miércoles, 29 de junio de 2016

México 1986: El camino de Argentina (Epílogo)



 Todos recordamos esta imagen.  Solo observen lo que sucede en 4:40 y estuvo.

México 1986: El camino de Argentina (Parte VII: Alemania Occidental y la gloria albiceleste)

Alemania Occidental, la eterna candidata a la gloria, y que a su vez había logrado dos títulos mundiales (1954 y 1974), venía de haber perdido la final de 1982 ante una eficiente Italia y en este Mundial tuvo una andadura bastante irregular.  En primera ronda, empató con Uruguay (1-1), derrotó a Escocia (2-1) y perdió contra la sorprendente Dinamarca (0-2); derrotó a una complicadísima Marruecos con la ayuda de su portero (1-0) y se aprovechó de los nervios de los mexicanos a la hora de patear penales (0-0, 4-1 en la serie de penales).

En fin, ambos mostraron sus carteles de favoritos y el mítico Estadio Azteca, completamente ocupado por hinchas de todo el mundo, cumplía su objetivo de albergar su segunda final mundialista.  El partido transcurre sin problemas, hasta que una horrible salida de Harald Schumacher es aprovechada por José Luis Brown, el ex-defensor de Atlético Nacional, para abrir el marcador.  Con el 1-0, ambos equipos finalizaron el primer tiempo.

En el segundo tiempo, al minuto 56, un pase al espacio hecho por Héctor Enrique a Jorge Valdano y una mala aplicación de la táctica del fuera de lugar le permitieron al nacido en Las Parejas enfrentarse mano a mano con Schumacher y definirle rasante por su palo izquierdo.  2-0 y la alegría viajaba hasta el Obelisco, pero faltaba mucho tiempo y para los alemanes eso es mucho más.

Franz Beckenbauer alteró su sistema táctico para ingresar a dos delanteros netos, Dieter Hoeness y Rudi Völler, unos tanques en el área rival que generaron muchos problemas.  Un tiro de esquina es conectado por Norbert Eder, quien lo orienta a la línea de gol y Karl-Heinz Rummenigge desvía el balón con su pierna para descontar ante la desesperada salida de Pumpido.  Y el empate llega por la misma vía, Pumpido genera un tiro de esquina innecesario, es cobrado, Thomas Berthold cabecea para superar a los defensas, y aparece Völler, solito, para que cabecee ante la salida del portero argentino. En menos de diez minutos, Alemania Occidental empataba el partido, transcurría el minuto 81.

Tres minutos después, cuando los alemanes aún celebraban, un fuera de lugar en contra de ellos generó una jugada algo desesperada de Héctor Enrique, quien se la pasa de cabeza a Maradona, y en un movimiento rápido e instintivo, la pasa rápido a Burruchaga, quien aprovecha el espacio perfecto para correr, vencer a Hans-Peter Briegel en su intento de cierre y fusilar a Schumacher por su palo derecho.  3-2 en el Azteca, a dejar que el tiempo corra.

Llega el minuto noventa, Bilardo quema tiempo ingresando a Marcelo Trobbiani, él toca apenas un balón y Arppi Filho solo hace sonar su silbato, para que todos digan, ¡Argentina campeón!  Allá, en el Estadio Azteca, otro grande, si no es el más grande de todos, se consagró como campeón del mundo al lado de otros veintiún deportistas que en menos de ocho años, y en una época más tranquila para los suyos, le dio otra alegría para su tierra.  Mientras tanto, los alemanes veían cómo la gloria se les escapaba en el último partido y cómo Franz Beckenbauer llegaba a ser el primero en perder una final mundial como jugador y entrenador; poco tiempo les duraría a ellos tal frustración.

Así formaron los equipos:

Argentina: Nery Pumpido (amonestado '85); José Luis Brown, José Luis Cuciuffo, Óscar Ruggeri; Sergio Batista, Julio Jorge Olarticoechea (amonestado '77), Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga (Marcelo Trobbiani '90), Héctor Enrique (amonestado '81); Diego Maradona (amonestado '17), Jorge Valdano.  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.

Alemania Occidental: Harald Schumacher; Ditmar Jakobs, Karl-Heinz Förster, Hans-Peter Briegel (amonestado '62), Thomas Berthold, Andreas Brehme; Norbert Eder, Lothar Matthäus (amonestado '21), Felix Magath (Dieter Hoeness '62); Karl-Heinz Rummenigge, Klaus Allofs (Rudi Völler '46).  Director Técnico: Franz Beckenbauer.

