculares para divisar las constelaciones que conforman la bóveda celeste.

En fin, un sábado antes de las diez de la mañana en una chiva de la Cooperativa de Transportadores de Girardot, un viejo Ford que no alcanzaba a llegar al modelo 1960, viajamos todos los que nos apuntamos a esa salida, incluyendo a mi hermana.  Nunca supe qué motivo tuvo para asistir más allá de la nota que obtendría por estar ahí.  Cierto fue que la mayoría de compañeros de mi salón, algunos del salón de mi hermana y otra horda de otros semestres de otros programas también asistieron.  La bendita chiva partió desde la Universidad Piloto hacia Neiva con su cupo completo y empezamos a recorrer ese camino, del cual recuerdo que no tenía variante alguna y cruzamos buena parte del Valle del Alto Magdalena tolimense sufriendo un poco con el tema del calor.

Sobre las doce y media o una de la tarde llegamos a Neiva y con un poco de desorientación preguntamos cuál era el camino hacia Villavieja, lo tomamos, y después de recorrer una carretera destapada llegamos a ese poblado, donde no me despegué mucho de la chiva.  Seguimos nuestro camino y el paisaje desértico apareció, donde cerca al atardecer encontramos nuestro lugar para acampar.  Mi hermana acampó con sus compañeros; yo lo hice junto a Hernán, quien llevó su propio equipo y como no encontré cupo en las otras carpas, debí juntarme con él.

La noche fue ligeramente fresca, y gracias a unas linternas, recorrimos parte del desierto, para llegar a una choza.  Nos refrescamos, y luego de un incidente menor, continuamos nuestro camino para regresar a nuestras carpas.  No recuerdo si pude dormir rápido, al menos pude hacerlo sin un pie ajeno restregándome la cara.  Al otro día, esperaba que termináramos el recorrido temprano, pero no fue así.

Le dimos una vuelta completa al camino que atraviesa el desierto, conociendo sobre su fauna y su flora -sí, aunque no lo creamos, las xerófitas son flora- y viendo como algunos empezaban a sufrir el rigor de la temperatura y de los rayos solares en sus organismos, poco a poco.  Terminamos todo sobre las cinco de la tarde, empacamos y regresamos a Girardot, tanto mi hermana como yo nos quemamos y como el plan de regresar temprano no se dio, no pudimos regresar a casa, debiendo terminar de pernoctar en la residencia de un compañero en Flandes sobre la medianoche.

El lunes, ya festivo -sí que lo recuerdo-, sobre las seis de la mañana decidimos volver a casa, no sin antes agradecer a Camilo -mi compañero que nos permitió pernoctar en su casa-.  A las siete y cuarto de la mañana ya estábamos en Anapoima recuperándonos de las quemaduras, preparando el regreso a clase del otro día, y con la seguridad de haber obtenido una buena nota por haber participado en esa salida.  De los que no fueron, sabrá Dios cómo lograron conseguir buenas notas por su asistencia.

Con esto, recuerdo mi primer viaje hacia el Huila, el destino más hacia el sur que he pisado en mi existencia.  Hoy, a esta hora, debo estar planeando mi regreso a casa desde Neiva, ya que me encuentro en una importante ceremonia a la cual fui invitado y hace parte del proyecto al cual pertenezco.  Sabrá Dios si llego despierto o con un insomnio infame a casa.  Bueno, que sea la historia la que lo diga.

miércoles, 13 de abril de 2016

Miércoles 13.

Un viaje inesperado tendré mañana, ¿cómo resultará?

Hacía rato no viajaba a ese destino.  Es cercano, pero a la vez distante.  Como la última vez, fue para una ceremonia.

Cierto es que en este día la ansiedad por ese viaje marcó todos sus hechos.  Mañana hay que arreglar algunas cosas y partir antes de mediodía.

Hoy supe que hubo concierto en Bogotá, el de Coldplay, y que algunos paisanos y conocidos asistieron y se lo gozaron.  Me causaron algo de envidia, sí, pero no puedo hacer nada al respecto.

