jueves, 17 de febrero de 2011

Twitteratón (Segunda Parte)

Después del éxito de la primera Twitteratón, algunos compañeros que estuvieron al pie del cañón en aquel evento decidieron celebrarlo con un partido de Fútbol 5 en Bogotá, a mediados de diciembre, al cual tuve la fortuna de asistir, pero con la poca fortuna de ser el arquero que más goles recibió en ese juego, demostrando mi poco ritmo de competencia después de terminar mi trabajo deportivo. Por ese mismo periodo de tiempo, asistí también a los Premios TWT 2010, historia que contaré a su debido tiempo.

Al final del encuentro, circuló la idea de hacer otra Twitteratón para final de año, pero fue postergada debido a que varios de los que liderarían la iniciativa no estarían presentes en Bogotá para tales fechas, al igual que transcurriría muy poco tiempo entre el evento del 11 de Diciembre y el planeado, decidiéndose que se realizaría algo después de finalizada la temporada vacacional; de todas formas, la chispa quedó encendida.

El evento quedó programado para el 5 de Febrero de este año, esta vez para ayudar a la Fundación San Mauricio y a la Institución Educativa Departamental Luis Carlos Galán, sede Alto del Pino, en Cazucá, la frontera entre Soacha y Bogotá. El despliegue mediático fue igual de grande y fuerte que el del evento decembrino, y el sitio, fue en cercanías del Siete de Agosto, en una bodega donde funcionó un taller autorizado de la FIAT.

El día anterior al evento, fue una auténtica locura. No tenía decidido qué llevar como aporte a la causa, así que en una auténtica locura, decidí viajar hacia Girardot y comprar las cosas, cuadernos, lápices, bolígrafos, blocs. Alcancé a regresar a casa sin que se dieran cuenta y preparé la noche, en la cual no dormí ni siquiera un minuto porque tenía que finalizar unos trabajos de la universidad.

Sin dormir, llegaron las cuatro de la mañana a mi reloj, y decidí emprender el viaje, no sin antes dejar algo ordenado mi cuarto. Como mi casa no queda lejos del paradero de los vehículos de servicio público que viajan hacia Bogotá, fui hasta allá y a eso de las cinco y media, la buseta inició su viaje. Yo decidí dormir en La Mesa para recuperar algo de sueño, faltando unos minutos para las ocho llegué a Bogotá y desperté, como si nada. No me sentía trasnochado.

En el Terminal -y aquí hago una pequeña confesión- no sabía si salir hacia Salitre Plaza a tomar la ruta de Centro Andino por la Calle 63 o tomar un taxi saliendo de ahí. Si cogía bus, me dije, mínimo llegaba a las nueve, si cogía taxi, llegaría más rápido, y me incliné por la segunda. Como quien escribe ha tenido experiencias cercanas a la bancarrota tomando taxi desde las instalaciones del Terminal -si uno hace eso le dan un tiquete con el valor de la carrera y gústele o no, hay que pagarlo, el taxímetro no sirve de mucho-, decidí salir a Los Hornitos y tomar mi taxi ahí. Eso me sale mucho más barato que tomarlo allá adentro y suelo hacerlo cuando estoy urgido de tiempo, confieso.

A eso de las 8:40 llegué a mi destino, el evento. Apenas hice presencia, los compañeros estaban construyendo la parafernalia. Afiches, globos, serpentinas, el streaming, la actualización de la página en Facebook, el blog. Los compañeros, claro, haciendo visible su labor convocando a otros compañeros en sus líneas de tiempo en Twitter. Yo ayudaba en lo que podía, pero sentía algo de preocupación porque no veía a la gente, en algún momento temí por el éxito de la convocatoria.

Lo que me tranquilizaba, era que si bien era sábado, en Bogotá la gente ese día suele salir en masa por las tardes. Pensé que la gente que donaría llegaba en la tarde y así se dio. Para pasar un poco el tedio entre la media mañana y el inicio de la tarde, muchos seguían convocando a través de sus cuentas. Las donaciones empezaban a llegar, pocas, pero igualmente valiosas para continuar con la causa, aún con más ánimo del que se traía al iniciar.

