martes, 31 de marzo de 2015

Adiós, Marzo. Otra vez.

Se fue con algo de satisfacción, aunque con algo de pesar, este mes.

Dí un paso pequeño para algo que estoy esperando desde hace tiempo.

Una bella amistad se terminó, en parte por mi culpa y debo aceptarlo.

Se finalizó mi evento con buenas impresiones, con algo de ganancia, pero faltan detalles menores para dejar todo al día.

Disfruté de una excelente velada musical durante el puente festivo, pero no he hecho el deber de compartirla como corresponde.

Hay algunas noticias en el aire.

Y así, despedí este mes.  Con ocupaciones, con el sueño de volver a surgir como el Fénix.

Así, cierro el ciclo compuesto por ese año trigésimo que cumplí.  Es hora de pensar en el siguiente y en lo que viene.  Ya estamos en Semana Santa y hay que cumplir deberes.  Habrá tiempo para el recogimiento.  Y bueno, hay que iniciar este Abril con ganas y mucha energía.

lunes, 30 de marzo de 2015

El pasillo colombiano.

Hace algunos días, recordé las ocasiones donde interpretábamos pasillos, y siempre quise averiguar cuál es el origen de este precioso ritmo nacional.  Algo supe durante mi estancia en la Banda, pero de una forma muy general.

El pasillo es una evolución del vals europeo, donde, a cambio del ritmo parsimonioso del citado, es mucho más rápido y vertiginoso, agotando -literalmente- a los bailarines.  Aún así, se convirtió en un símbolo musical del mestizaje en América.  Existen dos variantes, el fiestero, que es el más popular, y el lento, que es más propio de los cantos de enamorados y de nostalgia.

En nuestro país ambas variantes son muy interpretadas, no solo por grupos de cuerdas, sino por bandas sinfónicas e intérpretes solistas.  El pasillo está presente en todo el país, con algunas variantes instrumentales conforme a la región, pero es en la Región Andina donde se ha hecho prácticamente autóctono, tanto, que en algunas interpretaciones no es fácil diferenciarlas de un bambuco.

Quiero compartir con ustedes algunos pasillos colombianos, los que recuerdo con mayor cariño, gracias a mi experiencia musical.

"El Cafetero"

Este pasillo fue compuesto por la nariñense María de la Cruz "Maruja" Hinestroza de Rosero a sus catorce años de edad, es uno de los "himnos del alma" del Eje Cafetero y de todos los cafeteros de Colombia.  El tema fue estrenado en un Congreso Nacional Cafetero realizado en la ciudad de Pasto.  La interpretación que compartiré, es del gran músico colombiano Jaime Llano González.



"Patasdilo"

Carlos Vieco Ortiz fue un músico antioqueño nacido en Medellín en 1900, fallecido en la misma ciudad en 1979.  Su obra más reconocida es este pasillo movido y bastante difícil de interpretar, compuesto en homenaje a una persona apodada así, "Patasdilo".  Es el tema de apertura del programa de Caracol Radio "Así canta Colombia", dirigido y presentado por Gabriel Muñoz López.  Esta interpretación corresponde a una banda sinfónica dentro del Festival Nacional de Bandas Infantiles, que se realiza en el Departamento de Caldas.



"Cachipay"

Emilio Murillo Chapul fue un músico boyacense, nacido en Guateque en 1880 y fallecido en Bogotá en 1942.  Fue discípulo de Pedro Morales Pino, fue un gran tiplista y compositor y fue un abanderado de la música colombiana en el mundo.  Este tema, además, es el himno oficial del municipio ídem.  Comparto esta interpretación de Jaime Llano González.



Así, con esta breve muestra de nuestra música, los dejaré por el día de hoy.  ¡Disfruten estos maravillosos temas!  ¡Nunca olviden sus raíces!

domingo, 29 de marzo de 2015

Reguetón, asqueroso reguetón.

De los géneros musicales que no suelo escuchar, hay uno que me irrita tanto que me provoca incluso cáncer ótico, en serio.  Es que ni el vallenato, ni los corridos, ni la llamada "música de despecho" logran tal fin; bueno, al menos esos tres géneros los tolera mejor mi fina audición.

Me refiero al reguetón, ritmo nacido por allá en Panamá a finales de 1970 y popularizado de forma viral y peligrosa por toda América Latina hasta nuestros días.  Sus letras dan asco, en serio, eso es peor que tener solamente canales pornográficos en la televisión y por eso mismo le bauticé como "música porno".

¿No me creen?  Listo, les doy razones.  ¿Han leído por pura curiosidad alguna letra de reguetón?  Esas dicen porquerías como "perrea, mami, perrea" o "te voy a llenar el cubo de leche".  En serio, eso es más explícito y obvio que la tabla del uno.  ¿Qué me dicen de las pintas, de los videos, de los temas que tratan?  Claro, una que otra excepción habrá, pero desgraciadamente el reguetón se llenó de estereotipos y de valores negativos que no causan gracia para escucharle; considero que eso no aporta ni un grano de arena a una sociedad.

Es implícito decir que no me simpatizan esos tipos llamados Don Omar, ese tal Daddy Yankee, Héctor y Tito, entre otros nombres de ese género musical.  Cambio la emisora, trato de huir del lugar, escucho mi música o duermo si en algún sitio se les ocurre maltratarme la audición así.  Insisto, en serio, no puedo con eso y sé que muchos de mis amigos, conocidos y paisanos no se aguantan ni por el Chiras esa cuestión.

Sé que otros tantos amigos, conocidos y paisanos les gusta ese género, y he dicho que no puedo defenestrarlos por ese detalle.  Si no se puede cambiar la música, pues habrá que bajarle el volumen al radio y que solo los que estén interesados escuchen, caso específico de algunos conductores del servicio público.

En fin, me he manifestado en contra del reguetón y considero que no lo tendré nunca en mis listas musicales, olvídense de eso.  Yo no voy a apoyar valores negativos a través de la música.