Debo dejar lista la maleta y ya está todo.  Mañana es otro día y la carretera me esperará.

martes, 12 de abril de 2016

Un regalo adelantado.

Hoy no puedo detallar mucho del partido de Atlético Nacional por Copa Libertadores.  Fue un partido que podía clasificarse como "medicina para el insomnio", por lo aburridor que estuvo en buena parte de su transcurso.

Un penal convertido por Víctor Ibarbo fue suficiente para conseguir la victoria en Lima ante Sporting Cristal -bello nombre para un club, y eso que hace honor a la cerveza más recordada en tierras incas- y conseguir quince de quince puntos.  En una de las últimas jugadas, los peruanos por poco empatan y Nacional se mostró muy errático en todas sus líneas, salvo Franco Armani.

Aún así, se consiguió una victoria y en esa fría noche anapoimuna, hubo visita de simpatizantes de Atlético Nacional provenientes de Mesitas del Colegio, quienes se juntaron con la hinchada local en el bar donde se juntan casi todos para ver fútbol -Los Monjes, en la Carrera 2-.  Yo apenas pude observar parte del segundo tiempo, me lavé juzgando un partido de fútbol de salón en el colegio, por la mañana, y debí esperar a que se secara un poco la ropa.

Es un regalo que se podría considerar pírrico e irrelevante, no es que afecte mucho, pero suelo pedirlo para animarme.  Y Nacional logró hacerlo.  Me fui a casa con la satisfacción, aparte de disfrutar una noche fría, de ver cómo el equipo de mis amores lograba consolidarse en su propio sueño.

lunes, 11 de abril de 2016

Enseñanza de vida (sí, otra frase).

"Las heridas sanan, pero las cicatrices quedan".

Recuerdo muy bien que esa frase la pronuncié en Girardot delante de una compañera esporádica de clases.  Todo por hechos pasados con una compañera.  Y nadie puede negar que las tiene, no solo por rasparse.

domingo, 10 de abril de 2016

Fusagasugá.

No recuerdo bien cuándo fue la última vez que viajé hasta la cabecera de la Provincia del Sumapaz.  Quizá hace unos cuatro o cinco años, aunque la razón del por qué viajé hace cinco años hasta allá la recuerdo bien.  Ayer regresé, después de una madrugada y amanecer adornados por las nubes, la lluvia y la niebla.

El viaje consistía en acompañar a buena parte de la Escuela de Formación Deportiva de Atletismo de Anapoima, quienes participarían en el Campeonato Departamental de Mayores, a realizarse en el Estadio de la Universidad de Cundinamarca.  Parte de los viajeros, los más pequeños, participarían en un evento de cross-country especial para ellos, realizado en un circuito diseñado dentro del Centro de Alto Rendimiento Deportivo de Cundinamarca (Cercún) -se llega allá desde la Universidad por un sendero que está en construcción- donde una niña logró ganar su categoría y los demás sufrieron con el recorrido y la distancia, junto con el frío que reinó en la Ciudad Jardín durante la mañana.

Los más grandes, a pesar de que no competían en la categoría correspondiente -muchos de ellos competirán en los Departamentales de sus categorías y en los Juegos Intercolegiados-, vieron las duras y las maduras contra atletas mucho más experimentados que ellos, aunque hubo una gratísima sorpresa en la competencia de 100 metros planos, una reciente incorporación al equipo luego de una jugarreta por parte de los integrantes de la Escuela de Fútbol de Salón en nuestro entrenamiento llegó a la final y eso pagó el viaje de todos nosotros.  Los dos integrantes mayores del equipo no pudieron figurar como deseaban en las dos pruebas que compitieron, 1500 y 3000 metros planos.

Yo, aparte de hacer un poco de labor administrativa, también participé, ustedes se imaginarán, pedí no participar en pruebas de fondo, participé en 100 y en 200 metros y terminé de primeras (?).  No detallo más al respecto.  Cierto fue que almorzamos en un receso de competencias que tuvimos y aproveché para comprar algo en el Éxito que está en el Centro Comercial Manila, diagonal a la Universidad de Cundinamarca.  Observé el resto de las pruebas y cuando pensé que me inscribirían para participar en el relevo combinado, no lo hicieron, tenía acumulado algo de cansancio y dolor en los muslos, otro niño participó por mí.

