miércoles, 30 de abril de 2014

Adiós, Abril.

Se acabó.  Simplemente, se acabó.

Así, a paso normal, aunque lo percibí un poco rápido, transcurrió este mes que se acabó.

Este mes, fue el final de una era y el inicio de otra nueva.  Y estoy viviendo ese inicio.

Abril acostumbra ser un mes para dedicarlo a la reflexión, en especial a la religiosa, cuando corresponde.  No fue la excepción para mí.

Abril no me dejó demasiados regalos, como lo había contado.  Pero sigo aquí, desterrando a mis propios fantasmas y demonios.  Sigo esperando el regalo que más deseo, pero requerirá de grandes dosis de paciencia.

Abril me dejó la satisfacción de contar con buena parte de mi familia a mi lado, sin necesidad de la presencia física.

Abril me motivó a seguir adelante, a pesar de todas las frustraciones que he tenido a lo largo de la última década vivida.

Abril me regaló un precioso y nostálgico viaje a Bogotá.  Estoy mejorando en mis aspectos de salud, pero eso no me permite confiarme ni descuidarme.  Ya tengo un trabajo bueno, aunque temporal, seguro en un alto porcentaje.  Y las noticias positivas seguirán.

El próximo Abril, marcará un año más de vida, ojalá sea mejor que este.  Y llega Mayo, el mes mariano, el mes de los trabajadores, que traerá otras tantas buenas noticias para mí y para mis conocidos.

martes, 29 de abril de 2014

Honrando a los Veintiún Ángeles.

Hace diez años, estaba estudiando en Bogotá, mi noveno semestre de Ingeniería de Sistemas, para ser exacto.

Era un miércoles en la tarde.  Estaba en la universidad, arreglando el anteproyecto de grado.  Mientras tanto, un bus del Colegio Agustiniano Norte, cubriendo la Ruta 12, se dirigía hacia Suba, repleto de estudiantes, cruzaba la famosa curva de Vidrio Murán.

En la calzada superior, una máquina recicladora de asfalto transita por ella, pero pierde el control en un absurdo error humano y cae sobre el bus del Agustiniano, aplastándolo y aplastando a su paso la vida de veintiún niños y dos adultos.

La tragedia tuvo repercusión nacional, incluida la presencia del presidente de ese entonces -Álvaro Uribe- en el funeral, y una década después, aún se siguen buscando a los responsables.

Pero, ¿qué hice yo diez años después, a sabiendas de que viví de cerca esa tragedia?

No conocía bien el sector por ese entonces, lo conocí algunos meses después, cuando aprendí a movilizarme por Cota para salir hacia Bogotá.  Cruzando por esa curva varias veces sentí la tristeza, recordé el dolor, recordé lo vivido por esas familias que perdieron a sus hijos en ese fatal accidente.

Hoy, tuve la oportunidad de honrar su memoria.  Inicié mi recorrido en la estación de Transmilenio que los deja en el recuerdo de todos los bogotanos, para luego descender unos cuantos metros por los Cerros de Suba y llegar al Monumento a los Ángeles Agustinianos, cerca a la Calle 138.

Allí, le pedí a Dios, en nombre de ellos, que ilumine a la juventud, tan necesitada de valores y de motivos para seguir adelante.  Pedí también, mucha fuerza para las familias de estos ángeles, que difícilmente podrán reponerse de semejante noticia.  Pedí también, fuerza para aquellas familias que han perdido a sus hijos jóvenes, por las causas que hayan sido.  Pedí también, sabiduría para resolver algunas situaciones pendientes y sabiduría para una persona muy especial.

Dejé el sitio con mucha melancolía, porque, como les comenté, viví de cerca esa tragedia.  Mi padre me acompañó en ese tiempo, allá en el 2004, y se conmovió tanto como yo.  Ambos deseamos fuerza y ánimo para todas las familias afectadas en ese suceso.  Por mi parte, cuando cruce por ahí, los recordaré, no como víctimas de una fatalidad, sino como ángeles que iluminan a una ciudad y a un país.

lunes, 28 de abril de 2014

¡Feliz Cumpleaños, Willie Colón!

Hoy, hace sesenta y cuatro años, nació en el Bronx, allá en la Gran Manzana, un hijo de inmigrantes puertorriqueños llamado William Anthony Colón Román, Willie, para los amigos.

Desde muy joven, siendo criado por su abuela y por su tía, se nutrió de los géneros musicales propios de Puerto Rico y algunos otros del resto de América Latina, con gran predisposición para aprender a interpretar instrumentos de viento.  Llegó a su instrumento bandera, el trombón, después de interpretar clarinete y trompeta.

Se convirtió en un arquitecto de la salsa urbana, al mostrar en sus trabajos las imágenes despectivas que solían asociarse a los inmigrantes latinos, con un gran sentido social.  Así se abrió paso entre los grandes nombres de la música caribeña de los años sesenta, uniéndose a Héctor Lavoe en 1967 y más tarde, en 1974, a Rubén Blades.

Decide embarcarse en una aventura como solista, desde 1979 hasta el día de hoy, donde ha mostrado sus mejores letras y se ha convertido en un artista muy aclamado en toda América Latina, además de ser un abanderado de muchas causas sociales.

Estas son, para mi humilde percepción, las mejores canciones de Willie Colón:

Oh, ¿qué será?

Esta canción es una versión de la canción homónima escrita por el brasilero Chico Buarque, perteneciente al álbum "Fantasmas", lanzado en 1981.



Gitana

Este éxito hace parte del último álbum que grabó para Fania Records, "Tiempo pa' matar", lanzado en 1984.  Me siento algo identificado con la letra de esta canción, les confieso.


Celo

Para mí, es la mejor canción que he escuchado de Willie Colón.  También está incluida en el álbum "Fantasmas".  No recuerdo muy bien si escuché esa canción en alguna de las películas de Pedro Navaja, pero sí estoy seguro que tengo recuerdos de ella desde mi preadolescencia.



"Celo...
Ya ves lo que has hecho,
has vuelto mi mundo al revés,
mataste el amor que encontré.
Eres la causa del dolor, y de mi temor,
ahora estoy solo, por culpa del..."

"¡Celo, maldito celo!
Me encuentro solo,
sin un consuelo, por
¡celo, maldito celo!
Hoy he perdido
lo que yo mas quiero
¡Maldito celo!"

"Celo...
Quítame este hechizo,
déjame vivir, quiero amar y reír.
En el pasado sí gocé,
y ahora mírame.
Ahora estoy solo por culpa del..."

"¡Celo, maldito celo!
Hoy he perdido
lo que yo mas quiero, por
¡Celo, maldito celo!
Me encuentro solo,
Sin un consuelo.
¡Maldito celo!"

"Eres la causa del dolor y de mi temor
Ahora estoy solo por culpa del..."

"¡Celo, maldito celo!
Hoy he perdido
lo que yo mas quiero, por
¡Celo, maldito celo!
Me encuentro solo,
sin un consuelo."

"¡Celo, maldito celo!
Que no me deja dormir
por las noches.
¡Celo, maldito celo!
Por que me hace
sufrir tus reproches."

"¡Celo, maldito celo!
¡La culpa la tienes tú...!"

"¡Celo, maldito celo!
¡Celo, maldito celo!
Celo, celo,..."

"¡Celo, maldito celo!
Me encuentro solo,
Sin un consuelo.
¡Celo, maldito celo!
En un tiempo como gocé...
¡Celo, maldito celo!
¿Quién me ve ahora?, mírame.
¡Maldito celo!"


Siendo así, ¡gracias por toda esta música, Willie Colón!  ¡Nunca dejes de lado esa "maldad" y esa virtuosidad!

domingo, 27 de abril de 2014

Del zodiaco y otras locuras.

Había dicho en algún texto anterior que no soy muy creyente del zodiaco, ni de la astrología, ni del horóscopo, ni de esas cosas locas que suelen sacar junto a eso, como el tarot; sobrando decir que ni siquiera suelo nombrar esas cosas en mi cotidianidad.  Pero, muy de vez en cuando, leo sobre el carácter que suele atribuirse a cada una de las partes que componen el zodiaco, y uno encuentra muchas coincidencias en lo que uno es y lo que muestra su propio signo y los otros que componen esta rueda de los animales.

He aquí mi propia descripción, partiendo desde el signo siguiente al mío y sin saber demasiado de astrología, siendo honesto conmigo mismo y con mi propia forma de ser y de ver la vida.

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Tengo algo de Tauro, porque soy realista y me agrada hasta cierto punto lo material, lo tangible, lo que puedo obtener.  No me gusta dejar muchas cosas fuera de mi control.