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Definitivamente en este mundo se encuentran motivos para agradar al pueblo, así uno no comulgue con los gustos ajenos.  Pero, en serio, ¿quieren que comparta algo de reguetón?  Solo por esta vez voy a dar ese gusto.

Aquí va.  ¡Esto sí es reguetón!  ¡Diviértanse!

sábado, 28 de marzo de 2015

Robando tiempo.

Critico mucho, hasta rozar la visceralidad, ciertas conductas de algunos árbitros que conozco a la hora de realizar su labor, en especial cuando se trata de hacer cumplir las premisas básicas de los reglamentos de juego.

El título de este texto lo dice todo.  A los árbitros les gusta robar tiempo.  Quieren salir temprano de los compromisos, como los malos oficinistas.  Cobran duro y aparte de eso se creen más que los mismos organizadores.  Subestiman sus herramientas, subestiman a la gente que está dentro del campo y fuera de él.  Ignoran que el público, que puede ser muy ignorante en muchas cosas, no es para nada pendejo y gusta de ver que el espectáculo sea agradable y que el marco que lo rige, sea el más correcto posible.

Cuando hice parte de un grupo arbitral, detesté de sobremanera que me hicieran robar tiempo.  Por esa razón, decidí dejarlos, me irritó mucho esa actitud.  No me parece justa con nadie.  Los compañeros y amigos que hice a través del deporte saben que soy honesto y lo suficientemente justo como para irrespetarlos con esa conducta.  Incluso, cuando he organizado eventos, he tenido algunas discusiones con varios árbitros por eso, hasta me ha tocado pararme en la raya y decirles que su conducta no es para nada correcta.
 
En mi último evento, tuve que terminar varias fechas bastante tarde, porque los partidos se jugaron en escenario abierto. Por supuesto, me aburría, me daba sueño, quería irme a casa, pero el reglamento es más claro que la leche y lo mínimo que debo hacer es respetarlo. En algún momento se me fueron unos cuantos segundos por no estar pendiente del reloj, para mi fortuna no afectaron el desarrollo de esos partidos. Los médicos también se mueren, dice el refrán.

Hoy vi la tapa. En un torneo departamental, los árbitros cumplieron a cabalidad todo lo que cité en los primeros párrafos. No quisieron usar el tablero electrónico que se les facilitó, aduciendo no saber usarlo, cuando aprender a usarlo no tarda más de quince minutos. En todos los partidos se robaron entre dos y cinco minutos por cada periodo. En fin... A mis compañeros entrenadores les faltó mucha malicia para manejar estas situaciones y se los hice saber, porque hasta en Intercolegiados he visto esas mañas.

Cada ocasión que transcurre confirmo que el juzgamiento deportivo solo es justo cuando les conviene, no en todo momento, como debería ser. Uno entiende que hay momentos, pero los reglamentos no contemplan los momentos, contemplan el juego. Y así entiendo yo mi juego.

viernes, 27 de marzo de 2015

Viajando por un sueño.

Hoy decidí viajar a Bogotá, luego de recuperarme un poco del trajín de mi evento.  La idea era concretar una propuesta combinada con oferta de trabajo que se había realizado en Anapoima en mi ausencia, pero de la cual supe instantes después, porque realmente me interesa.

Madrugué con algo de nerviosismo, y no pude dormir porque me puse a hacer charla con la persona que me transportó.  Ya llegando a Bogotá, el sueño me traicionó y alcancé a "cabecear" unas cuatro veces.  En el Terminal me desperté completamente, desayuné, hice algo de tiempo y antes de las ocho y media fui a cumplir mi compromiso.

Por poco no me atienden, estaban a pocos minutos de iniciar una reunión importante.  Supliqué para que pudieran atenderme unos minutos y logré ser atendido.  La respuesta fue obvia, me esperaban, pero no hoy.  Comprendí todo e hice el deber de ser más concreto que de costumbre.  Pacté el siguiente encuentro para después de Semana Santa, no sin antes dejar unos puntos en los que se estuvo de acuerdo.

Salí de ahí con alegría y con la ilusión de algo tangible, una respuesta pronta, aunque temporal a toda esta serie de problemas que me han aquejado durante años.  Ojalá todo eso sea realidad.

El resto del viaje consistió en un paseo de salud por Chapinero, observando novedades y cosas así, para llegar a la Piloto, donde realizo mi acostumbrada parada técnica.  Salgo y voy al centro para averiguar por dos encargos que tengo pendientes, ninguno estuvo listo, aunque debo decir que si no es porque no quería tener contratiempos en el regreso -y de paso, quedarme-, podía tener uno de ellos en las manos.  Decidí esperar hasta después Semana Santa para esos detalles.

A casa llegué medianamente temprano y con bastante sueño, pues el cansancio me ganó en la misma Bogotá.  Con los restos estoy escribiendo este texto.

Dentro de mi propia forma de pensar, creo que nunca arriesgo lo suficiente, creo en aquella frase del no montar la bestia antes de ensillarla.  Aún más, con los recuerdos de lo sucedido el pasado Septiembre.  Hoy, demostré que en algún lado, hay una luz de esperanza.  Insisto, ojalá todo eso se convierta en realidad.

jueves, 26 de marzo de 2015

"¡A gritar!"

Otis Day and The Knights es una banda ficticia creada para la película "National Lampoon's Animal House", lanzada en 1978.  Estaba liderada por el mismo Otis Day, interpretado por DeWayne Jessie, pero el actor no era quien hacía la voz en esta canción, es Lloyd Williams quien realmente la interpreta.

"Shout", que significa "gritar", es el título de una canción popular y bastante influyente de la cultura estadounidense, grabada en 1959 y compuesta e interpretada originalmente por The Isley Brothers.  La canción, según los mismos Isley, es una "llamada y respuesta" a la letra de "Lonely teardrops", de Jackie Wilson.

¿Que si es alegre?  ¡Por supuesto!  ¡Aquí les comparto la canción!



"Well..., 
you know you make me want to SHOUT!
Kick my heels up and SHOUT!
Throw my hands up and SHOUT!
Throw my head back and SHOUT!
Come on now, SHOUT!"