Goles: José Luis Brown '23, Jorge Valdano '56, Jorge Burruchaga '84; Karl-Heinz Rummenigge '74, Rudi Völler '81.

Árbitro: Romualdo Arppi Filho (Brasil).

domingo, 26 de junio de 2016

México 1986: El camino de Argentina (Parte VI: Bélgica, una sorpresa)

Bélgica, una selección que podría considerarse del montón tanto en el ámbito europeo como mundial, continuaba con su andadura de éxitos de esa década y comienzos de la década de los noventa.  En el Mundial anterior realizado en España, le amargaron el debut a Argentina derrotándola 1-0 en un sorpresivo partido disputado en el Camp Nou de Barcelona.

Para esta edición, por poco no clasifican, ya que en su grupo de clasificación Polonia los superó por el gol diferencia, enviándolos a disputar un repechaje con su vecino y rival deportivo, los Países Bajos.  Un gol a cinco minutos del final anotado por Georges Grün -ex-jugador del Parma y compañero de Faustino Asprilla- le permitió a los "Diablos Rojos" clasificarse a México por la regla del gol visitante y dejando mal parados a los neerlandeses de nuevo, quienes también fallaron a la cita de España.

En México, tuvieron una andadura muy irregular.  Perdieron el partido ante la anfitriona por 2-1, derrotaron a Irak en Toluca por el mismo marcador y empataron en el mismo Nemesio Díez ante Paraguay por 2-2, donde Roberto Cabañas reeditó su "cabañuela".  En las fases de eliminación directa se pusieron serios, derrotaron 4-3 a la Unión Soviética en un impresionante partido que se fue al tiempo extra y eliminaron a España en una vibrante serie de penales donde Jean-Marie Pfaff fue la figura.

Todos sabemos qué hizo Argentina antes de llegar hasta aquí.  Sería un partido difícil para cada bando.  Inició el partido en el Azteca y Maradona quiso refrendar lo que hizo ante los ingleses, haciendo una que otra jugada espectacular y generando espacios para que Burruchaga y Valdano tuvieran oportunidades de gol.  A la media hora, los belgas se sacudieron e intentaron algo a través del empuje de Jan Ceulemans y Vincenzo Scifo.

En el segundo tiempo, apareció la figura de Maradona.  Dos goles.  En el minuto 51, Burruchaga levanta la cabeza y envía un pase al espacio para que Maradona, ante el inefectivo cierre de Pfaff y de dos defensores belgas, la pica justa para anotar.  Doce minutos después, el 10 argentino arranca desde tres cuartos de cancha para eludir a cuatro rivales y batir a un Pfaff que no sabía qué hacer ante semejante espectacularidad.

No pasó nada relevante y poco a poco finalizaba el partido.  Argentina celebraba y esperaba por Alemania Occidental, que vencía a la mejor selección francesa de toda la historia hasta su propio Mundial.  Mientras tanto, Bélgica, a pesar de su derrota, veía cómo la historia los premiaba con su mejor participación mundialista.

Así formaron los equipos:

Argentina: Nery Pumpido; José Luis Brown, José Luis Cuciuffo, Óscar Ruggeri; Sergio Batista, Ricardo Giusti, Julio Jorge Olarticoechea, Jorge Burruchaga (Ricardo Bochini '85), Héctor Enrique; Diego Maradona, Jorge Valdano (amonestado '33).  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.

Bélgica: Jean-Marie Pfaff; Stéphane Demol, Eric Gerets, Georges Grün, Michel Renquin (Philippe Desmet '54), Patrick Vervoort; Vincenzo Scifo, Jan Ceulemans, Franky Vercauteren; Nicolaas Claesen, Daniel Veyt (amonestado '23).  Director Técnico: Guy Thys.

Goles: Diego Maradona '51, '63.