Tengo algo de Géminis, porque no me gusta quedarme quieto, me gusta hablar, no me gusta quedarme callado.  Me gusta encontrarme con la gente, decirle lo que pienso y saber lo que piensan.

Tengo algo de Cáncer, porque recuerdo bien muchas cosas, mis pensamientos, mis viajes, mis heridas de guerra.  Quiero mis raíces y me aferro a ellas.

Tengo algo de Leo, porque me gusta ser el líder, el capo, el jefe del grupo, derrotando a los villanos que no visten de negro.  No me gusta la vulgaridad, ni nada que se le parezca.

Tengo algo de Virgo, porque suelo ser perfeccionista en mucho de mi quehacer, planificando todo.  Suelo ser simplista y práctico a la hora de tomar decisiones.

Tengo algo de Libra, porque el origen de mi apellido dice que soy un conciliador.  Creo en la justicia y en la igualdad, trato de crear armonía en todos los sitios a los que llego.

Tengo algo de Escorpión, porque parezco incomprendido, porque parezco enigmático.  Puedo ser tan amable como tan explosivo y ponzoñoso en menos de un minuto, pasando luego a cierto nivel de compasión.

Tengo algo de Sagitario, porque siempre apunto hacia algún objetivo, lejano por lo general.   Heredé de mi padre cierta capacidad para ser generoso con las personas que me rodean.

Tengo algo de Capricornio, porque suelo ser desconfiado y escéptico frente a muchos sucesos.  Suelo ser prudente frente a lo que realice, aunque a veces lo vea como un "negocio".

Tengo algo de Acuario, porque soy hombre de principios e ideales.  Me disgusta verme caer en contradicciones y en situaciones que arriesguen mi propia integridad moral.

Tengo algo de Piscis, porque muchas veces suelo confundirme y porque tengo demasiados ideales románticos.  Me gusta el conocimiento y quiero estar un paso más allá de lo que la mente me permita.

Tengo todo de Aries, porque siempre, a pesar de que puedan no existir, necesito una causa por la cual luchar.  Parezco un caballero medieval, en su armadura, luchando contra dragones y otros monstruos, luchando por un amor difícil, manteniendo el honor y la lealtad en mi forma de actuar.  Tengo ímpetu para estar de pie y enfrentarme al menor asomo de confrontación.  Me encanta la sinceridad pura, nada de evasivas, nada de groserías, nada de malas actitudes, me duelen bastante.  Pido perdón cuando me equivoco, así tenga que insistir miles de veces.  Suelo tener mi propia ley, no me agradan algunas bromas, ni siquiera soporto algunas ofensas.  Me puedo irritar y desesperar fuertemente por solo un comentario mal dicho, pero puedo controlarme y dejar pasar ese momento.  Expreso mi pasión con toda la energía posible, y la hago saber, aunque con el serio riesgo de que me tiren la puerta en la cara.  Me gusta mucho la tecnología y el deporte, como ustedes conocen.  No tengo mucha paciencia para hacer algunas cosas.  Espontaneidad es mi lema, no me gusta tener demasiados moldes.  Me preocupo mucho por los demás, tanto que siempre deseo que estén bien.  

En fin, así me conoce mucha gente, unos bien, muchos mal, nadie perfectamente.  Y lo que dicen todos esos textos coinciden con esa anterior frase.  Así estoy a esta hora de la vida, soñando con avanzar hacia un mejor futuro, soñando con los objetivos que me he propuesto, soñando con recuperar todo este tiempo perdido.

Y como humano que soy, no puedo desconocer ni mi propia naturaleza.  Ni siquiera la divina.  Hay alguien allá arriba que no me dejará ir todavía.  Siendo así, es hora de avanzar y demostrar por qué estoy aún vivo.

sábado, 26 de abril de 2014

El concierto de la semana.

Esta semana que termina, la pasé afuera.  Podría entenderse que en plan de vacaciones la pasé, como se lo hice entender a Jimena, pero el asunto no fue estrictamente vacacional, fue más laboral y de capacitación.  En muchos años, no había pasado más de tres días seguidos en Bogotá.  En otros textos, narraré los detalles de esa salida importante, el primer viaje a la capital después de mi cumpleaños.

Lo que si quiero destacar hoy, son las canciones que descubrí y me acompañaron varias veces durante mis recorridos hacia la capacitación en la cual debía hacer presencia.  Aquí están, ¡disfrútenlas!:

"I Like Chopin"

Paul Mazzolini, conocido en el mundo musical como Gazebo, es un artista italiano nacido en Beirut (Líbano) el 18 de Febrero de 1960.  Esta canción que comparto a continuación es su mayor éxito, siendo a su vez una pieza representativa del llamado "italo disco".

Agradezco a María Isabel Ángel por compartir ese video y recordármelo a buena hora.





"Remember that piano,
so delightful, unusual,
that classic sensation,
sentimental confusion."

"Used to say,
I like Chopin,
love me now and again."

"Rainy days never say goodbye
to desire when we are together
rainy days, growing in your eyes,
tell me where's my way."

"Imagine you're facing
A sunshine reflection
A vision of blue skies
Forever distractions."

"Used to say
I like Chopin
love me now and again."

"Rainy days never say goodbye
to desire when we are together
rainy days growing in your eyes
tell me where's my way."

"Rainy days never say goodbye
to desire when we are together
rainy days growing in your eyes
tell me where's my way."



"Hey Brother"

Si les digo Tim Bergling, ustedes no reconocerían con facilidad, pero si les digo Avicii, darían en el punto y con toda.  Este joven DJ sueco, ha conseguido fama en todo el mundo por su trabajo musical.

Y supongo que ustedes se acuerdan de los "Soggy Bottom Boys".  Pues bien, Dan Tyminski pone su voz para este grupo ficticio en "I am a Man of Constant Sorrow".  En Octubre pasado, el mundo reconoció nuevamente su grandiosa voz en esta señora canción en conjunto con Avicii, dándole una nueva dimensión a la música tradicional de los Estados Unidos.




"Hey brother, there’s an endless road to re-discover.
Hey sister, know the water's sweet but blood is thicker.
Oh, if the sky comes falling down for you,
There’s nothing in this world I wouldn’t do."

"Hey brother, do you still believe in one another?
Hey sister, do you still believe in love, I wonder?
Oh, if the sky comes falling down for you,
There’s nothing in this world I wouldn’t do."

"What if I'm far from home?
Oh, brother I will hear you call.
What if I lose it all?
Oh, sister I will help you out!
Oh, if the sky comes falling down for you,
There’s nothing in this world I wouldn’t do."

"Hey brother, there’s an endless road to re-discover.
Hey sister, do you still believe in love, I wonder?
Oh, if the sky comes falling down for you,
There’s nothing in this world I wouldn’t do."

"What if I'm far from home?
Oh, brother I will hear you call.
What if I lose it all?
Oh, sister I will help you out!
Oh, if the sky comes falling down for you,
There’s nothing in this world I wouldn’t do."


"My Love"

Rowan Jones, conocido como Route 94, es un DJ británico especialista en deep house.  Esta canción, interpretada en conjunto con la también británica Jess Glynne, es su primer sencillo y ha cautivado la atención de los fanáticos de este estilo electrónico en el mundo.  Conocí esta canción escuchando La X regresando a Funza, créanme que es muy pegajosa.




"My love and my touch
Up above, playing with the one from mine.
My love and my touch
Up above, playing with the one from mine."

"My love and my touch
Up above, playing with the one from mine.
My love and my touch
Up above, playing with the one from mine.
My love and my touch
Up above, playing with the one from mine."

"Love, stay close to me!
Love, stay close!  Stay close!
Uuuh, uuuh!  Babe, babe!"

"My love and my touch
Up above, playing with the one from mine.
My love and my touch
Up above, playing with the one from mine."

"My love and my touch
Up above, playing with the one from mine.
My love and my touch
Up above, playing with the one from mine."

"Love, stay close to me!
Love, stay close! stay close!
Uuuh, uuuh!  Babe, babe!"

"My love and my touch
Up above, playing with the one from mine.
My love and my touch
Up above, playing with the one from mine.
My love!"

jueves, 17 de abril de 2014

El mejor regalo.

El martes deseaba tener muchos regalos materiales.  Muchos, que probablemente harían quebrar las finanzas de algunas personas.  También deseé un regalo especial, pero ya dije que esperaré hasta el domingo, de ser posible

Desde hace un tiempo, no le doy tanta importancia a recibir cosas materiales como regalo, quizá por las cosas malas que me han sucedido, quizá por las enseñanzas buenas que me ha dejado mi paso por este mundo.  De todas formas, he tratado de vivir bien con mis carencias materiales y me las he arreglado con lo poco que tengo.