"Don't forget to say you will
Don't forget to say, say you will!
Say it right now, baby, say you will!
Come on, come on, say you will!
Say that a you, say you will!"

"Say!, say that you love me
Say!, say that you need me.
Say!, say that you want me.
Say!, you wanna please me.
Say!"

"Come on now, say!
Come on now, say!
Come on now, say!"

"I still remember when you
used to be 9 years old, yeah!
I was a fool for you from the
bottom of my soul, yeah, yeah!
And now that you've grown up,
and old enough to know yeah, yeah!
You wanna to leave me,
you wanna to let me go"

"I want you to know,
I said I want you to now right now,
you've been good to me baby,
better than I've been to myself, hey, hey!
And if you ever leave me
I don't want nobody else hey, hey!
I said I want you to know
I said I want you to know right now."

You know you make me want to SHOUT!
Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, alright, alright!
Come on now, come on now, yeah, yeah!
Oh all right, oh all right, yeah, yeah, yeah!"

"Now wait a minute, I feel alright,
now that I've got my woman,
I feel, hey, alright!
You been so good to me,
you been so good to me!"

"You know you make me want to SHOUT!
Lift my hands up and SHOUT!
Throw my hands back and SHOUT!
Come on now, SHOUT!
Come on now, SHOUT!
Come on now, SHOUT!
Come on now, SHOUT!
Take it easy, SHOUT!
Take it easy, SHOUT!
Take it easy, SHOUT!
Take it easy, SHOUT!

"A little bit softer now!
A little bit softer now!
A little bit softer now!
A little bit softer now!"
A little bit softer now!
A little bit softer now!
A little bit softer now!
A little bit softer now!"
A little bit softer now!
A little bit softer now!
A little bit softer now!
A little bit softer now!"

"A little bit louder now!
A little bit louder now!
A little bit louder now!
A little bit louder now!
A little bit louder now!
A little bit louder now!"

"Hey-ey, hey-ya!
Hey-ey, hey-ya!
Hey-ey, hey-ya!
Hey-ey, hey-ya!
Hey-ey, hey-ya!
Hey-ey, hey-ya!"

"Jump up and shout it now!
Jump up and shout it now!
Jump up and shout it now!
Jump up and shout it now...!"

miércoles, 25 de marzo de 2015

A tres semanas: Conciencia deportiva.

Desde hace casi trece años, incursioné en la realización de eventos deportivos.

Hoy, tuve la final de mi evento, la cual tenía programada para el miércoles anterior.  Debí aplazarla a solicitud de los mismos deportistas y porque estaba preocupado por la premiación general.

Había prometido cifras exactas y como sé que la gente no es ignorante, es lógico que harían sus propias cuentas para la hora de los trofeos.  Hubo algunos que estaban debiendo -y aún me deben- dinero, así que debí asumir lo que faltaba de la premiación con las multas.  Quedaba un premio de los finalistas pendiente, con algo de esfuerzo conseguí recursos para ese premio, el cual no lo esperaban, era para el equipo que quedó ubicado en el cuarto puesto.

Todo lo que he vivido en los eventos anteriores lo he reflejado en este que terminé.  Me sentí muy satisfecho.  No pensé que se inscribieran tantos equipos, a pesar de que no hice convocatoria escrita.  La gran mayoría de los equipos fue muy cumplida con sus responsabilidades.  No asistió tanto público, pero hubo momentos en los cuales el ambiente estuvo muy animado.  Pasé un susto tremendo cuando un deportista, gracias a una imprudencia propia, se lesionó gravemente su tobillo.  

¿Quieren que les confiese algo?  Así es que uno debe construir y hacer parte de una comunidad, no fomentando antivalores, vagancia, vicios, conductas poco saludables.  Cuando debo conseguir patrocinios, la gente me cree y eso sucedió tanto en el 2012 como en el 2013.  Trato de hacer buenas programaciones y formatos de competencia -fixtures que llaman- animados para que los deportistas no se depriman.  Priorizo la premiación colectiva antes que la individual.  Invito a la gente a presenciar mi evento.  Mi mamá, a pesar de que no le gusta que me dedique a estas tareas, al final termina apoyándome y preguntándome en qué puede ayudarme.

Mis deportistas salieron contentos por todo eso, pese a algún incidente sin importancia dentro del desarrollo.  Falta ese dinero, el cual estoy tratando de recuperar por la vía sencilla, sin hacer uso de la justicia deportiva; si no se puede recuperar rápido, por allá tendré que ir.

¿Que si seguiré realizando mis eventos?  Por supuesto, ya estoy planeando el siguiente.  Lo haré hasta cuando mi propia vida y lo que suceda -en especial si es algo muy bueno- me digan "no más".  Seguiré haciendo las cosas al derecho, como me gusta hacerlas, y aún más cuando esos deportistas, esos amigos y conocidos que gustan del deporte depositan su confianza en mí.  Seguiré cultivando mi conciencia deportiva y así haré que mi gente y mi poblado crean en el deporte como tal y como herramienta para seguir construyendo una comunidad.

martes, 24 de marzo de 2015

Dormir.

Es necesario.  De veras.

La gran mayoría de seres vivos lo necesita.

Los humanos, casi por unanimidad, lo adoramos.

Dormir es una actividad donde el organismo se recupera del trajín diario y que de no cumplirse, el mismo organismo pasa factura.

En mi caso, creo que le heredé ese gusto a mi papá.  Duermo demasiado.

Trato de dormir lo mejor posible, y detesto que me despierten de golpe.

Por lo que he comentado en otros textos, mi reloj biológico se alteró, y en más de una ocasión, me he quedado dormido en horarios en los cuales no debería dormir, sobre todo por el cansancio.

Incluso, por el mismo tedio, me he quedado dormido en mi morada.  No me disgusta, pero realmente no debería.  Una revisión médica no me caería mal para resolver ese problema.  La tengo pendiente desde Diciembre, por un procedimiento que no me agrada mucho.  Lo que sé, es que algo de actividad en el día me ayudará.