El desorden reinó en varios aspectos del evento principal.  Cuando fui a solicitar la numeración de los jóvenes, la persona que los entregaba los pasó de largo por lo menos en tres ocasiones, incluso un delegado de otro equipo participante los observó antes que esa persona.  El juez anunciador ignoró su deber de avisar a los deportistas antes de algunas pruebas y eso por poco hace que una deportista nuestra literalmente viniera solamente de paseo; si no es porque ella misma fue a reclamar, porque le dije a Robinson que fuera y la respaldara, y porque la misma presidenta de la Liga de Atletismo de Cundinamarca se dio cuenta de ese precioso (?) atropello, no correría.  Ese juez se molestó lo suficiente, pero no podía hacer nada, se equivocó y aparte de que por eso le pagaban, no podía darse el lujo de dárselas de estricto si no cumplía lo encomendado; incluso un acompañante me comentó que en otro evento le quitó el número de competencia a su hija.

Lo triste de este evento, es que se invitaron ligas foráneas y escuelas militares y de la Policía Nacional.  ¿Por qué?  Está bien que se enriquezca el nivel competitivo en el Departamento, que históricamente ha sido muy alto en buena parte de las competiciones nacionales, pero existe mucha falta de interés por parte de los municipios en participar.  Solo unos cuantos municipios de la Sabana y el anfitrión participaron y nosotros fuimos el único municipio de tierra caliente que participó.  Penoso.

Sobre las seis partimos a casa, llegando pasadas las ocho y media, con el cansancio propio de la competencia a cuestas, pero con la satisfacción de ver cómo los jóvenes se foguearon con propiedad ante deportistas con mayor capacidad física y técnica.  Nos podrá faltar algo de material más apto -léase y entiéndase los "spikes"- y una pista, pero tenemos muy buen material humano capaz de lograr medallas, algo que otros municipios de nuestra región y del resto del departamento con mayor capacidad económica han despreciado con el peor desdén del mundo.  Por mi parte, ya ni sé si desee volver a practicar, me sentí decepcionado, pero eso pasará y algo se hará para mejorar.

sábado, 9 de abril de 2016

"On the road again".

Barrabás es un grupo español de rock y música disco fundado por Fernando Arbex (1941-2003) e Iñaki Egaña en Madrid.  El grupo desde su propio inicio tuvo una serie de disputas y desacuerdos internos, que motivaron la salida del mismo Egaña -quien regresaría en 1983- y de los demás miembros que los fueron acompañando hasta 1979, año donde Arbex disolvería el grupo y se dedicaría a producir música para otros intérpretes, labor que inició con el mismo Barrabás luego de la salida de Egaña.

Arbex, quizá en un ataque de nostalgia, reformó el grupo en 1980, con el retorno de José María Moll, Ernesto Duarte y José Luis Tejada y la integración del costarricense Koky Maning y de los españoles Susi Gordaliza y Armando Pelayo.  Con esa formación, grabaron los discos "Piel de Barrabás" y "Bestial", siendo la canción que compartiré en estas líneas perteneciente al primer disco.

En 1983, su disquera, la RCA, no quiso continuar con el grupo, y cuatro de sus integrantes inmediatamente abandonan el grupo, lo cual, gracias a que encontraron una nueva disquera -CBS-, facilitaron el retorno de Miguel Morales y de Egaña.  Poco a poco perdían fuerza y solamente regrabarían éxitos pasados, lo cual haría que el grupo dejara los escenarios en 1990.  En 1993 regresarían, bajo el liderazgo de Moll y de Egaña, con algunos de los músicos que aún permanecen con vida, ya que tanto Arbex, como Tejada y Duarte, han fallecido.