Árbitro: Arturo Márquez Ramírez (México).

miércoles, 22 de junio de 2016

México 1986: El camino de Argentina (Parte V - Inglaterra o la manifestación de D10S en el Azteca)

Dos días después de que Argentina eliminara a su más acérrimo rival en los octavos, Inglaterra se deshacía 3-0 de una Paraguay que después de superar como segunda clasificada el Grupo B, no pudo hacer nada en Ciudad de México.  Inglaterra, el equipo de los "Tres Leones", venía de un sorprendente Grupo F que fue ganado por Marruecos, y estuvo en serio riesgo de quedar eliminado en esa fase hasta que aparecieron los tres goles de Gary Lineker ante Polonia; también vio cómo Ray Wilikins fue literalmente borrado de su selección al ser expulsado en tiempo récord en el segundo partido ante Marruecos.

Veinte años antes, ambos contendientes vivieron uno de los partidos más polémicos de la historia mundialista, gracias a la actuación del árbitro Kreitlein, quien permitió demasiado el juego fuerte y expulsó de forma absurda a uno de los mejores jugadores argentinos de la época, Antonio Rattín.  Gracias a ello, Inglaterra ganó por 1-0 y Alf Ramsey, el técnico inglés que logró el título mundial, apenas pudo musitar que los jugadores argentinos "eran unos animales".  Por supuesto que en Argentina esas palabras no cayeron bien.

Cuatro años atrás, Gran Bretaña -la nación que contiene a Inglaterra- y Argentina se enfrentaron en una breve pero triste guerra por la soberanía de las Islas Malvinas.  La nación austral puso la mayor cantidad de muertos, superando los seiscientos militares, y al ser derrotada, generó un regreso a la democracia luego de que los militares asumieran políticamente la derrota.  Algunos jugadores de esta selección mundialista argentina estuvieron muy cerca de combatir en esa guerra, como fue el caso de Jorge Burruchaga.

La rivalidad, con solo estos dos actos históricos, estaba bastante enconada.  La política alcanzó a jugar su propio partido, pero para fortuna del espectáculo, no logró sus cometidos, que inclusive rayaron en solicitarle a la Asociación del Fútbol Argentino el retiro del Mundial.  Los hooligans alcanzaron a hacer de las suyas en Monterrey y los barras bravas argentinos incluso tuvieron el descaro de pedirle dinero a sus jugadores, a lo cual Jorge Valdano se negó rotundamente, motivando de paso a sus compañeros a no hacerlo.

Argentina volvió a jugar con sus colores de visitante tal como lo hizo ante Uruguay, solo que con un ligero cambio.  Bilardo notó que sus jugadores no se sintieron cómodos con los uniformes que le fabricó Le Coq Sportif y ellos no podían confeccionarle un uniforme con la misma tecnología que utilizaron para el uniforme titular, por lo menos en el tiempo que se exigía para tenerlos listos.  Así, el utilero Rubén Moschella y el tercer portero Héctor Zelada recorrieron toda la Ciudad de México buscando unas camisetas de color azul oscuro de la misma marca y encontraron dos diseños, Bilardo eligió uno acorde a la necesidad, un diseñador adaptó un viejo escudo de la AFA para luego ser cosido y el mismo Moschella junto con sus auxiliares estamparon en las camisetas una numeración metalizada similar a la que se utiliza para el fútbol americano con algo de apuro.

En otro soleado mediodía en la capital mexicana, sobre un gramado en no muy buenas condiciones, iniciaba el partido.  Inglaterra no modificó su alineación respecto a los partidos ante Polonia y Paraguay, manteniendo incluso el esquema de marcación en zona aunque Maradona estuviese presente.  Argentina, gracias a la suspensión de Óscar Garré por acumulación de tarjetas amarillas, decidió volcarse por un 3-5-2, incluyendo a Julio Jorge Olarticoechea y sustituyendo a Pedro Pablo Pasculli por Héctor Enrique, para que Maradona jugara como atacante junto a Valdano.

El primer tiempo fue de mucho estudio y de oportunidades para ambos bandos, destacándose una clara que tuvo Peter Beardsley ante Pumpido cuando éste resbaló, el inglés no pudo convertir.  Pero, lo mejor vendría en el segundo tiempo.  Argentina inició dominando y en una jugada que inició Olarticoechea, donde Maradona recibe y elimina dos rivales para pasarla a Valdano, quien no puede controlarla.  Steve Hodge intenta rechazar el balón, pero no se percata de que Maradona presionó instintivamente ni que su intento terminó en su área penal.