En la tarde, luego de recargar algo de energía -por el cansancio normal, no por el trasnocho-, empecé a ver cómo llegaban más donaciones, poco a poco, y como si fuera una bola de nieve. En un momento, llegaron unas cajas repletas de libros de todos los conocimientos posibles, aunque se tenían que descartar unos por ser inapropiados para los niños. En un momento, ví un ejemplar de uno de los primeros libros que me regalaron para estudiar, Historia y Geografía del Mundo, escrito por Augusto Montenegro González para la Editorial Norma y el Gobierno de Puerto Rico. Cuando me dí cuenta, le comenté a @CristinaVelezV que yo tengo un ejemplar igual y que sería un libro muy útil para los niños. De acuerdo, es muy buen libro.

Lo que llegaba, era organizado en cajas debidamente rotuladas para evitar confusiones. Y llegó el momento de empacar. Cuando vimos los cuadernos, al empezar la jornada, habíamos dejado los cuadernos argollados debidamente organizados, a eso de las cuatro, nos dimos cuenta que había que organizar muy bien las cajas, porque había demasiados cuadernos. Con @jjcm84 y otros compañeros nos dimos pela para empacar esos cuadernos y sellar esas cajas; otros compañeros tuvieron la difícil tarea de clasificar los libros y empacarlos. Tengo entendido que el Gimnasio Moderno donó una buena cantidad de ejemplares de su biblioteca.

Iba finalizando la jornada y era hora de organizar todo. Lo más difícil, supuestamente, era empacar los libros y los cuadernos, pero yo estuve muy equivocado. Los otros útiles escolares merecían casi igual consideración. Al ver que se necesitaban cajas grandes para organizar los libros y los cuadernos, me metí en el ejercicio mental de liberar espacio moviendo útiles a otras cajas más pequeñas e ir mirando cuáles se podrían dejar listas para sellar. Decidí, junto con los demás, esperar algunos minutos para ver qué llegaba y organizar mejor las cosas.

Como lo predije, la gente llegaría en masa en la tarde. Llegaron muchas personas, y entre ellas, algunos conocidos de Twitter, @solano, @guapacho, @tuitere_sinjeta, @OkimXD, @diegohps, entre muchos otros que no recuerdo. Aparte de dejar su donación, también dieron una mano, ayudando a organizar las cajas con los útiles o contagiando al grupo con su natural entusiasmo. La meta se estaba cumpliendo.

Se había cumplido la labor de dejar organizadas las cajas de los libros y de los cuadernos, faltaba la de los otros útiles. Yo decidí apuntarme a empacar varias de esas cajas, entre ellas, la de los colores y la de las plastilinas. Con la ayuda de varios compañeros y compañeras, el ejercicio consistía en aprovechar todo el espacio que podía dar la caja y aprovechar algunas rendijas para colocar las reglas, que no podían colocarse en cualquier caja por ser un producto altamente delicado. Y poco a poco, iba llegando la hora de partir.

Cuando ese momento llegaba, yo estaba empacando los borradores y las cartucheras, y estaba algo preocupado porque los primeros ocupaban demasiado espacio y necesitaba empacar algunos útiles que quedaron por fuera. Cuando me dí cuenta que habían unas cartucheras plásticas -más bien, eran unos estuches-, decidí usar algo de mi malicia indígena, rompí varios empaques de borradores y éstos fueron a dar dentro de las cartucheras. Genial, ¿verdad? @joannaprieto puede dar fe de esto.

Decidí levantarme y partir, no sin antes despedirme de todos los compañeros que sigo y me siguen y estuvieron en este hermoso evento. No pude encontrarme con @dianaparrasilva, estuvo ahí y muy seguramente me vio, si no es por @OkimXD que unas horas después le contó sobre mi presencia.