"On the road again", es la canción que ha inmortalizado a este grupo y como lo cité, hace parte del disco "Piel de Barrabás", grabado y lanzado en 1981.  Compuesta por Fernando Arbex, mezcla apropiadamente al rock y al funk, género que reinaba en buena parte de Europa sobre la época.  No siendo más, ¡disfrútenla!



"Another way, another road,
another act, another show,
another love, another dream,
another song for us to sing."

"There you are, here I am.
What can I do to make you mine?
It'd be so nice to be with you,
to spend the night..."

"On the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"We're on the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"Here we go!"

"Another way, another road,
another act, another show,
another love, another dream,
another song for us to sing."

"Give me your time, give me your love,
to get me ready to be yours.
It'd be so nice to be with you,
to spend the night..."

"On the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"We're on the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"Here we go!"

"Another way, another road,
another act, another show,
another love, another dream,
another song for us to sing."

"There you are, here I am.
What can I do to make you mine?
It'd be so nice to be with you,
to spend the night..."

"On the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"We're on the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"Here we go!"

"Road, road,
on the road again!
Road, road,
on the road again!"

"Road, road,
on the road again!
Road, road,
on the road again!"

"Road, road,
on the road again!
Road, road,
on the road again!"

"Road, road,
on the road again!
Road, road,
on the road again!"

"Come on, come on, come on, uh-uh!
Come on, come on, come on, uh-uh!"

"On the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"We're on the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"Then we go!"

"Come on, come on, come on, uh-uh!
Come on, come on, come on, uh-uh!"

"On the road, on the road,
on the road again!
On the road, on the road,
on the road again!"

"We're on the road, on the road,
on the road again!"

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viernes, 8 de abril de 2016

Un miserable penal.

Esta noche tenía el pensamiento y el sentimiento enfocados en lo que sucedería en el Valle de Laboyos.  Anapoima definiría su anhelado cupo para la Final Nacional del Torneo Mil Ciudades de Colombia ante un combinado huilense y le plantó cara de una forma que, incluso, podría derrotarle, pero el empate a tres fue el resultado final de ese juego.

Los penales, aquella instancia que ningún equipo desea enfrentar tanto en fútbol como en fútbol de salón, fueron los auténticos selectores de quién sería el finalista en Pitalito.  Según lo que se comentó en las redes sociales, uno de los árbitros del partido invalidó la atajada del portero anapoimuno en el tercer penal cobrado por los huilenses, en algo que igualmente se comentó como inaudito.  Se repitió ese penal y nuestro portero no pudo repetir la hazaña.

La tanda de tres penales reglamentarios terminó empatada, y se tuvo que llegar al cuarto penal.  Fallamos el nuestro y ellos anotaron, clasificando a la final del Zonal y a la Final Nacional.

Solo un penal.  Un miserable penal.  Algo que se puede calificar como nuestro talón de aquiles.  En los dos últimos Mil Ciudades departamentales se vivieron las mismas situaciones.  Hoy fue en un nacional y el anhelo de todos los salonistas y aficionados anapoimunos se quebró.  Por supuesto, yo también quise llorar cuando conocí la noticia.  Tanto esfuerzo y tantos problemas sorteados para llegar hasta allá no dieron el fruto esperado.

Pero, cierto ya es que este equipo le plantó mucha cara a equipos que en el papel, eran mucho más fuertes.  Me siento orgulloso de este logro, ya que de mi evento salió este equipo campeón y que a su vez nos representó.  ¿Podremos, ya conociendo la inquina que le cogieron algunas personas y entidades a nuestro "micro", repetir esta gesta?  Lo sé.  Podemos.

jueves, 7 de abril de 2016

Solo un partido.

Es una pena no haber viajado a Pitalito en esta semana, por razones que en cierta forma describí a profundidad.  Además, hubiese deseado ir como técnico del equipo, pero no cumplí con el requisito que exige la Federación de Fútbol de Salón para poder participar como técnico en cualquier torneo de su jurisdicción.