También sé que no puedo retarme a pasar varios días despierto, me enfermaría gravemente.  Necesito mi espacio vital para recuperarme.  Y, bueno...  ¡Hay que saber dormir!

lunes, 23 de marzo de 2015

¿Otra vez un derrumbe?

Tanto ayer -en la mañana-, como hoy -entrada la noche- dos derrumbes nos incomunicaron con Bogotá.  Todo por las lluvias.  Como han de suponer, fueron de magnitud considerable.  El de ayer, sucedió pasando los piqueteaderos de Puerto Lleras, el de esta noche sucedió pasando la temible curva de Dos Caminos.

No esperaba que sucediera algo así para estos días en nuestra carretera, aún más cuando están arreglándola para el proyecto del tercer carril.  Pero, como en esta viña del Señor sucede de todo, las vías alternas no estaban -y difícilmente estarán- preparadas para una situación así.  Ayer, todo el tráfico debió ingresar a Tena.

El asunto para hoy fue más grave.  Cuando arribé a casa, había una fila larguísima de vehículos en la estación de servicio, incluidos el bus del Municipio de Cachipay, un doble piso de Cootranshuila y otro de piso sencillo de Velotax.  Ahí me dí cuenta de qué tan grave estaba la situación.  Antes, mientras llovía torrencialmente, nadie de mis conocidos quería viajar.  Algunos debieron intentar viajar por la carretera de Mesitas para salir por San Antonio del Tequendama, no supe si pudieron completar el recorrido.

Ojalá la concesión haya resuelto esas situaciones para el bienestar de todos.  Sé que cumplirán.  Nuestra región no puede quedarse sin carretera, máxime cuando la Semana Santa se acerca.  De todas formas, hay que tener precaución y no abusar de la suerte.

domingo, 22 de marzo de 2015

Otra reflexión.

Nunca entenderé por qué perdonamos a los demás diciéndole simplemente "tranquilo".

Es más, pienso que el decirle "tranquilo" nada más, a una persona que clama desde su corazón misericordia, es darle más larga a ese asunto que en muchas ocasiones ha dañado buenas relaciones, desde la más corta hasta la más duradera.

La verdadera y exacta forma de brindarle a ese corazón arrugado, reflejado en una expresión bastante triste y con los pensamientos bastante revueltos, es comprenderlo.  No justificarle aquel asunto, por supuesto.  Ese corazón noble por naturaleza, busca la paz, no arreglar ese asunto con la sangre hirviendo en su cabeza y en sus extremidades.  Ese corazón noble, sabe del sentimiento de su semejante y quiere decirle muchas cosas de la mejor forma posible.

Si alguien me pidiera perdón así, con el corazón en la mano, me sería imposible mantener algún sentimiento de altivez y de indiferencia causados por tales asuntos.  Ojalá la gente que estuviese en mi entorno conociera que de veras, siento las cosas tal cual, tanto para bien como para mal.

Nunca le diré "tranquilo" a alguien que me pida perdón.  Insisto, eso es echarle leña a la hoguera.

Ayer alguien me dijo eso cuando le dije "perdón", pero eso no significa mucho.  De todas formas, eso es un pequeño paso, considero yo.

Ojalá ese ansiado regalo espiritual, del cual he dado alguna pista aquí, llegue más pronto de lo planeado.  Que así sea.

sábado, 21 de marzo de 2015

Borrachera.

Odio hasta el infinito esta condición.  Me repugna.  Me indigna.  Me deja maltrecho.  Saca lo peor de otras personas.

Así me refiero yo a esa maldita condición causada por el exceso de alcohol, conocida como "borrachera".

He visto a muchos caminando por la cuerda floja, adictos y no tan adictos a esa sustancia, por abusar impunemente de ella, arriesgando su salud y la de los demás.  Peor aún, retan a la vida conduciendo algún automotor o sus bicicletas por aquellos peligrosos caminos que los llevan a casa, con el infortunio de sufrir un grave accidente.

Por mi parte, trato de evitar esa condición, gracias a las enseñanzas indirectas de algunos familiares y conocidos y a lo que aprendí en clases de Biología.  Mi hígado y mi sistema digestivo sufren cuando bebo algún licor, así sea preparando mi organismo.

Debo decir que en algunas ocasiones abusé, pero mantuve mi conciencia y pude regresar sin problema, salvo en una ocasión en la que no pude escapar, arriesgando vilmente mi propia integridad, en el 2012.  En esa ocasión, duré enfermo por unos dos días, y por ello, juré que no volvería a beber de semejante forma.

Es una pena que nuestra propia cultura incentive el consumo de alcohol como forma de demostrar valor, "berraquera", hombría.  Para mí, es una forma de morir lenta y sin sentido.  Es que ni para ahogar las penas sirve, se ahogan las neuronas y las tripas.  Y me ha irritado ver a miembros de mi propia familia en ese estado.  Ni entiendo por qué es necesaria esa sustancia en las fiestas.

Por esas razones, evito al máximo el alcohol.  No digo que sea un abstemio a tiempo completo, muy de vez en cuando degusto un trago, aunque debo decir que los destilados no son de mi agrado.  Y estimulo, hasta donde pueda, que los jóvenes que conozco no se vayan por ese mal camino.

Termino con una adaptación de la famosa frase de Homero Simpson: "El alcohol es la causa de todos los problemas".

viernes, 20 de marzo de 2015

"Animal nocturno".

Desde hace algún tiempo, digamos que desde que empecé a estudiar en Girardot, debí acostumbrarme a realizar labores de noche, incluso al extremo de trasnochar.  Recuerdo bien aquel trabajo de Lógica Matemática que debí hacer de noche, lloviendo y a la luz de una vela cuando viví en Flandes, para no quedar mal con el profesor Rafael.

Desde ahí, poco a poco, me convertí en un noctámbulo.  En un "animal nocturno".  Solía hacer muchas actividades de día, ahora las hago de noche.  Hasta mi mamá se preocupa por eso, dice a veces que parezco duende.  Y vaya duende.