No tengo que contar muchas anécdotas, pues no recuerdo muy bien qué sucedió en la entrada del sitio. Bueno, pero así por el estilo... Que Zeus -la mascota de @diegohps- hizo su aparición para la alegría de los presentes. Que conocí al @Dr_Cocoon, no pensé que fuera tan joven. Que @polloenbruto salió dos veces en su vehículo para ir por útiles. Que los niños Scouts hicieron algo de deporte mientras transcurría la jornada. Que cada vez que alguien llegaba con su contribución, gritábamos "¡Donación!". Que CityTV hizo un pequeño reportaje del evento. Que @tuitere_sinjeta me inmortalizó en una foto oficial -gracias por hacerme quedar mal ;)-. También @PauliWorkout y @solano me inmortalizaron en imágenes. Y que la jornada fue tan gratificante como la anterior, ¡haciendo valer la pena el trasnocho!

Agradezco publicamente a @juansemo, a @polloenbruto, a @Tuiteretera, a las niñas del @apto202, a @prietodom, a @german_acosta, a @LauRobles, a @CristinaVelezV, a @JoaquinPerezG, a @arawaco, a @diagiraldo, a @cpmorenoor, a @DeivyGomez, a @jjcm84, al @Dr_Cocoon, a @soymuyaburrido y a todos los demás compañeros que estuvieron colaborando en la logística del evento.

A @kashuery, un agradecimiento especial por facilitar la colaboración de los Scouts en el evento.

A todos aquellos que asistieron al evento, y a los que no asistieron, pero estuvieron de corazón con la causa, también les agradecemos su entusiasmo.

A todos aquellos que se encontraron conmigo, estén siguiéndome o no en Twitter, también les envío un afectuoso saludo y un sentido agradecimiento por estar aquí.

Reitero, ¡MUCHAS GRACIAS A TODOS USTEDES!

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Las fotos oficiales del evento están aquí.

Y considero que este es mi testimonio viviente de mi experiencia, cortesía de @solano, véanlo aquí.

Y este es el blog del evento.

jueves, 10 de febrero de 2011

Twitteratón (Primera Parte).

Hoy voy a hablar de la Twitteratón, tanto de la que se realizó en Diciembre pasado como la sucedida el pasado Sábado 5 de Febrero.

A finales del año pasado, nuestro país sufrió mucho por culpa del invierno, el cual dejó bastantes damnificados, y un número significativo de pérdidas humanas. Un grupo de personas, que poseen cuenta en la red social Twitter y afincadas en Medellín, decidieron unirse y convocar a sus colegas para recolectar ayudas para los compatriotas damnificados por aquellos desastres naturales; la idea fue replicada con bastante éxito en otras ciudades importantes de nuestro país.

Bogotá fue la segunda ciudad en albergar esta iniciativa, la cual decidió albergarse en el Teatro R101, en las cercanías de la Calle 72. A las ocho de la mañana del 11 de Diciembre se empezó a sentir toda la movilización desplegada a través de Twitter y Facebook y siguió a lo largo del día, hasta caer la tarde. Yo tenía ese día tutoría en mi nueva Universidad y planeaba asistir, ya que muy seguramente me quedaría tiempo para hacer mi aporte.

A eso de la una de la tarde, llegué al teatro e inicié mi registro fotográfico, y procedí a buscar a @juansemo, uno de los promotores de la idea en la Capital. Le pregunté qué faltaba y me respondió que faltaban implementos de aseo. Con la idea en la cabeza, le dije que iría por las cosas y quien les escribe cogió camino hacia el Éxito de la Calle 53 para comprar las cosas, retornando al teatro a eso de las dos.

Ya en el teatro, ví que todos los que llegaban traían sus donaciones, e ingresando al teatro, dejé mi testimonio con voz de tarro en la transmisión y saludé a los que conocía, algunos reconocibles por sus caras, otros porque traían un carné que los identificaba. Pensaba irme hacia el Terminal, pero no, decidí quedarme unas horas más, para acompañar a los compañeros que estaban dentro del teatro empacando las donaciones y acomodándolas en los vehículos que otros compañeros colocaron para transportarlas hacia la Cruz Roja Colombiana.