También aprendí, de mi propia naturaleza ariana -y eso que no creo mucho en lo que dice el horóscopo- una sola cosa, el mejor regalo que puedo recibir es saber que mi familia, mis amigos y la gente que conozco se encuentren bien en todo aspecto.

Así no estén conmigo, así me odien, así me quieran muerto. Esos aspectos no afectan.  Hace rato dije que debo albergar algo de perdón y ese mejor regalo también aplica para ellos.

También, para aquellos que están lejos, o no conocen mi casa, es un grandioso regalo el poder recibirlos aquí.  Así hice entre estos dos domingos.  Espero que algún día todos lleguen, y al menos, extiendan su brazo y la muevan con alegría al verme cruzar por estos caminos.

===========

Aquí haré un alto en el camino, respecto a escribir frecuentemente.  Mi brazo derecho no está completamente sano y debo hacer sacrificios varios para recuperarlo y tenerlo en plenitud de condiciones, como se suponía que estaba en Febrero.  Escribiré, unas dos o tres veces por semana.  Debo dedicarle tiempo a mis proyectos, mis compañeros necesitan de mi sapiencia y mi habilidad.  Debo pensar en mi futuro inmediato.  Debo pensar en mi familia y en cómo ayudarla.  Siendo así, ¡nos vemos en una próxima oportunidad!

"Luna Roja".

El martes, a la madrugada, ocurrió un eclipse lunar, pero muchos de nosotros no pudimos observarlo.  Unos, por la misma madrugada, otros, porque aparecieron las nubes y no permitieron disfrutar el fenómeno.

Todo eso lo olvidé por lo de mi cumpleaños, pero siempre pensé en esta canción, un bellísimo pasaje del compositor huilense Jorge Villamil, en versión de la Orquesta Filarmónica de Bogotá:



"Luna roja que saliendo va del llano
se ve roja porque arde en los pajonales,
va copiando la silueta de las palmas,
ay de las palmas en los verdes morichales".

"Cruza el viento arrastrando nubarrones,
y humaredas que da la hierba quemada,
y a lo lejos se oye el bramar de los toros,
ay, de los toros que pelean en los playones".

"Luna roja que iluminas mi camino,
en las noches, bellas noches araucanas,
voy llevando tristezas en el alma,
voy buscando un rumbo a mi destino,
y mañana al clarear de la alborada
cuando se oiga cantar las guacharacas
seguiré la ruta señalada
por senderos en un constante buscar,
de unos labios que mintieron al besar".

martes, 15 de abril de 2014

Treinta años (o los regalos que no llegarán).

Hoy fue el día.

Sobre estas horas, hace treinta años, Doña Myriam viajaba en el Mitsubishi Montero de Don Gonzalo camino a la Clínica San Pedro Claver.

Hoy, fue un día gris, ventoso, fresco.  No salió el sol en casi todo el día, y si lo hizo, estuvo bien escondido, detrás de esos hermosos arreboles que se forman en las montañas que vigilan esta meseta.

Me desanimé anoche porque quería ver el eclipse lunar, pero las nubes, que finalmente aparecieron, no permitirían disfrutarlo, así que dormí plácidamente.  Me contó mi mamá que había amanecido muy oscuro y que había llovido.  Alcancé a sentir la lluvia en algún momento de esa madrugada.

Me despertó definitivamente una llamada para confirmar datos para el Censo Nacional Agropecuario, la cual acepté.  Tuve un pequeño disgusto en casa gracias a una ropa que cuesta dejar bien arreglada, la mía.  Me amargaron el día sin ninguna pena.  Me quedé recostado un rato, esperando a que quizá saliera el sol.

Me puse a pensar en los documentos que solicitaron para lo del censo, y confirmé la asistencia a la capacitación, aparte de arreglarme rápido, vistiendo un regalo adelantado por parte de mi hermana.  Almorcé algo que dejaron listo en la estufa y alimenté a mis mascotas, para luego salir.

Me continuaron amargando el día, al saber que por cuestiones burocráticas, varias certificaciones no estarían listas sino hasta después del lunes.  Escasamente podría tener una lista, la de mi práctica profesional.  Odio llegar a un compromiso sin las cosas que me exijan completas.  Habrá que conversar con la gente del DANE y manifestar esa situación.  Debí cancelar una radiografía que tenía programada para el próximo miércoles.  Estoy muy preocupado, tengo miedo de no quedar seleccionado definitivamente para ese censo.

Fui un rato a la Biblioteca y gasté una hora de tiempo, esperando a que llegaran las cinco.  Me encontré con un conocido, quien me invitó a tomar una gaseosa.  Aproveché y pedí un pastel de yuca.  Realicé un encargo un poco fastidioso para mi mamá.  Y así terminó mi tarde, la noche ha sido gastada aquí.

¿Llamadas?  Siete llamadas recibidas, una hecha por mí.  ¿Mensajes en Facebook?  Unos treinta.  ¿En Twitter?  Por esa misma cifra.  Es triste recibir pocas llamadas, mensajes y menciones, pero uno entiende a la gente y sus ocupaciones.  Es triste no tener alguna manifestación de afecto, en especial de la familia, pero las heridas que quedan después de tantas decepciones marcan la pauta.

¿Fiesta?  Ya dije que no soy muy amigo de ellas.  Hace tiempo no degusto una torta de cumpleaños.  A esta hora, no he destapado la botella de vino, igual no es que desee embriagarme hasta perder el conocimiento.

¿Regalos?  Deseé muchos en forma material, pero sobre la hora para que alguien con buen corazón entregara alguno.  De los inmateriales, algunos se cumplirán, porque prefiero que los que me rodean no se sientan mal a que yo me quede con todo.  Así debe ser, es la verdad.

Hay un regalo que quería recibir hoy, pero ni me atreví a ir a buscarlo.  Vivo con miedo por la reacción de esa persona.  Querría, pero no se podría.  La conozco bien, les he dado pinceladas de quién es.  Esperaré al domingo, para ver qué sucede.  Aunque presiento todo el rencor posible contra este servidor, quien porta esta alma triste.

Mi padre y mi hermano están lejos, así que es obvio que no pudieron acompañarme.  Mi madre y mi hermana, apenas tienen tiempo para ellas.  Mis pocos amigos tienen sus ocupaciones y no tienen tiempo para recordar ni para compartir esta fecha.  Así estuve, solo, caminando por ahí esperando alguna señal, divina o humana, para cambiar el semblante que nunca cambió.

Esta noche inicia una nueva etapa.  Esta vez, el que asumirá todo soy yo.  ¿Llegará lo que he pedido para mí?  ¿Tanta lucha durante esta década perdida por fin dará frutos?  Solo el tiempo lo dirá.  Lo que es cierto, es que poco a poco, si no me adelanto, el final llegará.  Solo las buenas noticias impedirán que el fantasma de ese final haga su tarea.

lunes, 14 de abril de 2014

La última noche de juventud.

Hoy es la última noche de una etapa.

¿Fue productiva?  Lo dudo.  No creo que haya dejado cimientos para lo que serán los próximos veinte años.

Me gradué como profesional un año después de lo planeado, con mucha vergüenza y poco orgullo.

No se cumplieron los sueños que tenía para los últimos cinco años.  No fui padre, ni tuve una pareja estable, mucho menos conseguí tener un descendiente a la edad en la que Don Norman me recibió en este mundo.

No se cumplió el sueño de cursar un posgrado.  Ni siquiera un diplomado.  Intenté cursar una segunda carrera, pero me fallaron y de paso, le fallé a las personas que me ofrecieron cursarla.

No se cumplió el sueño de tener un trabajo en mi profesión y acorde a los pocos conocimientos que tengo.

No he podido conseguir trabajo en otra área del conocimiento que domino.

No he podido conseguir un trabajo digno en mi propia tierra, mucho menos fuera de ella.

No he podido volver a dirigir un equipo de fútbol de salón en cuatro años.

No se ha cumplido el sueño del perdón que he deseado recibir en estos últimos tres años.

No se cumplió el sueño de volver a El Retiro y a San Pedro, en la década que se conmemoraron esos viajes.

En fin, esta década fue la de los sueños rotos, las promesas incumplidas y las decepciones amorosas.

Pero todo no fue negativo.  No, señores.

Conocí regiones de Cundinamarca que aún no conocía.  Conocí gente maravillosa a la que acompaño en un bellísimo y ajetreado proyecto.  Me he vinculado con cierto éxito al deporte que me gusta.  Conocí Twitter y ahí sigo, pese al mal ambiente creado por algunos personajes.  Conocí también mucha gente a través de esa red social.  Viajé a Medellín después de doce años de no hacerlo.  Conocí Honda y La Dorada.  Volví a Neiva desde el 2000.  Conocí a una de las personas más impactantes, sencillas y dignas de aprecio que he podido conocer.  Conocí todas las cabeceras municipales de mi provincia.  