Peter Shilton corre desesperadamente para tomar el balón en el aire y tampoco se percata de la presencia de Maradona.  Creyó en que su propia estatura sería suficiente para ganarle el balón al diez argentino, pero no fue así, terminó en un gol de cabeza.

Sí, claro, qué gol de cabeza.  Eso vio el asistente búlgaro Dotchev, quizá insolado, y eso le hizo creer al tunecino Ali Bin Nasser, quien validó la jugada ante la protesta airada de varios jugadores ingleses.  Increíble.  Realmente Maradona anotó ese gol con la mano izquierda, lo que todos conocemos como la Mano de Dios, salvo por los ingleses, que lo consideran como la "Mano del Diablo".  Transcurría el minuto cincuenta y uno, y así la albiceleste abría el marcador en el Estadio Azteca.

Cuatro minutos después, Cucciufo recupera un balón luego de un avance inglés, le pasa el balón a Enrique y de paso, a Maradona.  En una finta asombrosa, elimina a Beardsley y a Peter Reid, y arranca a correr hacia la portería inglesa para encontrar a un Terry Butcher que intentó pararlo con sus brazos.  No pudo.  Maradona ya tenía el área dibujada en su perspectiva y elude a un dubitativo Terry Fenwick, quien no sabía si debía pararle.  Maradona solo debía evitar que Shilton le cortara su oportunidad, él busca con su corpulencia taparle los ángulos, pero el argentino lo elude por su mano izquierda y patea, no sin antes soportar la barrida desesperada de Butcher que logra lastimarlo, pero la jugada se ha consumado.  El Gol del Siglo fue anotado para consumar lo que sería la derrota inglesa.

Inglaterra recuperaría la posesión del balón y buscaba con cierto afán descontar, y por qué no, remontar.  Bobby Robson decide ingresar a Chris Waddle y a John Barnes, jugadores con clara vocación ofensiva.  Mientras tanto, Bilardo solo ingresa a Carlos Tapia por Burruchaga, para mantener la posesión del balón y defenderse con él.  Así, la velocidad de Barnes da frutos en el minuto 81, donde supera a Giusti y a Enrique, centra y Gary Lineker aparece en el segundo palo para anotar de cabeza el descuento.

Bilardo sudó tinta al ver que Barnes volvió a ganar la banda izquierda para repetir la fórmula.  Pumpido no puede alcanzar el balón, pero Olarticoechea, en una acción suicida, peina el balón para enviarlo a la esquina y evitar el empate de Gary Lineker.  Carlos Tapia también tuvo una oportunidad para aumentar el marcador, a un pase magistral de Maradona, pero su disparo terminó en el vertical derecho de Shilton.

Así, Argentina esperó simplemente que el partido finalizara y esperaría a quién enfrentaría en el Estadio Azteca en las semifinales después de que en Puebla se enfrentaran españoles y belgas.

Así formaron los equipos:

Argentina: Nery Pumpido; José Luis Brown, José Luis Cuciuffo, Óscar Ruggeri; Sergio Batista (amonestado '60), Julio Jorge Olarticoechea, Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga (Carlos Tapia '75), Héctor Enrique; Diego Maradona, Jorge Valdano.  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.

Inglaterra: Peter Shilton; Gary Stevens, Kenny Sansom, Terry Fenwick (amonestado '9), Terry Butcher; Glenn Hoddle, Peter Reid (Chris Waddle '69), Trevor Steven (John Barnes '74), Steve Hodge; Gary Lineker, Peter Beardsley.  Director Técnico: Bobby Robson.

Goles: Diego Maradona '51, '55; Gary Lineker '81.

Árbitro: Ali Bin Nasser (Túnez).

lunes, 20 de junio de 2016

Panenka.

Antonín Panenka (Praga, actual República Checa, 2 de Diciembre de 1948) fue un futbolista muy destacado en -lo que entonces fue- Checoslovaquia y Austria.  Militó durante buena parte de su carrera en el club de sus amores, el Bohemians de su ciudad natal y en 1981 se mudó a Viena, donde militó en el Rapid de esa ciudad y en el Sankt-Pölten.   Se retiró en 1993, luego de jugar seis temporadas en las divisiones menores austriacas y actualmente es el presidente del Bohemians, un premio a su carrera deportiva llena de éxitos.