Si bien pude quedarme hasta el final, no lo hice. Faltando algunos minutos para las cinco, ya la mayoría de las donaciones recibidas fueron debidamente acomodadas y transportadas hacia la Cruz Roja decidiendo acompañar a @Gihernandez77 a cargar su vehículo con el alimento para animales que recibiría la fundación La Huella Roja, que se vinculó para ayudar a las mascotas que quedaron sin hogar gracias a la furia de la naturaleza. Fui con él hasta la casa de @anamariazul -quien también cargó su vehículo con alimento, pues llegó bastante- para dejarlos allá.

De ahí, partí a casa, feliz de haber contribuído con la causa y con la euforia por las nubes por conocer en persona a varios colegas en Twitter, unos de las épocas antes de eso, como @rataflechera (@chlewey), @Monobio y @udsnoexisten, otros como @juansemo, a quien conocí en Bogotá en plena fiebre mundialista, o como @elcachaco, @AdriOrjuelaV, @solano y @OkimXD, quienes comparten momentos de esparcimiento conmigo en esta red social. Lo mejor de todo, es que pude seguir a más gente desde ese día y que, desde la distancia que representan 71 kilómetros hacia la Capital, me alegran cada momento en Twitter y me permiten observar otras formas de ver las cosas que ocurren en nuestro mundo, a los cuales saludo con gran cariño.

¿Qué les cuento de anécdotas y cosas por el estilo? Primero, que tenía por ahí dos afiches publicitarios de Anapoima, de una serie especial emitida por la Gobernación de Cundinamarca, hermosísimo desde todo punto de vista, ambos los entregué a @juansemo y a @julitamartinez, sé que los conservan con mucha alegría. Que no pude ocultar mi felicidad al conocer a @paitocp. Que conocí a Marcela Alarcón, la voz que acompaña a muchos trasnochadores y madrugadores en W Radio. Que muchos de ustedes conocieron a alguien que se coloca una manilla alegórica a su patria chica en su muñeca derecha. Que hice algo de bulla para quitar el estrés gritando "¡La Mesa, Tocaima, Girardoooot, con puestos!" al cargar la camioneta de @diegohps. Que la mascota de Diego -es un perro y se llama Zeus- contribuyó a la tranquilidad del grupo. Que recordé mis conceptos de Tetris al cargar las camionetas. Que la cadena humana fue una locura. Que la foto que me tomó @julitamartinez como testimonio quedó con un pequeño detalle erróneo de mi parte. Y que fue la primera vez, en la que ví a tantos compañeros de Twitter juntos.

Las fotos oficiales del evento las pueden ver aquí.

Esperen la segunda parte.

domingo, 6 de febrero de 2011

No confundan, por favor....

Hoy, pude observar uno de tantos catálogos de ropa, calzado y accesorios que pululan en muchos sitios y que son portados por mujeres que buscan mejores ingresos por la venta de dichos productos, llamándome la atención uno de Croydon, la famosa empresa de calzado ubicada en el sur de Bogotá.

Observé atentamente una página donde aparece el gran jugador de fútbol de salón (microfútbol para los que no lo asocian fácilmente) William "Panadero" Estupiñán, referente a nivel nacional y mundial de ese deporte, promocionando unos zapatos deportivos denominados "Royal", que según mis pocos conocimientos son los famosos "pisahuevos". Bueno, ahí fue a dar el Panadero.


Sí, muy bien por Croydon, querer promocionar sus zapatos y el auténtico deporte de masas en este país, pero aquí viene el problema.

Observen bien, presentan al Panadero, e invitan a presenciar el Mundial, y viene el horror.


¿Cómo es posible que Croydon no sepa que el fútbol sala es una cosa distinta al fútbol de salón?

jueves, 3 de febrero de 2011

Melgar y el camino al caos.