Salgo a caminar, a disfrutar del pueblo, a ver qué hay por ahí, a ver con quién me encuentro.  Es rara la vez que me quede hasta altas horas de la noche en el pueblo, pues no me agrada llegar tan tarde a casa; eso suele suceder cuando hay eventos especiales aquí.  Sigo caminando y pienso en muchas cosas a la vez, en especial si hay que hacer algo importante al otro día.  A veces, si hay plan, puedo comer o beber algo, pero sin excederme.

Ni se diga de mis eventos.  Todos se deben hacer de noche, por obvias razones.  Ya les conté lo que "sufrí" gracias a la falta de ritmo.

Rara vez uso transporte público cuando debo regresar a casa de noche, suelo caminar, lo cual hace parte de mi vida.  Es una gran ventaja de vivir en un poblado tranquilo como este.  También disfruto de la frescura del clima a esas horas, sin el asfixiante calor que suele hacer en algunas épocas.

No creo ser ese "duende" que considera mi mamá.  Simplemente, mi reloj biológico se alteró.  Dicen que también algunos aspectos no precisamente científicos han influido también.  Lo cierto es que he aprendido a valorar este momento del día, no solo por las obligaciones.

jueves, 19 de marzo de 2015

"Llorar".

Se dice popularmente que los hombres de verdad no lloran, gracias a la sociedad altamente machista que nos inculcó algunas malas maneras durante muchos años, y quizá algunos muchos siglos.  Todos los hombres hemos derramado una lágrima, de acuerdo.  De felicidad, de tristeza, de miedo, incluso hasta por amor, nadie sabe exactamente.

No es ajeno a este servidor el haber llorado.  Mucho y poco.  Me cuesta ya hacerlo a estas horas de la vida.  Pero, como he contado en algunos textos anteriores, algunas situaciones han hecho que de mis ojos broten las más puras muestras de un sentimiento.  Eso, queridos amigos y amigas, no es más que pureza espiritual y auténtica humanidad de cada uno.

Llorar también es el título de una maravillosa canción.

José Manuel Figueroa, conocido como Joan Sebastián, nació el 8 de Abril de 1951 en Juliantla, en el Estado de Guerrero en México.  En su juventud quiso dedicarse a la carrera sacerdotal, pero su padre se negó, al saber que poseía un gran talento musical.  Angélica María -la reconocida actriz mexicana de los años sesenta- notó el talento de José Manuel al escucharle mientras reservaba una habitación hotelera y le puso en contacto con el músico y productor Eduardo Magallanes, pero no logró un encuentro con él, al encontrarse en una gira.

José Manuel tocó las puertas de varias empresas discográficas en Ciudad de México, pero fue rechazado; incluso al lanzar su primer sencillo, fue vetado por cinco años por la emisora que lo acogió por entregar una caja llena de aguacates como agradecimiento.  Al lanzar su séptimo sencillo y un disco de larga duración, en Discos Musart le sugirieron que se cambiara el nombre y después de varios intentos, quedó el "Joan Sebastián", nombre por el cual lo conocemos en todo el mundo.

Esta canción, es uno de sus primeros éxitos musicales.  Bien recuerdo que era una de las canciones que solía escuchar en mi infancia, junto a mi papá cuando él escuchaba con frecuencia la extinta emisora Radio Recuerdos.  Recordaba mucho la melodía y preciso hoy, el Día de San José la evoqué con detalles.  ¡Sírvanse escucharla!



"Te miré llegar -¡ajá!-, 
me acerqué a tu vida y te dejaste amar, 
y ahora resulta que te vas."

"Te entregué mi amor -¡o-oh!,
me hiciste dichoso, me hiciste un favor, 
y ahora me heredas el dolor."

"¿Quién iba a pensar 
que un día me habías de abandonar,
quién, quién?
¿Quién iba a pensar que un día por ti 
iba a llorar, llorar, ¡llorar!? 
¡Oh-oh-oh-oh, o-oh!, ¡llorar!
¡Llorar!" 

"Te entregué mi amor -¡o-oh!,
me hiciste dichoso, me hiciste un favor, 
y ahora me heredas el dolor."

"Te dejaste amar -¡ajá!-, 
y te lo agradezco en vez de reprochar,
aunque hoy me inunde de llorar." 

"¿Quién iba a pensar 
que un día me habías de abandonar,
quién, quién?
¿Quién iba pensar que un día por ti 
iba a llorar, llorar, ¡llorar! ?
¡Oh-oh-oh-oh, o-oh!, ¡llorar! 
¡Oh-oh-oh-oh, o-oh!, ¡llorar!
¡Llorar!"

miércoles, 18 de marzo de 2015

A cuatro semanas: "¿Por qué no podemos ser amigos?"

Hoy, para mi fortuna, tuve un día ocupado y no tuve nada más en qué pensar, solo en la semifinal de mi evento.  Sin tanta parafernalia, con algunas preocupaciones respecto a lo que sería la premiación de la próxima semana, pero terminé bien y con la satisfacción del deber cumplido.

Hoy, hace veintitrés años, el mundo cambió.  Era miércoles.  Los sudafricanos acabaron con el Apartheid.  Esta meseta recibió una vida más que hizo y seguirá haciendo historia.

Sin ánimo de vanagloriarme, cuatro semanas después de ese miércoles, cumplí ocho años de vida.

Y en esa fecha histórica para el mundo, nada mejor que recordar al grupo War y su canción "Why can't we be friends?", escrita por los mismos integrantes del citado grupo y la cual, aparte de aparecer en un capítulo de Los Simpson -donde Homero se enfrenta a Tatum-, refleja algo del ideal que representó Martin Luther King.  Sí, la igualdad entre razas.



"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?"

"I seen you around for a long long time, -yeah-ha-ha-ha!-
I really remembered you when you drink my wine."

"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?"

"I seen you walkin' down in Chinatown,
I called you but you could not look around."

"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?"

"I bring my money to the welfare line,
I see you standing in it every time."

"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?"

"The color of your skin don't matter to me,
as long as we can live in harmony."

"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?"