¿Olvido algo?  Quizá.  Pero lo enunciado en el anterior párrafo, es un resumen de las cosas positivas que sucedieron en diez años, desde ese "día del ausente".

Esta noche, es la que invita a "echar cabeza"  sobre todos estos años.  Y así se hará.  El eclipse de luna me acompañará en esa larga reflexión.

Y será el fin de la juventud.  Divino tesoro, dicen por ahí.  Pero para mí, no es que sea un valioso tesoro.

domingo, 13 de abril de 2014

¿Cuándo cayó?

Hoy es Domingo de Ramos.  En un día donde se celebraba esta festividad religiosa, nací.

Este año mi cumpleaños se celebrará un martes.  Y será un martes que represente un verdadero punto de inflexión, donde no sabré todavía si sigo o debo irme.

El tema de hoy, es el cuál día de la semana ha caído mi cumpleaños, y así los detallaré, desde cuando nací.  Todos los años que son bisiestos, incluyendo el "cero", están subrayados:

Domingo: 1984, 1990, 2001, 2007, 2012.
Lunes: 1985, 1991, 1996, 2002, 2013.
Martes: 1986, 1997, 2003, 2008, 2014.
Miércoles: 1987, 1992, 1998, 2009.
Jueves: 1993, 1999, 2004, 2010.
Viernes: 1988, 1994, 2005, 2011.
Sábado: 1989, 1995, 2000, 2006.

¿Y cuáles de esos cumpleaños cayeron en Semana Santa?
  • 1987 (Miércoles Santo)
  • 1990 (Domingo Santo)
  • 1992 (Miércoles Santo)
  • 1995 (Sábado Santo)
  • 2001 (Domingo Santo)
  • 2003 (Martes Santo)
  • 2006 (Sábado Santo)
¡Nunca cayeron en otro día de la Semana Santa, queridos amigos!

Y es curioso saber que cierta persona por ahí nació un miércoles, cuatro semanas hacia atrás.

¿Cuándo volverá a llegar un cumpleaños en un Domingo de Ramos?  Nunca lo sabré.

Lo que sí ha sido cierto, y he conocido de primera mano, es que en tres de los últimos cuatro cumpleaños que cayeron en Semana Santa no tuve que ver a mis compañeros correspondientes, y eso que en algún momento, diría yo "mi secundaria", extrañé alguna manifestación de afecto.  Y por costumbre, no solía hacer demasiada bulla ni nada por ese estilo, por aquello de las manifestaciones religiosas.  Esas son las gracias de haber nacido en un día de importancia religiosa.

Hoy debo pensar en cómo terminar mis pendientes.  Ya acordé resolver esos detalles, mañana debo ir a cierta hora de la mañana a intentar terminarlos.  El martes, pues..., es mi día y si mi brazo deja, trabajaré medio día.  No sé si destape una botella de vino.  No sé si alguien llame a felicitarme.  No sé si recibiré regalos.  Y si algo bueno ha de llegar, bienvenido sea.

Solo queda esperar estas últimas horas....

sábado, 12 de abril de 2014

"One Night in Bangkok".

Murray Seafield Saint-George Head, Murray Head para los amigos, es un músico británico nacido el 5 de Marzo de 1946, y una de sus canciones más recordadas es la que voy a compartir, llamada "One Night in Bangkok", compuesta por Benny Andersson y Björn Ulvaeus, ex-miembros de ABBA y con letras de este último músico sueco y Tim Rice.  Esta canción hace parte de un álbum conceptual denominado "Chess" y narra, en un sentido sarcástico, la vida nocturna de Bangkok, en sentido yuxtapuesto con el juego de ajedrez.

Aquí va la canción, estimados amigos:





[The American]

"Bangkok, Oriental setting
and the city don't know that the city is getting
the creme de la creme of the chess world in a
show with everything but Yul Brynner"

"Time flies, doesn't seem a minute
since the Tirolean spa had the chess boys in it
all change, don't you know that when you
play at this level there's no ordinary venue"

"It's Iceland, 

or the Philippines,
or Hastings, 
or, or this place!"

[Company]


"One night in Bangkok and the world's your oyster
the bars are temples but the pearls ain't free
You'll find a god in every golden cloister
and if you're lucky then the god's a she
I can feel an angel sliding up to me"

[The American]


"One town's very like another
when your head's down over your pieces, brother"

[Company]


"It's a drag, it's a bore, it's really such a pity
to be looking at the board, not looking at the city"

[The American]


"Whaddya mean? Ya seen one crowded, polluted, stinking town,..."

[Company]


"Tea, girls, warm, sweet,
some are set up in the Somerset Maugham suite"

[The American]


"Get Thai'd! You're talking to a tourist
whose every move's among the purest
I get my kicks above the waistline, sunshine"

[Company]


"One night in Bangkok makes a hard man humble
not much between despair and ecstasy
One night in Bangkok and the tough guys tumble
Can't be too careful with your company
I can feel the devil walking next to me"

[The American]


Siam's gonna be the witness
to the ultimate test of cerebral fitness
This grips me more than would a
muddy old river or reclining Buddha"

"And thank God I'm only watching the game, controlling it,..."

"I don't see you guys rating
the kind of mate I'm contemplating
I'd let you watch, I would invite you
but the queens we use would not excite you"

"So you better go back to your bars, your temples, your massage parlours,..."

[Company]


"One night in Bangkok and the world's your oyster
the bars are temples but the pearls ain't free
You'll find a god in every golden cloister
A little flesh, a little history
I can feel an angel sliding up to me"

"One night in Bangkok makes a hard man humble
not much between despair and ecstasy
One night in Bangkok and the tough guys tumble
can't be too careful with your company
I can feel the devil walking next to me".


viernes, 11 de abril de 2014

La filosofía del ácido.

Me aterra ver noticias donde la protagonista es una mujer desfigurada porque algún descerebrado le tiró ácido a su cuerpo.  Me aterra, porque uno se da cuenta hasta donde puede llegar alguien, que motivado como mínimo por los celos, no puede conseguir lo que quiso a nivel sentimental o personal.

Nunca entenderé a esta humanidad enferma, decía algún pensador popular.  Y nunca la entenderemos.

Dicen los medios que la gota que derramó el vaso fue lo sucedido con Natalia Ponce de León.  No me detendré en este asunto, por una razón muy sencilla, muchas otras mujeres también han sido víctimas de esta forma tan vil y poco humana de asumir una pérdida.  También, han sufrido esto algunos hombres, como el caso de La Estrella.

Y como suele suceder, la indignación colectiva aflora, pero se marchita al poco tiempo.  Los políticos prometen mano dura, pero no suele llegar.  Y los medios, le meten morbo al asunto y literalmente, enseñan a utilizar esas metodologías sin proponérselo, a una sociedad que ignora su propio entorno y no es capaz de generar valores positivos para sí misma y las generaciones futuras.  Mientras tanto, ellas viven su propio calvario, intentando recuperar su integridad física, superando los señalamientos de los demás y la vergüenza causada.

No es posible, que en esta sociedad, aún sigamos los pasos de entidades semejantes, menos desarrolladas y ampliamente machistas, donde la mujer es un objeto y no tiene derecho a reivindicar su dignidad.  Tampoco es posible, que la ley tenga tantas porosidades y huecos, que la hacen ambigua e insuficiente, frente a algunas situaciones, como estas, que se escapan a los códigos y a lo que no suelen ver aquellos que las redactan.

Pedimos incluso un castigo igual o peor de horrendo al sufrido por la víctima, ¿qué logramos con eso?

Culpamos a la víctima por el delito sucedido, ¿y aún seguimos ahí parados culpándola?

¿No deberíamos pensar, en que esa indignación que mostramos, deberíamos transformarla?

Podemos hacerlo.  La educación de familia, de casa, es la que fortalece estos valores.

Por mi parte, siempre le pido a Dios que no me deje llegar a ese punto.  Nunca jamás.  Ni por más enfurecido, decepcionado y con ganas de acabar con esa persona que pueda hacerme daño.  Esos bellos rostros que conforman la feminidad no se tocan.  Ellas son familia, amigas, conocidas, paisanas, antiguos amores, todas ellas mujeres, y todas ellas merecen mi respeto.  Le pido a Dios también, que llene de razón y no de oscura pasión a aquellos que no han tenido éxito con su vida sentimental.

Y para finalizar, que Dios ampare y bendiga por siempre a aquellas víctimas de la insensatez de unos pocos, ¡y que las ayude a recuperarse física y psicológicamente de estos tristes momentos!  ¡Se lo merecen!

jueves, 10 de abril de 2014

Alegría agridulce.