Por esas fechas que correspondían a mediados de enero de este año, se me ocurrió escaparme un momento hacia una esquina, digamos que la suroccidental, de mi departamento. Me refiero a la Ciudad de Las Acacias, Girardot, pero no fui allá a visitarla, quería hacer conexión a otro destino al que no iba desde hace mucho tiempo.

Sí, me refiero a Melgar. Un municipio tolimense, considerado por muchos como el "Barrio Caliente de Bogotá". Dicen que también posee un récord de albergar la mayor cantidad de piscinas en el mundo. Con todo eso y un montón de ideas que corroboré en las pocas visitas que hice a ese municipio -todas durante mi etapa universitaria- decidí ir, sin pensarlo dos veces.

Noté que el Melgar que conocí hace varios años no es el mismo de ahora. Me acuerdo que el colegio lo estaban remodelando, ya está listo. Me acuerdo que el actual Palacio Municipal -lo llaman "Centro Administrativo"- también estaba en obra gris. Y que el desorden en la Vía Panamericana formado por los vehículos de servicio público seguía ahí.

Al llegar, decidí caminar un poco hacia el oriente, y me encontré un local de El Corral, cadena que suelo frecuentar cuando hay plata y estoy fuera de casa. Allá fue mi almuerzo. Salí y remonté calles hacia el centro y buscar la casa de un buen compañero que tuve en la universidad, con el cual conversé un buen rato, no sabía nada de él desde que me fui para Bogotá y se estaba recuperando de un gravísimo accidente en motocicleta.


De la casa de mi compañero, salí al centro nuevamente, esta vez, con la cámara en la mano, y a tomar fotos, visitando el Parque, recorriendo la Vía Panamericana, observando un típico trancón vehicular al cruzarla. Fueron pocas, pero eran las que necesitaba para guardar un buen recuerdo. A eso de las cuatro y media de la tarde, decidí emprender el regreso hacia Girardot.

Ya en casa, durante esta semana me entero de una situación grave que sucedió allá. La gente, enardecida, decidió bloquear la Vía Panamericana porque el servicio de agua potable se encontraba suspendido durante varios días, según las versiones de la gente. Según la Alcaldía y de los prestadores del servicio, el servicio se vio afectado por una falla en la fuente principal de agua (el Río Sumapaz) y el agua que suministra la segunda fuente no era suficiente para todos, así que algunos sectores de Melgar no tuvieron agua por algunos días. El ESMAD tuvo que intervenir para dispersar la protesta.

La situación se agravó, del bloqueo y de la protesta pacífica se pasó al vandalismo, algunos desadaptados se armaron de piedras y ladrillos y la emprendieron contra la oficina del Banco de Bogotá, contra el Centro Administrativo y contra algunos locales comerciales, que fueron saqueados. No tuvo más remedio la Alcaldía que decretar el toque de queda ese día para evitar más disturbios. Y esto destapó una gravísima situación en el manejo del servicio de agua en Melgar.

Hace unos años, Melgar entregó la administración de este servicio público a una empresa privada, la cual, según su alcalde, no ha cumplido con el objetivo. Aún así, las entidades de control están investigando sobre situaciones de años atrás y han encontrado muchas inconsistencias en obras de acueducto y alcantarillado. Y desgraciadamente, Melgar ha sido víctima de pésimas administraciones, que han defraudado a sus habitantes y se han apropiado de los recursos públicos, y obviamente, que no han buscado mejorar la infraestructura que poseen para mantener a los turistas, que siempre están cada fin de semana.

Volviendo al asunto.

Dejé de escribir aquí durante algunos meses, diría que bastantes, por muchas razones. Un trabajo lejos de casa, fue una de las principales. Pero el ayuno terminó. En mi cuenta de Twitter, comenté no menos de tres veces durante ese tiempo que debía volver. Y hoy, considero que mi palabra se cumple.

Desempolvo esta casa con un sublime video, de lo último que he encontrado en ese mar de videos llamado YouTube, cortesía de algunos tenistas que participaron en el Roland Garros:


Como suele suceder, la guinda de la torta la coloca Novak Djokovic. ¡Disfrútenlo!