Su momento máximo, e inmortal, se gestó en la final de la Eurocopa disputada hace cuarenta años, en Belgrado, capital de la antigua Yugoslavia, donde Checoslovaquia ganó su único título internacional antes de su disolución.  Por favor, sobra la descripción para esta genialidad que solo muy pocos pueden imitar y otros muchos han fallado en el intento (Neymar, Maicosuel, Arnulfo Valentierra y Luis Manuel Seijas pueden dar fe de ello).

jueves, 16 de junio de 2016

México 1986: El camino de Argentina (Parte IV - Un viejo conocido)

El Grupo A había terminado con Argentina líder, una decepcionante Italia como segundo -después de sufrir ante Corea del Sur en su último juego- y una Bulgaria que gracias a la perversa diferencia de gol de los húngaros en el Grupo C y la incapacidad de los norirlandeses de ganar un partido en el D, logró el tercer lugar y uno de los cuatro tiquetes reservados para los mejores terceros de la fase de grupos, novedad implantada por la FIFA para este mundial y que se aplicaría hasta el evento realizado ocho años después en los Estados Unidos.

El rival argentino, como lo cité en el texto anterior, sería una sorpresa.  Era su más clásico y acérrimo rival durante toda su historia, me refiero al Uruguay.  Los charrúas, vivieron un primer partido ilusionante en el Grupo E, al empatar a un gol ante Alemania Occidental -anotado por Antonio "El Policía" Alzamendi-, pero cayeron en su peor resultado de la historia mundialista por 6 a 1 contra la sorprendente Dinamarca y empataron a cero contra Escocia; se beneficiaron también de los malos resultados de Hungría y de Irlanda del Norte para clasificarse.  Tenía un plantel competente e incluía a varios futbolistas conocidos en el fútbol colombiano, como lo fueron Sergio Santín, Jorge da Silva y Wilmar Cabrera y otro en el ámbito universal como Enzo Francescoli.

A los charrúas, al conocer que Argentina sería su rival en octavos, poco o nada le importó lo que sucedió en la primera ronda, sabían que ese partido lo jugarían como siempre lo acostumbran, a muerte.  No se habían vuelto a encontrar desde aquella final de 1930.  Bilardo solo hizo un cambio para este partido respecto a su línea titular de los últimos dos juegos, el ingreso de Pedro Pablo Pasculli por Claudio Borghi; Uruguay debía cubrir la baja por sanción -causada por la expulsión más rápida en la historia de los mundiales- de José Batista, al enviar a Eliseo Rivero.

No debió moverse de Puebla la selección gaucha, como premio por su liderato.  El partido se jugó dentro de lo acostumbrado en los encuentros entre dos seleccionados, pero un gol hizo la diferencia para la albiceleste.  Ruggeri y Burruchaga inician tocando el balón desde su propia mitad, y al traspasarla, hacen participar a Giusti, a Maradona y a Valdano, quien ingresa al área para buscar a Pasculli, un defensa uruguayo ayuda un poco en la tarea, y el entonces delantero del Lecce queda solo frente a Fernando Álvez para fusilarlo.  Así Argentina clasificaba a cuartos de final y faltaban pocos días para un momento maravilloso para su propia historia, la de este deporte y la de una persona en particular.

Así formaron los equipos:

Argentina: Nery Pumpido (amonestado '83); José Luis Brown (amonestado '49), José Luis Cuciuffo, Óscar Ruggeri, Óscar Garré (amonestado '30); Sergio Batista (Julio Jorge Olarticoechea '85), Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga, Diego Maradona; Pedro Pablo Pasculli, Jorge Valdano.  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.

Uruguay: Fernando Álvez; Nelson Gutiérrez, Eduardo Acevedo (amonestado '58; Rubén Paz '61), Darío Pereyra, Eliseo Rivero; Miguel Bossio, Jorge Barrios, Sergio Santín (amonestado '68), Enzo Francescoli (amonestado '35); Wilmar Cabrera (Jorge da Silva '46), Venancio Ramos.  Director Técnico: Ómar Borrás.
Goles: Pedro Pablo Pasculli '42.

Árbitro: Luigi Agnolin (Italia).


viernes, 10 de junio de 2016

México 1986 - El camino de Argentina (Parte III - Bulgaria)

Argentina volvería a la Ciudad de México para enfrentar, cinco días después, a Bulgaria.  Los búlgaros, no pudieron hacer más después de que Plamen Getov abriera el marcador en esa tarde lluviosa en el Estadio Olímpico Universitario ante los coreanos, quienes lograron empatar y dejar a ambos equipos moribundos respecto a sus opciones de clasificar en ese Grupo A.