"I'd kinda like to be the President,
so I can show you how your money's spent."

"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?"

"Sometimes I don't speak right,
but yet I know what I'm talking about."

"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?"

"I know you're workin' for the CIA,
they wouldn't have you in the Ma-fi-a."

"Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends...?"

martes, 17 de marzo de 2015

Río.

Personalmente, me gustan muchos los paisajes donde hay cuerpos de agua, llámense lagunas, lagos, quebradas o ríos.  ¿Por qué?  Bueno, a decir verdad, me brindan sosiego y algo de tranquilidad.

Hace algunas semanas, después de unos cuantos años, no disfrutaba de un paisaje donde estuviese presente un río.  ¿Cómo sucedió esto?  Como habían aplazado el Escalafón para una semana más adelante -con comunicación casi sobre la hora por vía telefónica-, me propusieron acompañar una carrera atlética a campo traviesa que se realizaría sobre ese fin de semana.

¿Pensaron que no aceptaría?  Por favor, claro que acepté.  Me pagaban, me darían refrigerio y recordatorios.  Debía estar presente en la Casa de la Cultura sobre las cinco de la tarde.  Ese sábado pude tenerlo libre, hasta que una llamada casi me daña esa salida, afortunadamente pude concertar salir de ese compromiso sobre la hora y estar a tiempo para no fallarle a mi amigo.

Organizamos algunas cosas y nos fuimos hacia Apulo para que cada uno de los que iban conmigo fueran tomando sus posiciones.  Yo, desconociendo el por qué y para qué, decidí ir al río.  Debí cruzarlo, y créanme, me dio algo de miedo.  Ni siquiera pude recogerme el pantalón para, al menos, llegar indemne.

Al otro lado, en el territorio de Anapoima, debí quedarme.  Mi función en esa tarde y noche era encargarme de que los participantes de la carrera no se fueran para el río e indicarles cuál es el recorrido válido de la carrera.  Me quedé solo por unas dos o tres horas, no tuve noción exacta del tiempo cuando me recogieron.  Volví a cruzar el río con algo más de miedo, por la penumbra y porque me tropecé levemente con algunas rocas.  Recogimos a los demás en territorio apuleño y regresamos a nuestra base en Anapoima, con más comida de la que recibimos y con algo de cansancio.  Yo regresé a casa a medianoche, Robinson regresó enfermo de allá y no me fui de la Casa de la Cultura hasta que se mejorara.

De haber conocido que podía ir a un río, podía llevar la ropa para un buen baño.  Pero, bueno...  Aproveché para remojarme los pies y sentir la corriente del río.  También, para reflexionar un poco al estar desconectado del mundo -escasamente pude hacer una llamada antes de que oscureciera y no recibí ni una sola llamada después de eso-.  ¡Hasta disfruté de una preciosa noche estrellada en esa ribera!

Lo cierto es que ese día fue muy agradable, en todo sentido.  Necesitaba ese espacio para mi espíritu.  ¿Volveré?  Sí, algún día.

Para cerrar, les comparto la imagen que logré captar durante ese atardecer, fue todo para mí.

lunes, 16 de marzo de 2015

Madrugando.

Cuando debo viajar a Bogotá, debo hacer el esfuerzo de despertarme más temprano de lo habitual y evitar que el reloj y las cobijas me ganen.  Eso en el vocabulario popular lo denominamos "madrugar".

¿Qué hago en esas situaciones?  Simple, tratar de dormir un poco más temprano la noche anterior y programar la bendita alarma.  Cuando vivía en el centro, podía incluso programarla con cincuenta minutos antes de la hora a la que debo salir; ahora me toca programarla con hora y cuarto de antelación.  Obvio, también debo dejar lista la ropa y listo lo que haya que llevar.

En muchas ocasiones no puedo dormir más de cuatro horas y eso se refleja a la hora de despertarme y a la hora del viaje.  Ahí, si puedo, recupero algo de sueño.  De todas formas, al final de la jornada el cansancio es inevitable y mi cerebro se rinde incondicionalmente.

Pero no todo es malo, queridos amigos.  Así también tuve que vivir en Bogotá, madrugando y ganándole al reloj, a las cobijas y al frío.  Tenía que entrar siempre a clase de siete.  Reté a las heladas  y a la niebla y las derroté, reté a la lluvia y se hizo mi amiga.  Conviví con las tradicionales "horas pico" del transporte sabanero.  Cuando estaba trabajando allá, hace unos pocos años, la penumbra también se convirtió en mi amiga.  No olvido tampoco el colegio, fue igual y había que caminar a tempranas horas.

Así, madrugando, he cumplido muchos de mis deberes, gracias a las distancias y a esos problemas de las grandes ciudades.  ¿Que si me encanta?  Quizá.  Pero, como algunos conocen, me he convertido en un animal nocturno y eso hace mella para esas tareas.  Eso no puede ser un problema para continuar siendo alguien que cumple su palabra y sus deberes.

Y de eso, del animal nocturno, hablaré en otra ocasión. 

domingo, 15 de marzo de 2015

A un mes.

Libre tuve este domingo, me encontraba en Nilo en el acostumbrado Escalafón de Entrenadores al que asisto desde el 2007.  Regresé de allá a casa con un colega de Nocaima, quien accedió a llevarme gracias a que le preguntó durante el almuerzo a dos amigos de Apulo sobre una forma rápida para salir desde Nilo a Tocaima, sin dar la vuelta por Girardot.  Ellos dijeron "este muchacho le ayuda", y así me ahorré un dinero.  Tanto de ida como de vuelta ahorré dinero, no me cobraron el pasaje a Girardot el viernes.

Llegué temprano a casa, sobre las tres, y me encontré a un amigo conductor, a la distancia vi pasajeros y le dije que no se fuera sin ellos, que los llevara a la agencia.  Así lo hizo, no podía perder.  Lo primero que hice en casa, luego de desempacar, fue lavar toda la ropa sucia acumulada del viaje, toda la ropa deportiva que llevé.  Acto seguido, me tomé una siesta, no sin antes ver el final de la última película de Herbie, el famoso Escarabajo.