El equipo que ganó el evento clasificatorio que realicé sobre la mitad del año pasado, y que de paso, se llevó el clasificatorio departamental con creces, nos está representando en Pitalito (Huila), en el Zonal Centro del Torneo Mil Ciudades de Colombia, el evento deportivo más grande que puede realizar una sola federación deportiva nacional en su propio deporte -el viejo y querido microfútbol-.  De ese zonal, solo clasificarán a la Final Nacional -que a esta hora no conozco dónde se realizará- los dos finalistas.

Fueron sorteados en un grupo de tres equipos, junto a los representantes de Bogotá y de Boyacá.  Los otros dos grupos, se componían así, uno de cuatro y el otro de tres, para completar la friolera de diez equipos.  Para evitar disparidades con el grupo de cuatro equipos, en los dos grupos de tres se impuso la figura del "partido intergrupos", es decir, que los equipos a los que les correspondiera descansar por el cuadro de partidos propio de cada grupo deben enfrentarse entre sí, con el fin de que cada equipo jugase tres partidos para poder buscar su clasificación.  Para la semifinal, solo clasificarían los ganadores de cada grupo y el mejor segundo de los tres grupos.

El martes, perdieron ante Bogotá 6-4, en un partido que se podía clasificar como "increíble".  El miércoles derrotaron a la difícil Boyacá por 5-4 y dependían de lo que hicieran hoy ante el representativo local y lo que sucediera en los otros grupos, para evitar una situación desfavorable en caso de empate en puntos.

En esta noche, Pitalito fue un rival respetable, pero sufrió el embate de la técnica de nuestros jugadores, quienes los derrotaron 6-2.  Con ese resultado, Anapoima -Cundinamarca-, esperó los resultados que necesitaba y se clasificó, orgullosa, a la semifinal del Zonal Nacional del Torneo Mil Ciudades de Colombia.

Solo queda un partido, el cual se jugará mañana en horas de la noche, y que en el caso de lograrse la victoria, garantizará la clasificación a la Final Nacional.  Lo lograremos, lo sé.  Es un sueño del cual nadie, aficionado al único y original deporte creado en 1930, quiere despertar aquí.  Ojalá mañana, sobre estas horas, podamos celebrar.  Si se ha de llorar, al menos valoremos lo logrado por nuestros paisanos, independientemente de los vericuetos que hayan sufrido.

miércoles, 6 de abril de 2016

Cuadrando el calendario.

Hoy hubo fútbol, tanto por la Copa Libertadores como por la Liga Águila.  En Bogotá, el Independiente Santa Fe jugaba contra Corinthians para facilitarse la clasificación a los Octavos de Final; en Medellín, Nacional se ponía al día con el calendario enfrentando a Fortaleza, un nóvel club bogotano que vive su segunda temporada en la primera división del fútbol de este país.

En El Campín, Santa Fe inició ganando gracias a que Anthony Otero capitalizó un rebote en el área penal del equipo brasilero, pero regaló de forma absurda el primer cuarto de hora del segundo tiempo y permitió que Elías empatara el partido.  Con ese empate, con el cual terminó el partido, Santa Fe debe esperar una pequeña ayuda de Cobresal -un equipo minero de Chile-, quien deberá derrotar a Cerro Porteño y los cardenales hacer lo suyo en su visita a Asunción del Paraguay.

Por el otro lado, y ya haciendo referencia clara al título del texto de hoy, Nacional, jugando con una nómina mixta dados los compromisos que tiene, no pudo abrir el marcador ante Fortaleza durante el primer tiempo.  En el segundo tiempo, Luciano Ospina, otrora promesa de las selecciones juveniles y en una jugada bien dudosa, aprovechó un desconcierto de la defensa y de Christian Bonilla y anota, para sorpresa de los asistentes al Atanasio Girardot.

Pensé que Fortaleza mantendría el marcador a como diese lugar, pero la inexperiencia de buena parte de su plantel le pesó conforme transcurrieron los minutos.  Gilberto García logra centrar perfectamente -por fin- y encuentra un receptor en Macnelly Torres, quien cabecea y vence a Sebastián Duque para empatar el partido.  Resistido por buena parte de la hinchada, gracias a su irregularidad, Torres decide no celebrar con ellos, sin ser grosero siquiera, quiso apenas decir "aquí estoy".