Bilardo encontraría su once titular y salió decidido a buscar el primer lugar de su grupo.  A los tres minutos, cuando ni siquiera los equipos se acomodaban en el campo, Cuciuffo le gana el balón y la banda derecha a un defensor búlgaro, avanza unos metros, centra al espacio y al costado izquierdo y Jorge Valdano aparece con un soberbio cabezazo que vence a Borislav Mihailov.

Argentina dominó con tranquilidad el partido, con la ventaja del resultado y aprovechando que su rival no mostraba demasiado como para inquietar el objetivo de terminar líder.  Al minuto 76, Óscar Garré inicia un contragolpe al pasar el balón a Maradona, quien elude a su marcador y se desplaza por la izquierda, observa a Burruchaga y levanta un precioso balón al palo derecho de Mihailov, quien no puede defender el potente cabezazo del nacido en Gualeguay.  2-0 y la meta se logró, clasificar como líder de su grupo y esperar a un tercer clasificado que saldría entre los grupos C, D y E, lo cual sería una sopresa para todos.

Así formaron los equipos:

Argentina: Nery Pumpido; José Luis Brown, José Luis Cuciuffo (amonestado 25'), Óscar Ruggeri, Óscar Garré; Sergio Batista (Julio Jorge Olarticoechea 46'), Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga, Diego Maradona; Claudio Borghi (Héctor Enrique '46), Jorge Valdano.  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.

Bulgaria: Borislav Mihailov; Petar Petrov, Georgi Dimitrov; Plamen Getov, Georgi Yordanov, Andrei Zhelyazkov, Ayan Sadakov, Aleksandar Markov, Nasko Sirakov (Radoslav Zdravkov '71); Plamen Markov, Stoicho Mladenov (Boicho Velichkov '52).  Director Técnico: Ivan Vutsov.

Goles: Jorge Valdano '3, Jorge Burruchaga '76.

Árbitro: Berny Ulloa (Costa Rica).


domingo, 5 de junio de 2016

México 1986 - El camino de Argentina (Parte II - Italia)

Puebla era la sede predeterminada de la selección "cabeza" del Grupo A, pero por cuestiones organizativas, el primer partido, que lo jugaba Italia contra Bulgaria, debió realizarse en el mítico Estadio Azteca.  Volviendo a la normalidad, el Estadio Cuauhtémoc, diseñado en 1965 por el renombrado arquitecto Pedro Ramírez Vásquez e inagurado previo a los Juegos Olímpicos de 1968, es la casa del Puebla Fútbol Club y aparte de alojar partidos de este Mundial, también fue sede de varios partidos en el Mundial de 1970.

Italia jugaría sus dos últimos partidos de la fase de grupos en esta sede, ansiando poder clasificar como líder de su grupo para no moverse de ahí, pero ya en los próximos textos veremos cómo terminó esa fase y su participación en tierras aztecas.  Argentina, como lo cité en el texto anterior, derrotó 3-1 a Corea del Sur en un partido convincente, y los azzurri decepcionaron con un empate a uno ante Bulgaria en Ciudad de México con un gol a cinco minutos del final del partido anotado por Nasko Sirakov.

Los italianos iniciaron buscando la portería y a los seis minutos, una desafortunada jugada de Jorge Burruchaga termina en penal a favor de ellos.  Alessandro Altobelli lo convirtió en gol.  Argentina lentamente despertaba del golpe, y en una jugada que inicia Ricardo Giusti desde su mitad, pasándole el balón a Valdano, quien lo eleva al espacio para que aparezca Maradona, quien deja picar un poco el balón, superando en velocidad a Gaetano Scirea y punteando el balón con la dirección y velocidad suficiente para dejar sin reacción a Giovanni Galli y empatar el partido a los treinta y cuatro minutos.

El segundo tiempo fue prácticamente un monólogo argentino, generando buena cantidad de oportunidades de gol, pero sin encontrar la celebración gracias a que los italianos se cerraron lo suficiente como para reflejar la transición entre el equipo que ganó el mundial anterior y lo que vendría después en su casa.  Así, con el 1-1, Argentina se clasificaba a los octavos de final e Italia dependía de una victoria ante Corea del Sur para conseguir el segundo tiquete directo.