Dormí más de la cuenta y me desperté sobre las seis.  Hacía un atardecer nublado, incluso pensé que llovería, sentí algo de rocío en algún momento del camino hacia el centro.  Allá llegué y vi el Clásico Antioqueño, el cual fue victorioso para Nacional.  Navegué un rato en algún café y me devolví a casa, como de costumbre.

Concluí que fue un error haber tomado esa siesta, quería disfrutar de un domingo sin atadura alguna.  Me habían dado ese fin de semana.  Quizá podía visitar a algún amigo por ahí o ir a jugar al parque de mi barrio.  No lo hice.  Me dio pereza.  Me desconocí.

Cerca estoy de mi día.  Domingo fue mi primer día.

El próximo domingo volveré a las andadas.  No disfrutaré de la fiesta a plenitud, las exigencias me hacen despertarme más temprano.  Confirmaré un dato sobre una importante artista nacional que vendría a este poblado.  Tuve que cambiar la fecha final de mi evento, debo proteger a mis deportistas.  Y por lo demás, será plantear mejor las cosas y aprovechar mejor el tiempo para disfrutar de los pocos momentos de libertad pura que tengo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

A cinco semanas: Cansancio crónico.

Con ganas de dormir por más de cuarenta noches estuve hoy.

Como algunos de ustedes conocen, estoy realizando un evento deportivo.  Estaba quieto desde Julio del 2013 gracias a un maldito incidente que, combinado con la bronca que me carga alguien que desde hace casi dos años es mi vecino, me impidieron volver a realizar eventos de cualquier tipo. Sí, estaba vetado, y todo porque al señor no le gustaba -ni le gusta ni le gustará- mi forma de hacer las cosas y de mostrarme tal cual soy cuando las hago.

Inicié a mediados de Febrero con tres fechas con separación de un día de por medio, por los primeros partidos de Copa Libertadores que tendrían Santa Fe y Nacional, contra Atlas y Libertad respectivamente.  La siguiente semana, como la gente se entera más tarde de lo normal, debí recibir más equipos y ajustar la programación general, programando todos los días de lunes a viernes.  Inclusive tenía pensado programar los sábados, pero la "lloradera" de algunos delegados lo impidió.

A esta fecha, terminé con los octavos de final.  Y ni se imaginan la hora a la que terminamos, bien pasadas las diez.  También tenía que sufrir con los "malapagas", aquellos que dicen que pagan un día y toca hacer de "chepito"para buscarlos y que asuman su deuda responsablemente.  Aún he de sufrir con ellos.  Debo cumplir con la responsabilidad que tengo con los participantes que sí han cumplido.

Por esa programación tan extenuante, primero, y por la falta de ritmo, digo que estoy muy cansado y he dicho que tengo ganas de dormir por más de cuarenta noches.  De largo y sin parada.  No sé si eso obedezca a algún factor fisiológico, pero me preocupa.  No sé si sufra de eso que sufren los profesionales de oficina llamado "burn-out".  El médico, cuando deba ir pronto, me dirá qué tengo.  Espero que no sea eso que llaman "pereza crónica", ya me contaron una historia sobre un diagnóstico así.  Por el otro lado, tocará sacar energías de donde no las tengo.

Lo único que puedo decir ahora es que debo tratar de terminar el campeonato el próximo miércoles.  Sí, ese miércoles.  Será complicado.  Sé que tendré la mente ocupada.  Eso es una buena señal.  Y cumplir con lo pactado será una prioridad.  Que así sea.

miércoles, 4 de marzo de 2015

A seis semanas: ¡Lista de regalos!

No soy de esos tipos que suele anotar en un papel qué desea para sus fechas especiales, prefiero guardar todo en mi mente.  Y así como lo guardo allá, existe alta probabilidad de recordar qué deseo, así como de olvidar qué quiero.

Esta vez, y haciendo alusión a dos textos que escribí en una red social anoche, decidí escribir mi lista de regalos, la auténtica, la que poco a poco se ha ido tachando conforme se han cumplido algunas metas materiales e inmateriales.  Sí, de acuerdo, podrá crecer, podrá disminuir, pero lo dije, esta es la original.  ¡Aquí vamos!

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Siempre he deseado muchas cosas materiales e inmateriales, queridos amigos y queridas amigas, pero no me gusta fastidiarlos pidiendo y pidiendo como chino chiquito que satisfagan esos deseos.  Siempre pienso y digo que la mejor forma de cumplir tales deseos es luchando por ellos por cuenta propia.  Así he conseguido algunas cosas, no todas, porque esas cosas que no he podido conseguir han superado mis esfuerzos.  He aprendido a vivir con poco y con prácticamente nada, porque me considero alguien humilde y mi propia vida y mi propio origen me han enseñado a valorar lo que tengo a mano y lo que dispongo para conseguir lo que falta.

Todos los mortales siempre desean tener algo material que los satisfaga, por muy pequeño que sea, y yo no soy la excepción.  Me reitero, no soy de esos que piden cosas imposibles.  No me exceptúo de soñar con un Ferrari o con una mansión, pero es demasiado para mí a esta hora de la vida.

