viernes, 15 de febrero de 2019

A dos meses.

No hace mucho, celebré a mi manera los seis meses que llevo en mi actual trabajo.  Los celebré en el único lugar donde puedo hacerlo, mi amada Anapoima.  Un largo viaje con escalas diversas, con madrugadas, con frío, con ganas de olvidar muchas cosas malas y tratar de olvidar las cicatrices del alma, pues aparte de las que llevo, un incidente familiar hirió mucho a mi padre, quien a su vez, de a poco supera la partida de sus padres, mis abuelos.

A pesar de que esta experiencia me ha generado algo de estabilidad, los problemas no faltan y provocan ganas de dejar todo botado y regresar a casa de inmediato.  Pero no puedo.  Mi familia me pidió que asumiera este reto y aquí estoy.  Tengo otro reto que debo asumirlo con mi propio esfuerzo y el cual me permitirá recuperar parte del tiempo perdido después de aquella afrenta del 2004.

En casa, disfruté del amanecer y del atardecer, cosas que me dan energía y ganas de seguir adelante, no por nada, pese a la expresión de tristeza y amargura que suelo cargar, son las imágenes que me dan un motivo para no dejar esta existencia.  Una diligencia, arreglar la casa, otra diligencia larga, dormir un poco y salir de nuevo a contemplar la brillantez de esta meseta fue el plan.

Otra vez caerá ese día en Semana Santa, pero no caerá en los festivos.  Igual, no sé si las personas que deseo que estén a mi lado puedan estar en esa jornada.  Quizá compre algo grande para mí, o algo que de veras requiera.  Quizá haga una fiesta.  Pero lo que seguramente sé, es que estaré en casa para celebrarlo.  Mientras tanto, mi vida está en otro lugar para aportar todo lo que sé y cambiar la mentalidad de muchas personas.


viernes, 1 de febrero de 2019

¡Batigol!


Gabriel Omar Batistuta Zilli, fue un excelso futbolista nacido en la población santafesina de Reconquista, un día como hoy, hace cincuenta años.  En sus inicios deportivos, prefería el baloncesto gracias a su estatura, pero la victoria de su país en el Mundial de 1978, lo hizo cambiarse al fútbol, donde en un seleccionado local aportó para la victoria ante un equipo juvenil de Newell's Old Boys, dirigido por un tal Marcelo Bielsa.


Bielsa, sobre quien el mismo Batistuta afirmó que fue la persona que más influyó en su carrera, lo fichó para Newell's y por consiguiente, se mudó a Rosario, dejando atrás a su familia y al amor de su vida, durmiendo en un cuarto en el estadio y con algunos inconvenientes con su peso corporal.  Sobre ese último asunto, hay una anécdota consistente en que Bielsa motivaba a Gabriel Omar con una caja de alfajores, su dulce favorito, cada vez que lograba una determinada cantidad de goles en cada partido, controlando así su desorden alimenticio.

Fue cedido al Sportivo Italiano, donde destacó en una competición internacional en Italia, para volver a "La Lepra" y anotar diez goles. De ahí, partió a River Plate, donde no figuró, y en un movimiento entre polémico y curioso, llegó a Boca Juniors, donde anotó diecinueve goles.  Es uno de los pocos jugadores que ha vestido las camisetas de los dos clubes más emblemáticos de Argentina.


En 1991, después de contribuir al título de la Copa América realizada en Chile, la Fiorentina se hizo a sus servicios, pero sus goles no evitaron el descenso de la "Viola" a la Serie B en 1992; pero sus dieciséis goles hicieron posible el retorno a la élite italiana en el siguiente año.  Hasta el año 2000, "Batigol" llenó de alegría los corazones de los hinchas violetas, anotando la friolera de 207 goles en 332 partidos disputados.


En el 2000, decepcionado por no poder lograr el campeonato italiano, es transferido a la Roma por 36.2 millones de euros, contratado por tres temporadas.  Logró el "scudetto" en el 2001, recordándose un precioso gol que le anotó a la Fiorentina, el cual le trajo emociones al igual que a los hinchas violetas, a quienes les pidió perdón y éstos, en gratitud, le reverenciaron.