Así formaron los equipos:

Italia: Giovanni Galli; Giuseppe Bergomi (amonestado '54), Antonio Cabrini, Gaetano Scirea, Pietro Vierchowod; Antonio di Gennaro, Salvatore Bagni, Fernando de Napoli (Giuseppe Baresi 87'), Bruno Conti (Gianluca Vialli 65'); Giuseppe Galderisi, Alessandro Altobelli.  Director Técnico: Enzo Bearzot.

Argentina: Nery Pumpido; José Luis Brown, José Luis Cuciuffo, Óscar Ruggeri, Óscar Garré (amonestado 65'); Sergio Batista (Julio Jorge Olarticoechea 59'), Ricardo Giusti (amonestado 58'), Jorge Burruchaga, Diego Maradona; Claudio Borghi (Héctor Enrique '74), Jorge Valdano.  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.
Goles: Alessandro Altobelli '6; Diego Maradona '34.

Árbitro: Jan Keizer (Países Bajos).

jueves, 2 de junio de 2016

México 1986: El camino de Argentina (Parte I - Corea del Sur)

En este año se conmemoran treinta años de la realización del Mundial de Fútbol realizado en México en 1986, evento que originalmente debía realizar Colombia, pero gracias a una declaración desafortunada e infame del presidente de esa época -Belisario Betancur- el país renunció al derecho de realizarlo.  Acto seguido, México, un país que ha sufrido de todo, y que en el año inmediatamente anterior sufrió un terremoto que afectó gravemente a su capital, tuvo las agallas suficientes para realizar uno de los mundiales más recordados de toda la historia del fútbol, no solo por su colorido, sino porque una persona en especial se consagró como uno de los mejores jugadores de este deporte, si no cabría considerarle como el mejor de todos los que han existido.

Después de superar una dura eliminatoria contra Perú, Colombia y Venezuela, Argentina clasificó directamente a México perdiendo solo un partido, ante los peruanos.  Argentina fue sorteada en el Grupo A, el grupo del campeón vigente, Italia, junto a las selecciones de Bulgaria y de Corea del Sur.  Italia y Bulgaria empataron en el partido inaugural, el 31 de Mayo, a un gol, y dejando serias dudas sobre el desempeño de la squadra azzurra.

Argentina iniciaría su participación dos días después, en el Estadio Olímpico Universitario, casa de los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México.  El rival, el seleccionado surcoreano, no se clasificaba a un mundial desde la edición de 1954.  Los gauchos afrontaron una concienzuda preparación en tierras aztecas desde el 5 de Mayo, con el fin de adaptarse a la altura de Ciudad de México y poder desplazarse a otras ciudades sin sufrir contratiempo alguno con el aspecto de la temperatura; pero no contaban con las presiones extrafutbolísticas que surgieron desde la misma eliminatoria, desde choques entre César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo -ex-técnico y técnico para ese mundial respectivamente-, desempeño irregular en los partidos amistosos previos -incluyendo una derrota con la entonces desconocida selección noruega- y algunas situaciones de convivencia entre los mismos jugadores.

En ese mediodía mexicano, Argentina inició su camino, y muy temprano, a los seis minutos, Jorge Valdano recibe un pase de cabeza sin presión alguna dentro del área coreana y fusila a Yun-Kyo Oh.  Pintaba fácil el partido, y aún más lo era cuando Óscar Ruggeri, conectando de cabeza un buen tiro libre al área, anotaba al minuto 18 el 2-0 a favor de la albiceleste.  Argentina manejó el partido durante el resto de la primera parte, y apenas transcurrió el primer minuto de la segunda parte, Valdano aprovechó el resultado de un gran lanzamiento de portería realizado por Nery Pumpido, que no fue controlado por los surcoreanos y terminó en un pase de la muerte que no fue cortado por el portero, dejándole el balón a bocajarro al entonces delantero del Real Madrid.

Corea del Sur tuvo tiempo para descontar y anotar su primer gol en los mundiales, ya que Argentina con el 3-0 liquidaba el partido, objetivo que logró en el minuto 73 gracias a un afortunado disparo de Chang-Sun Park, que rozó en un defensor argentino en pleno despegue y desubicó a Pumpido.  Así, la albiceleste debía esperar tres días y viajar a Puebla para encontrarse con Italia mientras que Corea del Sur debía quedarse en Ciudad de México para buscar un resultado ante la entonces nunca vencedora Bulgaria.