Hoy no hubo energía por más de doce horas en este poblado.  ¿La razón?  Mantenimiento preventivo por lo que será la Semana Santa por aquí.  El puente festivo pasado la EEC hizo de las suyas e hizo que el servicio se cortara tanto el sábado y el domingo en la noche, ¡en pleno encuentro de danzas!  No podemos quedar tan mal con nuestros visitantes de esa forma, y espero que en Semana Santa ni siquiera un condensador se queme.

Fue un día aburrido, volví a ser un hombre de radio, a tiempo total.  Pero la ansiedad por seguir la Copa Libertadores, me hizo salir de casa y buscar el centro para llegar al único sitio que puede tener un televisor y una televisión por suscripción activa en esos momentos, el supermercado.  Allá llegué a ver, junto a algunos conocidos, la triste derrota de Santa Fe en Asunción.

Finalizado ese partido, fui donde mi mamá a visitarla y luego salí a caminar, en parte por matar el tiempo, pero la idea era disfrutar del atardecer y de una vista espléndida de la Luna.  A eso de las seis, volví al supermercado para seguir Peñarol - Deportivo Anzoátegui, para seguir esperando al restablecimiento del servicio de energía.

Cada minuto que pasaba, me preocupaba más.  El partido de Atlético Nacional se jugaba a las ocho y no había señal alguna de normalidad.  Pero, pasadas las siete, ¡había regresado la energía!  ¡Solo tenía que buscar un sitio de confianza para seguir mi partido y no perder la actualidad!

Me enteré, apenas pude conectarme a mis redes sociales, de una triste noticia, la cual contaré al final.

Sintonicé Antena 2 Medellín para escuchar el partido, y me sorprendieron los dos primeros goles de Nacional.  Un error garrafal del portero de Newell's le permitió a Santiago Tréllez abrir el marcador y Sherman Cárdenas tomó confianza para vencerlo desde media distancia.  Mi señal estaba muy atrasada respecto a la televisión y a Twitter.  Por fortuna, también había señal de televisión en el sitio desde el cual me conecté.  Ahí observé el susto que nos metió Newell's al descontar.  Y en un trámite intenso, finalizó el primer tiempo.

Compartí algunas fotos de lo que había visto en casa, mientras transcurría el entretiempo.  Inicia el segundo tiempo.  Orlando Berrío anota el gol y se desata la locura de la alegría en todos los hinchas.  Yo estaba contento.  En el sitio, decidieron dejar la transmisión y me acomodé para no perder detalle.  Armani atajaba todo, Medina y Murillo rechazaban balones dejándose la piel, Osorio hacía sus cambios para asegurar el resultado, ¡el mismo Berrio falló el cuarto gol de una manera absurda!  Y transcurrían los minutos en Rosario, mientras los hinchas de Newell's se molestaban con su equipo, nosotros, los verdes, éramos un manojo de nervios por las arremetidas del equipo argentino.

Y finaliza el partido.  Nacional había clasificado a octavos de final, enfrentará al Atlético Mineiro de Ronaldinho.  Pero, había tristeza y consternación en el ambiente.

Unos minutos antes de iniciar el partido, me enteré del fallecimiento de Buenaventura Escobar, un gestor deportivo y entrenador de fútbol de salón de Fusagasugá que consiguió grandes logros para su municipio y el Departamento de Cundinamarca.  Su labor, es de resaltar, fue digna de reconocimiento en toda esta región.  Lo aprecié mucho, fue un gran colega y tuve la oportunidad de enfrentarlo en un campeonato juvenil femenino en Apulo, donde me ganó sufriendo.  De resto, siempre conversábamos en los escalafones y donde hubiera un lugar para conversar.

Hará falta "Tubita" en nuestro fútbol de salón.  Hará falta un hombre que siempre creyó en el talento de la mujer cundinamarquesa para el deporte.  Hará falta su alegría y sus hilarantes anécdotas.  Lo extrañé en Nilo, pero nunca pensé que llegaría esta noticia.  ¡Gracias por todo, "Tubita"!  ¡Que Dios lo tenga en su Santa Gloria!

Un saludo muy especial y fraterno para su familia en estos momentos de dolor, quisiera acompañarlos, pero se me dificultará.  Que Dios los ilumine y los bendiga, él siempre estará en sus corazones.  Y en lo de todos sus colegas y amigos, también.

miércoles, 9 de abril de 2014

Girardot.

Un día nueve, pero de Octubre y de 1852, fue fundada una población hija de la madre de pueblos llamada Tocaima, denominada Girardot.

Tal fue su ubicación, sobre una margen del Río Magdalena, que hizo crecer vertiginosamente esta población al punto de convertirse en un punto de referencia dentro de Cundinamarca y dentro del país, ya que recibió el ferrocarril y fue testigo de excepción del transporte aéreo y fluvial en aquellos tiempos en que las carreteras eran una utopía.

Ciento cincuenta y un años y medio después, Girardot trata de despertar de su letargo.  Hace unos veinte años, era punto obligado de conexión para los viajeros que deseaban viajar al occidente y al sur del país desde poblados como el mío.  En esos tiempos, se construyó la famosa variante de El Paso, en Ricaurte, y aquellos buses que viajaban con destino Cali, Neiva, o Ipiales, dejaron de ingresar a la Ciudad de Las Acacias, iniciando el debacle de esta población.  Se fueron las industrias, poco a poco, y el desempleo rondaba en altos índices entre sus pobladores, los cuales, muchos abandonaron su tierra y otros decidieron rebuscársela.  La corrupción administrativa hacía de las suyas y Girardot se convertía en una ciudad lúgubre y desordenada.

Recuerdo mucho mi primer viaje a esa ciudad, cuando tenía seis años y acompañaba a mi mamá a un viaje hasta El Espinal.  Me pareció distante respecto a Anapoima, pero, ustedes saben, cuando uno es niño, todo es grande y lejano.  Ocasionalmente viajaba para disfrutar del calor con mi mamá, pero no recuerdo cuántos viajes realicé en todos esos años después de ese primer viaje..

Allá fui a dar, definitivamente, en el 2000, cuando la debacle estaba en su punto más alto.  No me agradaba Girardot como ciudad, lo admito.  Pero allá viví las mejores páginas de mi vida.  Unos meses antes, conseguía una de las pocas cosas que me hacen orgulloso, mi beca en la Piloto.  Fue una lucha increíble y no creí que llegaría allá.  Tres años y medio bellísimos donde conocí la magia de esta floreciente ciudad, que pese a sus problemas -algunos eternos-, siempre encontrará la forma de salir adelante gracias a su industria sin chimeneas, que la hace atractiva para los visitantes de tierra fría.

Conocí muchas personas, hice amistad con varias de ellas.  Conocí a los que hace una década se convirtieron en mis enemigos.  Aún tengo contacto con muchos de esos amigos.  Conocí y disfruté la vida de barrio en La Esmeralda, el mejor barrio donde he podido residir en una ciudad.  Tuve la oportunidad de contemplar el Río Magdalena y navegar por él.  Conocí la gran mayoría de sus barrios.  Caminé sin ningún problema de noche en la mayoría de sus calles, bajo la frescura de sus vientos.  Soporté el calor inclemente de sus mediodías en muchas ocasiones también.  Conocí unos sitios maravillosos para departir con gente agradable, como La Morada del Viento, allá en la cima de una colina.  Allá aprendí algunos oficios que suelo realizar cuando no hay dinero y la necesidad apremia.  Allá también tuve que pelear.  Allá, obviamente, también tuve que llorar de tristeza y de rabia por las frustraciones que resultaban.

Tuve que dejar Girardot a mediados del 2003, porque, por la misma crisis, no había dónde realizar una práctica empresarial y las opciones se reducían, o bien en casa, o bien en Bogotá.  Para la Sabana tuve que agarrar.  Extrañé mucho ese ambiente, quizá otra hubiera sido la historia si no me picara ese bicho.  En esa misma Girardot, me gradué tres años después.

¿Las conclusiones que me ha dejado Girardot?  Sí, varias.  Dejé de despreciarla y compararla tan mal con mi patria.  Suelo visitarla seguido, pero me agradaría pasar un viernes por la noche allá y regresar al otro día.  Su gente, a pesar de los defectos propios de la mezcla tolimense que abunda en su sangre y su explosividad propia del cundinamarqués de tierra caliente, es muy cordial  y respetuosa con sus visitantes.  Ahora, con esta presente administración, se debe luchar contra los problemas que dejaron las pasadas e ineficaces administraciones y tratar de darle un cariz positivo de cara al futuro.