En el 2003, las lesiones empezaron a mermar su rendimiento y es transferido al Internazionale, donde solo anotó dos goles, pero encontró una nueva función siendo un perfecto acompañante para otro excelso delantero, Christian Vieri.  Quiso jugar en Inglaterra, pero en una forma de preparar su adiós, decidió irse a jugar para el Al-Arabi catarí, retirándose en el 2005, gracias a los crecientes problemas en sus tobillos.


Para la selección albiceleste, "Batigol" prestó sus servicios desde 1991 hasta el 2002, siendo el goleador de la Copa América de 1991 y el anotador de los dos goles que le dieron el título continental de 1993.  Su carrera, llena de goles -cincuenta y cuatro en setenta y siete partidos-, también estuvo llena de altibajos, como las eliminaciones en los Mundiales de 1994 y del 2002, y su no convocatoria a buena parte de los partidos de la eliminatoria de 1998 por obra y gracia de su cabellera, por la cual fue apodado también "El Rey León", cuestión que no era del agrado de Daniel Passarella, director técnico de la selección argentina durante ese periplo.  Su récord, fue superado en la Copa América Centenario por un tal Lionel Messi, a lo cual respondió "la ventaja que tengo es que estoy detrás de un extraterrestre".


Con su pareja de toda la vida, Irina, a quien conoció cuando ella era una quinceañera, se fue a Florencia y tuvieron cuatro hijos, Thiago, Lucas, Joaquín y Shamel.  Irónicamente, nunca se sintió a gusto practicando el fútbol, afirmando incluso que era solamente su trabajo, pero su ética de trabajo, su juego limpio y su capacidad para anticiparse a la defensa, su potente disparo y su excelente técnica para patear tiros libres le hicieron merecedor de hacer parte del salón de la fama de la Fiorentina y de ser homenajeado con una estatua en el barrio bonaerense de Recoleta.


Al retirarse, se dedicó a la práctica del polo, de la cual es aficionado, logrando algunos títulos nacionales.  También trabajó como comentarista televisivo para Televisa durante el Mundial del 2006, como secretario técnico del club Colón en el 2011 y es propietario de una constructora.  Respecto a sus lesiones, confesó que hubo momentos en los que literalmente, no podía moverse y hacía que incluso, perdiera el control de sus esfínteres, solicitándole entre lágrimas a su especialista que le amputara las piernas, a lo cual éste le contestó rotundamente que no; a pesar de que éstas le dejaran secuelas, pudo volver a su vida normal y familiar.


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Batistuta...  Ah, Batistuta...  Uno de los mejores delanteros que he visto en mi vida.  Goleador de gran factura, podía definir con sutileza así como con violencia.  De todas formas, con calidad, como los grandes.  Él fue el estandarte de la Argentina futbolística de la transición post-Maradona, incluso con los problemas que tuvo con Passarella.  Florencia nunca lo olvidará y él tampoco olvidará Florencia, a pesar de haber causado una pequeña "guerra civil" cuando se anunció su traspaso a la Roma.

Como la Argentina de la última década, le faltó consagrarse con un título mundial.  Rumania, los Países Bajos y Suecia fueron sus talanqueras.  De todas formas, su rendimiento durante dieciocho años de carrera profesional le hicieron un lugar dentro del olimpo de los mejores jugadores de la historia, salvo por un detallito...  (?)

¿Qué cómo?  ¿Cuál detallito?

Bueno, aquí dejo lo mejor de este indispensable en cualquier ofensiva fantástica.

1. El gol que le anotó a la Fiorentina, jugando para la Roma.


2. Los dos goles que le anotó a México en la Copa América de 1993.


3. Una recopilación de sus mejores goles durante su carrera.


4. Y para cerrar con broche de oro, el espectáculo que brindó en El Campín.


Con esto ya solo queda decir: ¡Feliz Cumpleaños, Batigol!