En el minuto 71, Marlos Moreno reaparecía para bien, dejando en el camino a tres rivales y sirviéndole un gran pase al juvenil David Castañeda, quien anotó su primer gol como profesional.  Siete minutos después, Sherman Cárdenas, quien ingresó para darle mayor claridad a las ideas en el medio campo, envió un pase al vacío con destinatario Andrés Ibargüen, quien elude a Duque y asegura la victoria para Nacional.  Pero, faltaba la cereza del pastel.

En los últimos segundos del partido, Macnelly Torres transporta, por unos cuantos metros y por el sector derecho, un balón, y teniendo algo de espacio y facilidades por parte de la defensa de Fortaleza, lanza un precioso disparo al ángulo superior derecho de la portería de Sebastián Duque.  Golazo, paroxismo en la tribuna y una ligera adustez del jugador barranquillero por las críticas -como en el primer gol-.  Aún criticado, se necesita que Torres saque su genialidad para que en estos retos que le llegan al Verde 

Con el 4-1 en el marcador, Nacional es líder del torneo con 25 puntos, superando al Júnior por el gol diferencia y con el cual se enfrentará el sábado a las cuatro y cuarto de la tarde en el Metropolitano de Barranquilla.  Será un duelo para alquilar balcón, pues ese encuentro correspondió a la final del pasado semestre.  Y con ese duelo, ya se puso al día el calendario de nuestra primera división y no habrá más aplazamientos.

martes, 5 de abril de 2016

Otra frase.

"Las heridas sanan, pero las cicatrices quedan".
 
A todos, en algún momento de nuestras vidas, nos ha calzado perfectamente este dicho.  Y no voy a explicar el por qué en este momento.

lunes, 4 de abril de 2016

Luto.

Hoy, no quiero decir mucho.

Aparte de que volvió la lluvia, se cumplieron dos meses de la partida de mi abuelo Francisco.  Hace pocos días, se cumplieron tres meses de la partida de mi abuela Elvira.  Ambos eran mis abuelos paternos.

Me hacen falta.  Solía visitarlos cuando debía ir a San Antonio de Anapoima.  El miércoles pasado encontré una foto donde aparecían tanto mi abuelo Francisco como mi abuelo Jorge y créanme, quise llorar.

Hoy no podía aguantar las lágrimas.  En algún momento le dije a mi abuelo que quería irme antes de él.  Él me dijo el pasado Diciembre que estaba listo para irse y pensé que él dejaría primero este mundo.  No se cumplió.  Mi abuela Elvira se fue primero y eso fue un golpe durísimo tanto para él como para Don Norman.

Tarde o temprano, a él le llegaría su hora.  Y ese 4 de Febrero, antes de las cinco de la mañana, no sin antes despedirse de mi hermano vía telefónica, y el mundo, en una señal extraña, le manifestó a mi hermana que partiría, fallecía para acompañar a la persona que por más de cincuenta años lo acompañó en esa vieja casona.

Me hacen falta ellos, queridos amigos, pero así es la vida.  Agradezco de corazón los mensajes y las llamadas que me dejaron en esos días tristes.  Dios los bendiga.

domingo, 3 de abril de 2016

Vaya encierro.

No quería saber de muchas cosas hoy.  Ni de las marchas, ni del paro armado patrocinado por los remanentes de los paramilitares.  Sí quería saber algo del fútbol y por ello, aparte de despertarme tarde, ni quise salir de casa al estadio para ver algo del campeonato local, me quedé en casa redactando unos documentos que requiero para hacer algo a mitad de año.

Lo cierto fue que el tiempo se pasó, literalmente, volando y llegó la hora de ver el partido que Atlético Nacional disputaría ante el Atlético Bucaramanga en Medellín.  El partido terminó con un marcador de sorpresa y de escándalo, siete a cero a favor de Nacional.  Mi mamá observó el partido conmigo e incluso se compadeció del portero del Bucaramanga; yo no había visto a Nacional meterle siete goles a un rival desde el 7-1 al Huila en el evento de 1996.