Ojalá esta última frase se cumpla, Girardot no puede quedarse atrás y seguir rezagándose.

martes, 8 de abril de 2014

Hombre de radio.

Desde niño, siempre he estado pegado a una radio.  Para escuchar la actualidad, para escuchar música, para transportarme a otro lugar del mundo, para escuchar mis deportes.  Ahí siempre está, cuando la necesito.

Recuerdo que las primeras emisoras que escuchaba, eran Radio Santa Fe, Radio Deportes y Antena 2.  Solía escuchar más la primera, pues era la fuente de información primaria en la casa.  Las otras dos, fuertes competidoras en el periodismo radial deportivo en los noventa, solía escucharlas cuando se corría la Vuelta a Colombia -patrocinada con fuerza por Radio Deportes- o el Clásico RCN -patrocinada por el Grupo Ardila Lülle y su conglomerado mediático-.

Mi familia se trasteó al pueblo por un tiempo, el cual fue una pausa radial activa, pues no recuerdo haber escuchado demasiada radio.  Cuando regresamos a Las Mercedes, volví a escuchar radio, debido a la lejanía respecto al centro y la falta de planes en ciertos momentos.  Ahí, abandoné Radio Santa Fe y las frecuencias básicas de RCN y Caracol se convirtieron en mis nuevas compañeras.

Otra vez regresamos al pueblo, para quedarnos definitivamente.  Pero mi costumbre radial, no se acabó, antes siguió floreciendo.  Descubrí la existencia de la FM.  Algunos años antes, en un viaje a Girardot, conocí la predecesora de Amor Stereo, Cerros Stereo.    Conocí algunas emisoras de carácter regional como Toca Stereo o Cristalina.  Pero lo mejor, como todavía para esas épocas era niño, ¡era que conocí y escuchaba frecuentemente Colorín Colorradio!

Crecía y mi gusto radial, maduraba a su vez.  Conocí emisoras como Radioacktiva y Oxígeno, antes de convertirse en una emisora perversa para mi oído.  Solía escuchar, y en especial cuando mi papá descansaba frecuentemente en casa, Melodía Stereo.  Me fui a Girardot y la FM se volvía compañera inseparable, con Amor Stereo acompañando muchas noches cálidas en esa etapa.

En Bogotá, descubrí emisoras como La W, La X, Vibra, y muchas otras buenas emisoras que abundan en el espacio de la frecuencia modulada sabanera.  Suelo escuchar La W cuando corresponde la programación musical, no soporto mucho a Julio Sánchez Cristo.  La X, la escucho cuando viajo a Bogotá y quiero saciar mi necesidad de música con buen ritmo.  Vibra es buena opción cuando me aburro allá.  Además, cuando hay necesidad de información, voy a las versiones FM de las frecuencias básicas de RCN y Caracol, quienes hicieron muy bien ese movimiento pensando en sus oyentes y en aquellos que no poseen la amplitud modulada a la mano.

Muchas otras emisoras conocí en mis viajes, sintonizándolas por necesidad al no poder lograr lo mismo con mis emisoras favoritas.

Ahora, en esta meseta, mis emisoras favoritas son La W, las frecuencias básicas de RCN y Caracol y Antena 2.

Me acostumbré a dormir bajo el arrullo de las ondas hertzianas y despertar junto a ellas, para luego escuchar lo que sucede mientras me arreglo para salir a donde deba salir.

Aún con el auge de los medios virtuales, la radio no desaparecerá, evolucionará para adaptarse a ellos y a las necesidades de una sociedad ávida por satisfacer sus gustos auditivos.  Desde las noticias más serias hasta las más frescas del entretenimiento, desde la música más suave que proviene de una guitarra clásica hasta el ritmo fuerte y ensordecedor de una batería, desde un récord regional hasta la medalla de oro más difícil de lograr.  Confieso que cuando no puedo portar un receptor, y quiero escuchar un partido de fútbol, ingreso a la interfaz virtual de mi emisora predilecta.

¡Cómo olvidar a la radio educativa!  ¡Cómo olvidar a la gran Radio Sutatenza!  Por ella, muchas personas superaron la brecha intelectual básica que los mantuvo en el ostracismo por muchos años.  Hasta la Radio Nacional de Colombia hizo su tarea por la educación nacional.

Nunca abandonaré la radio, por más televisión e Internet que abunden.  Siempre será mi compañía, tanto en los cálidos días, como en las noches llenas de penumbras.  Tanto en el calor como en el frío, estará cerca de mí.  Y será un sano gusto que transmitiré a mis futuras generaciones.

lunes, 7 de abril de 2014

"Déjenme ir".

Este texto lo pensé hace mucho tiempo, pero ayer fue el cenit para que se concretara.  Tuve un domingo horroroso, el cual me dejó sin algunos recursos para lo que sería esta semana y que de paso, arruinó el ambiente para mi cumpleaños.  Estoy muy deprimido y con ganas de abandonar todo, hasta mi propia vida.  Cansado de tanto problema e inconveniente he estado desde hace muchos años.

Aquí vamos con el texto:

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Déjenme ir.  Esto se ha acabado.

Déjenme ir, familia, porque he fracasado como hijo y hermano.  Nunca he servido para las labores más básicas en casa.  Nunca les ha gustado cómo hago esas labores.  Siempre hemos peleado por lo mismo hora tras hora, día tras día, año tras año.  Nunca he compartido demasiado tiempo con ustedes por esas razones.  Fracasé en el objetivo vital de colaborar con su sustento y los gastos que hay que asumir, porque no conseguiré nunca un empleo digno.

Déjenme ir, amigos, porque he fracasado como tal.  No he sido completamente leal, he sido agresivo, no he cumplido con muchos preceptos que obliga la amistad.  No he podido compartir sus gustos ni he podido compartir los pocos momentos que ustedes han tenido disponibles para mí.

Déjenme ir, trabajos, porque les he fallado.  Siempre termino descuadrado en dineros, siempre peleo con la gente que me requiere porque no comprenden razones, siempre saco excusas baratas y no tan baratas para no cumplirlos.  Ni siquiera me pregunten porque no aplico a trabajos más dignos.  Aquí quieren a gente que se parezca a los galanes de Hollywood y no a gente normal como yo. Y ni se diga del asunto académico.

Déjame ir, amor, porque nunca llegará.  Las pocas personas que he amado de verdad y con el corazón me odian y querrán verme destruido.  Las complaceré con el mayor de los gustos.  Nunca pude darle paciencia a este tema, porque he querido hacer las cosas bien y rápido.  Nunca pude darle trámite correcto para conseguir algo de esas personas que amé.  Nunca escuché las palabras exactas que debí escuchar a la hora de ser rechazado, hubiera respondido "sé feliz, es lo mejor que puedo desear".  Nunca tendré a mi lado a una persona que me ame por lo que soy.  Nunca degustaré las dulces mieles del amor en su forma completa.

Déjenme ir, salud y apariencia, porque nunca tendré estos dos aspectos de mi vida perfectos.  Soy un fideo, peso menos de lo que debería estar pesando, ni siquiera tengo suficiente potencia física.  No puedo ver bien por mi ojo izquierdo y ya no tengo edad para recuperarlo.  Tengo una dentadura horrible y descuidada y vale demasiado dinero cambiarla.  Tengo síndrome del túnel carpiano y eso me condiciona para hacer algunos trabajos que exigen destreza manual.  Enfermar me afecta mucho y aparte de que no puedo curarme rápido, me entristece aún más ir a dormir así.

Déjame ir, padre, porque te he decepcionado.  Dos años y medio perdí en Bogotá viviendo contigo para salir con un pírrico diploma profesional.  Muchos años más, he perdido tratando de ser el buen hijo que siempre has deseado.  A pesar de todo, tú también me has decepcionado, prometiéndome cosas que no has cumplido, como computadores, estudio y más cosas que he requerido para sobrevivir en este maldito mundo.  Me decepcionas aún más cuando bebes como un inconsciente y llegas a casa así.

Déjame ir, madre, porque por ti soy una persona detestable.  Tu mal carácter, tu agresividad frente a mí cuando te enojas, todo ese negativismo que impones lo he heredado.  Lo peor es que me dices que no lo demuestre, ¿y entonces?  ¿Tengo que dejarme humillar de todo el mundo para ser alguien en la vida?  ¡Nunca he escuchado palabras más estúpidas en mi vida que tus intentos de ánimo!  ¡Nunca he escuchado palabras más deprimentes que las tuyas!  Nunca has perdonado mis errores en toda esta vida, ¿cómo esperas que perdone los tuyos?