Así formaron los equipos:

Argentina: Nery Pumpido; José Luis Brown, Néstor Clausen, Óscar Ruggeri, Óscar Garré; Sergio Batista (Julio Jorge Olarticoechea 75'), Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga, Diego Maradona; Pedro Pablo Pasculli (Carlos Tapia '74), Jorge Valdano.  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.

Corea del Sur: Yun-Kyo Oh; Kyung-Hoon Park, Yong-Hwan Chung, Pyung-Seok Kim (Kwang-Rae Cho '23), Min-Kook Cho, Yong-Se Kim (Byung-Joo Byun '46); Jung-Moo Huh (amonestado '44), Joo-Sung Kim, Chang-Sung Park (amonestado '50); Soon-Ho Choi, Bum-Kun Cha.

miércoles, 1 de junio de 2016

Día de suerte.

Anoche, sobre las seis y media, decidí ir al centro para reclamar un encargo que hacía parte de otro encargo más grande.  Sobre la salida, mi mamá me pide el favor consistente en traerle algunas cosas para comer en donde fuera conveniente y recargarle el saldo a su línea de telefonía móvil.  Con un clima bastante fresco, quizá ventoso, salgo hacia el centro recorriendo la carretera y preocupándome un poco por el pronóstico, que pintaba para una lluvia bastante fuerte, pues había escuchado que en la Sabana y en buena parte de la alta montaña tequendamita San Pedro abrió la llave con fuerza.

Mi primera parada era la salsamentaria para comprar una tajada de queso, la compro, era la única que quedaba y tenía el tamaño justo para lo que necesitábamos en casa.  Salgo de ahí y me topo con algunos conocidos, los saludo y converso unos cuantos minutos con ellos.  Me dirijo hacia el supermercado y antes de entrar, observé que alguien estaba por ahí departiendo con otra persona; apenas puedo verla unos segundos, quizá presa del miedo, quizá presa del resentimiento.

Entro y busco lo que necesito, un paquete de fosforitos -papas fritas recortadas a la francesa-, y veo que las filas estaban congestionadas gracias a que muchos estaban haciendo el mercado de la quincena.  No habiendo más remedio que apelar a las enseñanzas del santo Job, hago mi fila y mientras tanto, pensaba en regresar rápido.  Igualmente, un empleado del supermercado se encontraba en "modo animador" y estaba haciendo concursos sencillos para que sus clientes ganaran algo dentro de sus festividades empresariales.

Cuando estaba cerca de llegar a la hora de pago, el empleado dijo: "En este momento, gana el primero que llegue aquí con su cédula terminada en...".  Pensaba y esperaba que él dijera "número nueve".

Y en efecto, así sucedió.  Dijo: "¨¡...Número nueve!"

Estaba demasiado cerca de él como para perder esa oportunidad de ganar, así que me moví rápido y me acerqué.  Había ganado, no me importaba qué gané.  Solo presenté mi cédula, me hicieron hablar -cosa que no quería-, y la pasé muy bien; incluso alcanzaron a "ridiculizarme" por llevar una camiseta de una selección de fútbol ajena y rival de la de aquí.  No puse cuidado para nada, estaba en mi propio trance.  Así, salí con una cara de pastel increíble y completé las diligencias que faltaban, incluyendo encargos de última hora.

Llego a casa, sin que se borrara la alegría.  No pude traer el premio a casa, no lo entregarían sino hasta hoy.  Le cuento a mi mamá -quien fue trabajadora de ese lugar- y se alegró, aunque ninguno lo creía.  Hablamos un poco de lo que vi y continuamos con la rutina de la noche.  No llovió, pero el frío y el viento hicieron esta noche de suerte muy acogedora.

Hoy recogí el premio y es una licuadora que había entregado un proveedor para la festividad del supermercado, su propio aniversario.  Me la llevo contento a casa y en su momento le daremos uso.  Solo una cosa quedó en el aire, ¿realmente tuve suerte?  ¿Haber visto a esa persona fue una buena señal?  Alguien allá arriba sabe si lo fue o no.  Lo cierto, es que esa noche fue muy alegre y ojalá sigan repitiéndose tales momentos.