Terminé los documentos pasadas las seis de la tarde, y apenas pude salir para recoger unos paquetes en la esquina que da a la calle que lleva hacia Colsubsidio.  Veo las noticias y apenas pasó la sección de deportes, salí.  Sí, hasta esa hora salí a la calle.  ¿Y qué vi?  El mismo paisaje nocturno de todos los domingos por aquí, salvo algunos competidores del campeonato local que disfrutaban de su tercer tiempo.

Vuelvo a casa y escribo.  ¿Qué puedo decir?  Que fue un increíble encierro.  Y que sabrá Dios si esto sigue así.

sábado, 2 de abril de 2016

Chiclayanita.

Emilio Santisteban Niño fue un compositor peruano, originario del Departamento de Lambayeque, nacido en 1901 y fallecido en 1983.  Su obra musical se basó en la música propia del norte del Perú, y que de por sí, se convirtió en la música que identifica a ese país en el mundo, la marinera.

Su primera composición musical fue esta canción que voy a compartir ahora, denominada "Chiclayanita", una marinera que suele ser interpretada por muchas bandas de viento peruanas e incluso, dentro de algunos festivales de danza muy reconocidos en ese mismo país.

La razón por la que hoy trato de esta música, es el haber escuchado un acorde muy similar en el final de un video donde se resume un partido de la selección de fútbol del Perú en el Mundial de 1978 realizado en Argentina.

¡Sírvanse escuchar y disfrutar!


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"Chiclayanita, dame tu amor.
Chiclayanita, dame tu amor.
En prueba de mi cariño, contigo me voy a casar.
En prueba de tu cariño, contigo me voy a casar."

 "Chiclayanita, dame tu amor.
Chiclayanita, dame tu amor.
En prueba de mi cariño, contigo me voy a casar.
En prueba de tu cariño, contigo me voy a casar."

"Qué será de mi chiclayana,
que va vendiendo por la Calle Real.
Qué será de mi chiclayana,
que va vendiendo por la Calle Real."

"Ahí batiendo su pañuelo,
enseñándome a acariciar.
Ahí batiendo su pañuelo,
enseñándome a acariciar."

  ♫

viernes, 1 de abril de 2016

Lista de regalos (actualizada).

Llegó Abril con su alegría y su locura, dirán algunos, pero para mí, este viernes no ha sido muy feliz.  Se cumplieron tres meses de la partida de mi abuela Elvira -sí, preciso un 1 de Enero, pasada la Nochevieja- y ahorita no ando con muchas ganas de hacer cosa alguna, por las situaciones recientes.

Este año me permití dar algunos gustos y cumplir algunos de mis deseos del año pasado, conforme lo cité en este texto.  En este año, algo ha cambiado, y me permito escribir de nuevo el texto, cambiando cosas y añadiendo otras.  En fin...

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Siempre he deseado muchas cosas materiales e inmateriales, queridos amigos y queridas amigas, pero no me gusta fastidiarlos pidiendo y pidiendo como chino chiquito que satisfagan esos deseos.  Siempre pienso y digo que la mejor forma de cumplir tales deseos es luchando por ellos por cuenta propia.  Así he conseguido algunas cosas, no todas, porque esas cosas que no he podido conseguir han superado mis esfuerzos.  He aprendido a vivir con poco y con prácticamente nada, porque me considero alguien humilde y mi propia vida y mi propio origen me han enseñado a valorar lo que tengo a mano y lo que dispongo para conseguir lo que falta.

Todos los mortales siempre desean tener algo material que los satisfaga, por muy pequeño que sea, y yo no soy la excepción.  Me reitero, no soy de esos que piden cosas imposibles.  No me exceptúo de soñar con un Ferrari o con una mansión, pero es demasiado para mí a esta hora de la vida.