Déjame ir, mujer de piel morena y rostro cándido, porque no pude pedirte perdón como se supone que debía ser, de frente y con buenas palabras y actitudes.  Sé que me odias, pero me sentiré algo mejor si perdonas a esta alma triste y pueda irse tranquila.  No te cuesta nada hacerlo, porque sé que eres una persona noble.  Sueño con ese perdón, pero sé que me ves e inmediatamente huirás.  Pero, como están las cosas, vale más que esta vida se acabe y tú celebres, si lo consideras necesario.  Me duele distanciarme así de feo con una persona que he apreciado demasiado y sigo apreciando como tú, ¡todo por mi maldita culpa!  

Déjame ir, Anapoima, porque no cumplí con lo que querías.  Todos ustedes querían un flamante profesional, pero resulté siendo un fiasco.  Gente de esta tierra, mucho menor que yo, ha logrado cotas mucho más altas.  Aquí no es posible trabajar si no le caes bien al cacique y a los títeres de turno.  Aquí no es posible ser quien es, sino lo que unos pocos ignorantes quieren que uno sea.  Aquí quiero ser quien soy, no lo que un sistema copado por arrogantes me dicen que sea.  Afuera, tengo que luchar contra millones de personas que buscan cumplir los mismos sueños y ni mis deseos ni mis fuerzas dan para vencerlos.

Déjame ir, tiempo, porque todo los momentos que das, se han perdido.  Y como avanzas hacia adelante, sin reversa, no permites dar marcha atrás para corregir los errores.

Déjame ir, vida, porque no vale la pena seguir luchando.  Es como si estuviera en un desierto e intentara sembrar frutas.  Todos mis esfuerzos por salir adelante, siempre han sido y serán en vano.  ¿Qué puedo pedirle a Dios para cambiar esta realidad?  ¡Absolutamente nada!  ¡Lo único que puedo pedirle a Dios es que acabe con esta vida, que acabe conmigo!  ¡Hasta a él he ofendido!

No intenten nada para que me quede, porque la deuda será más grande y aún más difícil de pagar, por consecuencia.  Hagan más fácil y placentera mi partida, en vez de amarrarme a un entorno que cada día que pasa, es más difícil para sobrevivir e intentar revertir este horrible destino.

¡Simplemente, déjenme ir!

domingo, 6 de abril de 2014

Bogotá.

Ah, Bogotá...

Capital de nuestra nación desde hace muchos años, un mundo aparte y un crisol de sociedades y de culturas que representan, palabras más, palabras menos, la realidad de Colombia.

Aparte de haber nacido allá una fría noche de domingo, he viajado con bastante frecuencia allá, a Bogotá.  Nunca le he dicho "nevera", como suelen decir algunos compatriotas de tierra caliente, pero sé, por nuestra composición geográfica, que hace frío y que suele hacer más en ciertas épocas del año.

De niño, no recuerdo muchos viajes allá, quizá uno que otro con carácter de salida académica.  Recuerdo que conocí el Museo del Hombre en octavo grado y alguna vez, conocí la Universidad de La Salle.  De pronto, también unas cuantas salidas familiares a Fontibón a comprar ropa.  Con la Banda, conocí la Gobernación, el Parque Simón Bolívar, el Centro Colombo Americano y Corferias.

¡Cómo voy a olvidar las dos veces que participé en Colombia Bien Escrita, ambas en mi querida Gobernación!

Finalizando mi bachillerato, conocí el Polo Club, el Monumento a Los Héroes, El Lago y lo que era Transmilenio.  Poco a poco, conforme crecía ese sistema masivo, lo conocía completo, al derecho y al revés.  Conocí los portales de la 170, el del Tunal y el de Usme, mientras estudié allá.

Mientras estudiaba en Girardot, las salidas fueron igual de escasas, pero importantes.  Aparte de frecuentar El Lago por motivos de salud, tuve salidas a Maloka, al Planetario y al Jardín Botánico.  Esas salidas a Maloka las disfruté infinitamente, por lo divertidas.  Extraño ir allá, hace muchos años no ingreso, a pesar de que es una escala obligada en muchos de mis viajes.

Me fui para Bogotá, y ya he contado la experiencia de Transmilenio.  Me aventuré en una caminata desde Palermo hasta el Centro Comercial Andino en Octubre del 2003, cuando no había mucho qué hacer.  Le perdí el miedo a caminar en ciertos sectores del centro.  Me aventuré a realizar el antiguo recorrido desde Suba hasta la Javeriana en servicio público, bajando desde Cota y cruzando por el fatídico punto de los 21 Ángeles.  Mejoré mis habilidades de movilización en transporte público, incluso exponiendo los conocimientos de mis compañeros.  Ahorraba dinero viajando en "cebollero", inclusive, viajé varias veces  en esos ilustres móviles desde la Piloto hasta el Portal de la 80, cruzando por Unicentro y el Minuto de Dios.

Año tras año, desde que dejé de estudiar en esa ciudad y regresar a casa, conocía nuevas cosas de Bogotá.  Conocí el extremo sur, conocí el Aeropuerto en una loca carrera contra el tiempo, conocí más del siempre prestante norte, conocí el Restrepo, conocí dónde vivían mis familiares bogotanos en esos tiempos, conocí sitios santos y profanos, he divisado el estadio El Campín, conocí el Siete de Agosto, en fin, muchos sitios importantes en esta capital.

Le tuve mucho miedo al centro, después de un raponazo que sufrí en 1999.  Ahora no, aunque la prevención sigue.  Perdí un celular allá hace poco tiempo.  No suelo caminar en Bogotá de noche, a menos de que sea un sitio muy seguro.  No suelo exponer mis pertenencias en la calle, cuando lo hago, trato de entrar a un sitio y soy discreto.  Alguna vez le temí al Terminal, pero hoy no, es más seguro que antes.

En Bogotá aprendí a valorar mi verdadero origen.  Tengo familiares por parte de padre y por parte de madre viviendo allí.  Cuando llegué a estudiar, nunca negué que soy bogotano.  En mi vida, he mostrado rasgos puros del bogotano, como la seriedad en las cosas.  Dicen que los bogotanos son fríos, y me dicen, en tono de chanza, que lo soy, porque me tocan y parezco un iceberg.

Me muevo sin ninguna pena allá, me visto normal, hay días en los que no necesito siquiera de un saco, pero en los días de heladas, debo llevar la chaqueta.  Me gusta sentir la brisa que viene de los cerros, me gusta sentir el sol que brilla en ese cielo sabanero e ilumina las montañas.  Me gusta caminar por esas pintorescas calles, ver los rostros de la gente, unos adustos, otros alegres, otros tristes.  ¡Y no falta el día con el que me encuentre con algún paisano, algún conocido de otra latitud, o con alguna persona de la cual no sabía nada durante varios años!

En Bogotá escribí las mejores páginas de mi vida, también las peores.  Viví unos gratísimos momentos, aunque sufrí las más dolorosas derrotas.

A estas horas de la vida, planteo mi próximo viaje.  La idea, es eterna, conocer el Cementerio Central.  Pero saldrá alguna diligencia, algún asunto vital que requiero para iluminar, de forma tenue, mi futuro.  La idea es no dejar de ver la capital, tan cerca y tan lejos que está de casa.  Pero allá vi la luz y es bueno ser grato con ese pesebre de montañas y concreto.

sábado, 5 de abril de 2014

"Alles Vorbei".

Hoy quiero exponer una hermosa y a la vez melancólica canción de un grupo alemán llamado "Bananafishbones".

Alguna vez, viendo por Señal Colombia una película llamada "Die Wilden Kerle" -que podría traducirla como "La Pandilla Salvaje"-, escuché por primera vez esta canción.  Les cuento que suena, para ser exacto, después del momento cuando Willi -el entrenador del equipo- es descubierto y los chicos se decepcionan al saber que él no fue un jugador profesional de fútbol.

Aquí va la canción, luego la letra:





"Sag mal solls das gewesen sein?
Alles aus und vorbei?
Sag mal was haben wir blos gemacht?
Was hat uns so tief nach unten gebracht?"

"Sag mal solls das wirklich gewesen sein?
Alles aus und vorbei?
Sag mal was haben wir da blos gemacht?
Was hat uns so tief nach unten gebracht?"

"Es ist alles egal, es ist alles zu spät.
vergiss was wir wollten weil eh nix mehr geht!
Es ist alles vorbei denn jetzt ist es zu spät.
Drum hör auf zu jammern weil eh nix mehr geht"

"Es ist alles egal,es ist alles zu spät.
vergiss was wir wollten,weil eh nix mehr geht!
Es ist alles vorbei denn jetzt ist es zu spät.
Drum hör auf zu jammern weil eh nix mehr geht"

viernes, 4 de abril de 2014

¿Y si me hubiera ido?