No siendo más, esta es mi lista de regalos que he deseado por siempre.
  • Una máquina de escribir. (Me la dieron cuando estaba en quinto de primaria, la debo arreglar)
  • Un par de zapatos pistones y otro apache. (Los tuve cuando estaba en el colegio y en la universidad, por vejez los cambié)
  • Una camisa blanca que no sea de uniforme colegial. (La compré la pasada Navidad)
  • Una guayabera. (Me la regaló mi mamá, no recuerdo cuándo, la tengo en buen estado y la uso)
  • Una cámara digital de aficionado. (Tengo dos, una para reparar y la otra es mi bien más preciado, es mi herramienta favorita)
  • Mi propio computador. (El Julio pasado lo recibí, faltan unos detalles menores y ya correrá para mí)
  • Una cámara digital semiprofesional.
  • Una cámara de video.
  • Un trípode. (Lo adquirí para el último Concurso de Bandas)
  • Una boleta del concierto de Kiss el 10 de Abril (e ir a ese concierto, por supuesto)
  • Una camiseta de cualquier temporada -y original- de Atlético Nacional. (Tengo dos, más una réplica)
  • Una camiseta de otro club colombiano. (También tengo dos, una la compré cumpliendo una promesa en Diciembre, la otra hace poco)
  • Una camiseta de selección nacional. (Tengo dos, del mismo color base, de equipos distintos)
  • Una camiseta original de la selección argentina de fútbol.
  • Una camiseta original de un club extranjero que me agrade.
  • Unas zapatillas para correr. (Las compré en el último viaje que realicé antes de Navidad, son de una de mis marcas favoritas)
  • Un Nokia Lumia 520. (Lo compré para Octubre, lo quería desde hace rato)
  • Un pantalón de dril de color oscuro. (También lo compré junto a las zapatillas)
  • Unas botas Brahma Biker. (Fue mi regalo anticipado de cumpleaños, las compré hace tres semanas)
  • Completar mis álbumes Panini.
  • Un cronómetro profesional.
  • Una caja de herramientas.
  • Un Motorola MotoG, edición Ferrari.
  • Cursar mi postgrado.
  • Conocer Manizales. (Viajé a finales de Enero)
  • Conocer Cali.
  • Volver a Medellín y a El Retiro.
  • Conocer, algún día, el mar (aunque eso no me afana).
  • Ver un partido de Atlético Nacional en Bogotá.
  • Ver un partido de Atlético Nacional en Medellín.
Esa es mi lista.  Hay algunas cosas que deseo y decidí no transcribir, pues son más aspiraciones personales que a decir verdad, debo resolverlas con mi propio esfuerzo, en especial una que anhelo bastante.  Ojalá esas aspiraciones se cumplan pronto.  

De resto, habrá tiempo para cumplir lo que he listado, quizá el suficiente, quizá no.  Si ustedes quieren agradar mi día regalándome algo de esa lista, lo aceptaré con el mayor de los gustos.  Si no pueden hacerlo, no hay problema, no pasa nada, lo importante es el buen corazón que tengan.  Me gustaría asistir al concierto de Kiss, en primera fila, cumpliría mi anhelo de conocer en vivo a un grupo musical reconocido mundialmente, aunque la tarea es difícil de cumplir.

Agradeceré, de antemano, y con la mejor disposición posible, todos los presentes, saludos, llamadas telefónicas, mensajes, manifestaciones de cariño y similares que envíen para mi día.  Me alegrarán ese momento, que tan amargo y triste ha sido en algunos años.  Que Dios los bendiga e ilumine sus corazones y pensamientos.

¡Nos veremos pronto!

domingo, 1 de marzo de 2015

Lluvia.

Hoy volvió a llover.  Fuerte y con borrasca.  Quizá me gusta en un amplio margen, pero no con las consecuencias que eso trae.  Se cortó el servicio de energía por un buen rato, se inundaron varias calles, no pude salir de mis labores temprano.  Durante varios días no llovió en esta meseta y la tierra estaba sedienta.

Hoy me acordé también de un artista y de una canción.

Oran "Juice" Jones, es un músico estadounidense retirado, nacido el 28 de Marzo de 1957 en Houston.  Esta canción, compuesta por Vincent Bell, es su mayor éxito y pertenece al álbum "Juice", lanzado en 1986.  La letra incluye una larga declamación en su parte final, donde involucra a un hombre confrontando a su pareja sentimental.

¡Disfruten la canción, estimados amigos!



"I saw you -¡and him!- walking in the rain,
you were holding hands and I'll never be the same."

"Tossing and turning another sleepless night,
the rain crashes against my window pane,
jumped into my car didn't drive too far,
that moment I knew I would never be the same."

"I saw you -¡and him!- walking in the rain,
you were holding hands and I'll never be the same."

"I saw you -¡and him!- walking in the rain,
you were holding hands and I'll never be the same."

"Now here you are begging to me,
to give our love another try,
girl I love you and I always will,
but darling right now I've got to say goodbye,
'cause..."

"I saw you -¡and him!- walking in the rain,
you were holding hands and I'll never be the same."

"I saw you -¡and him!- walking in the rain,
you were holding hands and I'll never be the same."

"-I saw you-
Hey, hey, baby, how ya doin' come on in here,
-walking in the rain-
got some hot chocolate on the stove waiting for you,
listen first things first let me hang up the coat,
-You were holding hands and I'll-,
yeah, how was your day today?,
did you miss me?
-Never be the same-
You did? Yeah? I missed you too.
I missed you so much I followed you today.
-I saw you-
That's right, now close your mouth,
'cause you cold busted.
-Walking in the rain-
Now just sit down here, sit down here.
I'm so upset with you, I don't know what to do,
-You were holding hands and I'll-
you know my first impulse was to run up on you,
and do a Rambo.
-Never be the same-
I was about to jam you and flat blast both of you,
but I didn't wanna mess up this thirty-seven hundred dollar lynx coat,
so instead I chilled, that's right chilled!
I called up the bank and took out every dime,
than I cancelled all your credit cards...
I stuck you up for every piece of jewelery I ever bought you!
Don't go lookin' in that closet 'cause everything you came here with is
packed up and waiting for you in the guest room. 
What were you thinking?
You don't mess with the Juice!
I gave you silk suits, blue diamonds and Gucci handbags,
I gave you things you couldn't even pronounce!
But now I can't give you nothing but advice,
'cause you're still young, yeah, you're young,
and you're gonna find somebody like me one of these days...
Until then, you know what you gotta do?
You gotta get on outta here with that alley-cat-coat-wearing,
Hush Puppy shoe wearing crumbcake I saw you with. 
'Cause you dismissed!
That's right, silly rabbit, tricks are made for kids, don't you know that.
You without me is like corn flakes without the milk! This is my world.
You're just a squirrel trying to get a nut! Now get on outta here. Scat!
Don't touch that coat..."