No siendo más, esta es mi lista de regalos que he deseado por siempre.
  • Una máquina de escribir. (Me la dieron cuando estaba en quinto de primaria, la debo arreglar)
  • Un par de zapatos pistones y otro apache. (Los tuve cuando estaba en el colegio y en la universidad, por vejez los cambié)
  • Una camisa blanca que no sea de uniforme colegial. (La compré la antepasada Navidad)
  • Una guayabera. (Me la regaló mi mamá, no recuerdo cuándo, la tengo en buen estado y la uso)
  • Una cámara digital de aficionado. (Tengo dos, una para reparar y la otra es mi bien más preciado, es mi herramienta favorita)
  • Mi propio computador. (El Julio antepasado lo recibí, funciona y muy bien)
  • Una cámara digital semiprofesional.
  • Una cámara de video(La compré en Enero, la uso de vez en cuando, pero pronto verá acción)
  • Un trípode. (Lo adquirí para el último Concurso de Bandas)
  • Una boleta del concierto de Kiss el 10 de Abril (e ir a ese concierto, por supuesto)  (No se pudo asistir, el sistema para vender boletas es algo excluyente)
  • Una camiseta de cualquier temporada -y original- de Atlético Nacional. (Tengo dos, más una réplica)
  • Una camiseta de otro club colombiano. (También tengo dos, una la compré cumpliendo una promesa en un Diciembre)
  • Una camiseta de selección nacional. (Tengo dos, del mismo color base, de equipos distintos)
  • Una camiseta original de la selección argentina de fútbol.  (La compré, y eso que por poco me arrepiento, en Noviembre pasado)
  • Una camiseta original de un club extranjero que me agrade.  (Fue mi "auto-regalo" el año pasado)
  • Unas zapatillas para correr. (Las compré en la Navidad antepasada, son de una de mis marcas favoritas, y creo que voy a necesitar otras)
  • Un Nokia Lumia 520. (Lo compré para Octubre antepasado, lo quería desde hace rato)
  • Un pantalón de dril de color oscuro. (También lo compré junto a las zapatillas)
  • Unas botas Brahma Biker. (Fue mi regalo anticipado de cumpleaños, las compré hace un año)
  • Completar mis álbumes Panini.
  • Un cronómetro profesional.
  • Una caja de herramientas.
  • Un Motorola MotoG, edición Ferrari.
  • Cursar mi postgrado.
  • Conocer Manizales. (Viajé a finales de Enero del año pasado, volví este año)
  • Conocer Cali.
  • Volver a Medellín y a El Retiro.  (¿Qué creen ustedes?)
  • Conocer, algún día, el mar (aunque eso no me afana).
  • Ver un partido de Atlético Nacional en Bogotá.
  • Ver un partido de Atlético Nacional en Medellín. (Insisto, ¿qué creen ustedes?)
  • Conocer Bucaramanga.
  • Conocer Armenia y Pereira. 
  • Unas zapatillas nuevas para practicar microfútbol, de mi marca favorita.
  • Llenar el álbum de la Eurocopa 2016.
Esa es mi lista.  Hay algunas cosas que deseo y decidí no transcribir, pues son más aspiraciones personales que a decir verdad, debo resolverlas con mi propio esfuerzo, en especial una que anhelo bastante.  Ojalá esas aspiraciones se cumplan pronto.

De resto, habrá tiempo para cumplir lo que he listado, quizá el suficiente, quizá no.  Si ustedes quieren agradar mi día regalándome algo de esa lista, lo aceptaré con el mayor de los gustos.  Si no pueden hacerlo, no hay problema, no pasa nada, lo importante es el buen corazón que tengan.  No se pudo asistir al concierto de Kiss, menos al de los Rolling Stones; dudo mucho que ese último grupo vuelva algún día a Colombia.  

Agradeceré, de antemano, y con la mejor disposición posible, todos los presentes, saludos, llamadas telefónicas, mensajes, manifestaciones de cariño y similares que envíen para mi día.  Me alegrarán ese momento, que tan amargo y triste ha sido en algunos años.  Que Dios los bendiga e ilumine sus corazones y pensamientos.

¡Nos veremos pronto!