Ayer dejé una incógnita grande, tan grande, que aún a estas horas de la vida me sigue dejando pensativo.

Cuando aprendí a leer y a escribir, no contaba con más de seis años y aún vivía en Las Mercedes, éramos felices y aún teníamos un gran patrón.

Ese patrón, era un alma grande, un alma caritativa, según lo describieron mis padres.

Por allá en Octubre de 1990, las intrigas y la codicia lo mataron en Bogotá, en el sector de La Floresta.

Mis padres alguna vez me contaron que él quería sacarme del país para formarme mejor, más específicamente a los Estados Unidos de América.

¿Qué hubiera pasado si me hubiera ido allá, a la tierra del Tío Sam?

¿Aprendería a valorar mi tierra, como la valoro ahora?

¿Conocería a todas las personas que he conocido a lo largo de casi treinta años?

¿Pertenecería a mi banda municipal?

¿Estudiaría en el colegio que tanto quiero y en la universidad, que aparte de quererla, me becó?

¿Ingresaría a una universidad prestigiosa allá?

¿Hablaría inglés con mayor propiedad que el castellano?

¿Tendría más conocimientos que los que tengo ahora?

¿Tendría un empleo digno y bien pagado?

¿Tendría algún talento deportivo o cultural mejor de los que poseo aquí?

Y lo más importante, ¿tendría una visión apropiada de la vida y de este mundo?

La respuesta a varios de estos interrogantes, sería negativa, por simple lógica.  ¿A las demás?  Quién sabe.  De pronto hubiera terminado en un "community college" o expulsado de una "high school" por bajo rendimiento.  De pronto hubiese terminado en Stanford o en Harvard.  De pronto hubiese jugado baloncesto en la NCAA.  Quizá pertenecería a alguna banda estudiantil o sinfónica de gran nivel, pues allá abundan.

Lo cierto, después de veinticuatro años después de esa fatal noticia, es que ese "sueño" se truncó.  Pero no para mal.  No totalmente.  En la inocencia de la infancia una noticia así puede ser el fin del mundo, pero no lo tomé así.  La vida pudo recompensarme manteniendo mis pies en esta meseta y cursando mis estudios básicos ahí.  El resto, es historia conocida para muchos de ustedes.

¿Cuál hubiera sido la percepción para los demás?  ¿La de alguien que tuvo fortuna?  ¿La de alguien que por esa fortuna, se cree de mejor familia?  Seguramente, "el ser de mejor familia" podría ser lo más aproximado.  Y no puedo ignorar que hay personas -conocidas en mi entorno incluidas- que detestan a los que por cosas de la vida, han viajado a ese norte poderoso, al menos de vacaciones, y que al regresar, han cambiado su esencia, su orgullo, por el clasismo y la arrogancia que se imponen en esas latitudes.

Si hubiera terminado allá, quizá extrañaría mi tierra y a mi familia.  Quizá resistiría ese viaje y ese cambio tan brusco, quizá no.  Quizá el frío invernal me enfermaría, hasta el punto de finalizar con mi vida.  Quizá me rechazarían por ser colombiano y ser de provincia.  Quizá me rechazarían por mi color de piel y me confundirían con un árabe.  Quizá me expulsarían en el primer control migratorio.  Quizá sucedería todo lo contrario y disfrutaría ese viaje y esa etapa larga de mi vida.

¿Pero mi esencia cambiaría?  Hace dos párrafos lo dije, era posible.

Para concluir, dejo esta reflexión.  Si quiere salir del país, que sea por algo que valga la pena, no por miedos, todo el mundo está lleno de problemas y las sociedades no son perfectas.  Si salió del país, por el motivo que sea, disfrute su salida y aproveche la experiencia, abra su mente al mundo.  Y si regresó al país, no alardee ni siquiera de sus compras, simplemente regresó porque su tierra lo llamó.

jueves, 3 de abril de 2014

Raíces.

"Nunca olvides tus raíces, por más arriba que estés y por más cosas que hayas logrado"

Estos dos últimos días, han sido tristes para mí.

Mi abuelo paterno -Francisco, "Don Pachito" para los que lo conocen en San Antonio- ha estado hospitalizado, primero en La Mesa, luego en Bogotá, por problemas coronarios.

Mi padre me llamó el sábado, dos minutos después de que me había comprometido a realizar algunos trabajos, para informarme de esa situación.

No pude visitar a mi abuelo entre ese sábado y el martes, pues aparte de comprometerme ese sábado, también terminé con el domingo y el lunes comprometido.  El lunes supe que lo habían trasladado a Bogotá, a una clínica especializada, y eso me motivó aún más a verlo, pues tenía planeado un viaje para una diligencia importante y un encuentro que no demeritaba el trayecto.

Mi papá no podía visitarlo, por su trabajo, y por ello tuvo una agria discusión con mi hermano.  Mi hermano también trabaja en Bogotá, pero eso y una relación sentimental lo absorben excesivamente.

Ayer pude visitarlo, en una clínica en Teusaquillo, agotado, demacrado.  Le habían realizado una arterioscopia.  Lloré de la rabia por no haberlo visitado en La Mesa.  Lloré porque no quería verlo en una cama de hospital.  Lloré porque no quiero verlo partir así.  Lloré porque pensé en mi abuela, aún adolorida por la partida de uno de sus hijos hace algún tiempo.  Lloré porque de él heredé cosas buenas, como el amor por su terruño.  En fin...  Le pedí perdón por no haberlo visitado, y él aceptó.

Él me dijo que en cualquier momento le llegaría la hora de partir.  No quiero que él parta así.  Prefiero partir primero, por todo lo que me ha sucedido.  Le dije que no quería verlo en una cama el 15 de Abril.  Lo más seguro es que lo visite en San Antonio ese día.  Ayer él cumplía años, me enteré tarde y me entró más rabia combinada con tristeza por ese detalle.

Hoy, fui a visitarlo nuevamente, con una noticia que no fue completamente de mi agrado.  Los especialistas que lo atendieron, decidieron implantarle en su cuerpo un marcapasos.  El procedimiento era riesgoso, dada la edad de mi abuelo.  Regresé hacia Anapoima con la mente puesta en su salud.  Llegué con la noticia de que el procedimiento fue exitoso.  Ojalá pueda vivir muchos años más.

Vuelvo a la discusión entre mi papá y mi hermano.

La vida me enseñó a que uno debe sentirse orgulloso de la tierra que lo formó y no mirarla desde arriba con desprecio mundano.  He visto casos de gente conocida, que por llegar a determinada universidad, se creen lo mejor de lo mejor.  He visto casos, que por tener contactos con gente de "alta alcurnia", intentan imitar, y para mal, esos estereotipos.  No caí en esos cuentos.  Cuando llegué a la Piloto, viajaba frecuentemente a casa, sobre todo los fines de semana.  Estaba pendiente de ellos, de mi familia, de mis amigos, de lo que sucedía en casa.  En la lejanía me enteré de varias malas noticias.  En la lejanía, también me enteré de otras buenas noticias.

No puedo creer que mi hermano haya salido con la respuesta que le salió a mi papá en plena discusión y con la que me salió cuando lo llamé hoy.  Lo tildé de ingrato.  Uno siempre debe estar agradecido con Dios por tener viva a su familia.  Sé que uno debe asumir las pérdidas cuando llegan, pero se debe agradecer la vida cuando se tiene.  Hay que visitar a la familia, cuando se tiene el tiempo, pedir por ella, hacer algo bueno por ella, independientemente de los conflictos que se tengan, independientemente del hecho de no tener recursos para llevar al menos un plato de comida.

Hay que visitar a los amigos, a la escuela, al colegio, a aquellos sitios de juegos.  Hay que recorrer las calles, ascender las montañas, recostarse en los campos.  Es bueno recordar todos los gratos momentos que se vive en la tierra que te formó.

¡Nunca se debe negar el origen!

¡Nunca negaré que soy anapoimuno, a pesar de que haya nacido en otra ciudad!

¡Nunca negaré que mi familia es campesina y que viví en una vereda!  ¡Tampoco negaré que mi familia es oriunda de una vereda!

¡Nunca negaré que estudié en el sistema de educación pública!

¡Nunca negaré mi sangre, por más que el sistema clasista lo imponga!

¡Nunca negaré mi patria, así me dé tantas insatisfacciones y problemas!

En algún momento contaré qué hubiera sucedido si hubiera dejado el país cuando era niño.

Y para concluir, nuevamente espero que mi abuelo viva muchos años más, que mi papá y mi hermano se reconcilien y puedan visitarlo, y que aquella persona que aprecio mucho y me tiene tan mal, no se olvide que en su tierra aún hay gente que la aprecia y que quiere una muestra de misericordia.