sábado, 31 de enero de 2015

Adiós, Enero.

Ya había contado como fue mi temporada.

Este mes lo finalicé viajando, hace algunos días hacia Manizales, y de paso, conociendo Neira.  Me encantó el viaje, después les contaré.  He regresado sano y salvo a casa, después de un viaje de más de ocho horas, pues me detuve en Girardot para hacer algunas compras.

No hay mucho que contar, aparte de que este mes estuvo más agitado que de costumbre.  Las razones las conocen, ya las narré.

¿Qué llegará para Febrero?  Al menos, que no me traiga problemas.  Estoy esperando noticias de mi proyecto.  Mi evento va por buen camino.  Me falta realizarme ese chequeo que debía realizarme en este mes.  En lo laboral pues...

Dicen que será un mes aburrido, pero no debo verlo así.

viernes, 30 de enero de 2015

Londrinazo: La polla que nunca se ganó.

Estadio del Café, Londrina (Brasil), 30 de Enero del 2000.

Era un apacible domingo del verano brasilero, y se definían los dos cupos del grupo A del Torneo Preolímpico de Fútbol para selecciones compuestas por jugadores menores de 23 años, Sub-23 que llamábamos.  El día anterior, Argentina y Uruguay habían conseguido los dos cupos del grupo B a la fase final, con una victoria uruguaya por dos goles a uno y eliminando a su vez a la selección peruana.

La selección nacional no podía perderse este torneo y mostró a una selección competente, llena de talentos y por la cual se apostaba lo suficiente para que consiguiera uno de los dos cupos al torneo de los Juegos Olímpicos que se realizarían en Sidney (Australia) meses más tarde.  La selección quedó encuadrada junto a Brasil, a Ecuador, a Chile y a Venezuela.

El 19 de Enero, la selección derrotó 4-2 a Ecuador (Alexander Viveros, Mayer Candelo * 2, Jairo Castillo; Moisés Candelario, Iván Kaviedes), dando un buen presagio, pero el día 21, empató 1-1 (Jairo Castillo; Leonel Vielma) con la que dejaría de ser la Cenicienta del fútbol sudamericano, la selección venezolana.

Pero el día donde todo fue alegría -y una auténtica venta de humo-, fue el 26 de Enero.

Ese día, la Sub-23 goleó 5-1 a Chile con una magistral actuación de los integrantes de ese equipo.  Tres goles de Leon Darío Muñoz, uno de Rubiel Quintana y otro de Mayer Candelo pusieron a soñar al país con una hipotética clasificación a los Olímpicos, ¡hasta de la medalla se hablaba!  Pero no contaban con lo que pasaría ese domingo...  Ah, el que descontó para Chile fue un inolvidable del fútbol colombiano, un tal Julio Gutiérrez.

Recuerdo bien que un comentarista innombrable en muchos círculos, por el cual fue apodado "Refisal" y otro señor que se hacía identificar como Rick Astley, dijeron que para que la selección fuera apeada de ese sueño -eliminada del torneo- debía perder por goleada ante Brasil.  Ahí empezaron los problemas.

Javier Álvarez, ex-técnico del Once Caldas que clasificó a su primera Copa Libertadores, y que por ese logro fue llamado a dirigir la selección mayor y el seleccionado que debía clasificar a Sidney, notó mucho nerviosismo entre sus dirigidos y la noche previa al partido, los mandó a dormir con la misma indumentaria con la que se presentarían al campo de juego, guayos incluidos.

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A primera hora, ese domingo, Ecuador y Venezuela jugaban un partido que no definía nada, solo por cumplir el calendario.  Los venezolanos derrotaron a los ecuatorianos por 4 a 2, con un gran partido de Jorge Rojas.

A segunda hora, llegó la cita con la historia.  Javier Álvarez quiso reservar a varios jugadores que tenían amonestaciones acumuladas para no arriesgarlos a perderse partidos de la fase final.  Y con el nerviosismo aún a flote, el partido se inició.

No habían pasado diez minutos, y Álvaro cabecea un balón caído desde la esquina para abrir el marcador.  Al cuarto de hora de juego, un tal Roldanillo Caúcho Ronaldinho Gaúcho anota su primer gol.  Edú en dos ocasiones y Athirson -con complicidad infame de Pedro Portocarrero- dejan el primer tiempo con un saldo "lamentable", cinco a cero.

Javier Álvarez no sabía qué hacer, inclusive hizo modificaciones antes de finalizarse la primera mitad.  Inició ese segundo capítulo de esa "película de terror" y Adriano, Lucas, Warley y un penal de Ronaldinho redondearon ese resultado.  Fabián Vargas y Mayer Candelo terminaron expulsados.  Inmediatamente finalizó ese partido, Javier Álvarez fue despedido de su cargo y ahí empezó su curva descendente dentro de su carrera como entrenador de fútbol profesional.  Y David Montoya dejó sus lágrimas en el gramado.

No se clasificó a la fase final, mucho menos se lograría el tiquete a los Olímpicos, y la medalla se convirtió en una utopía.  Chile, quien estaba pensando en hacer la maleta y devolverse a su casa, se encontró con ese golpe de suerte, clasificó a la fase final, clasificó a los Olímpicos y conseguiría una valiosísima medalla de bronce con la ayuda de Iván Zamorano, Pedro Reyes y Nelson Tapia.

Los responsables directos de esta debacle fueron: Robinson Zapata; Rubiel Quintana, Pedro Portocarrero, Alexander Posada, Roberto Carlos Cortés; Fabián Vargas, Víctor Murillo (Alexander Viveros), Iván López (Felipe Arce), Mayer Candelo; Jairo Castillo (David Montoya), León Darío Muñoz.

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No recuerdo qué estaba haciendo la tarde del partido contra Chile aquí, seguramente estaba viajando para la inducción.  Lo cierto, es que fui testigo de la venta de humo tan infame que estaban promocionando los periodistas, en especial los dos que cité en los párrafos anteriores.

Cuando supe que existía esa posibilidad matemática de una "catástrofe", me enteré al rato que una emisora tropical de la región llamada Toca Stereo, fundada en Tocaima y trasladada a Fusagasugá -ciudad donde aún está alojada- lanzó, presa de la costumbre y de la euforia causada por ese resultado increíble, su acostumbrada quiniela, o polla, como acostumbramos decirle en estas latitudes.

Ahí mismo me entró el presentimiento.  Quería llamar, escuchaba los pronósticos exageradamente optimistas -y que rayaban en la insensatez y la locura absoluta- que decían que esa selección derrotaba a Brasil, con resultados clásicos, 1-0, 2-0, o 2-1.  Hubo gente que llamó y con mucha cordura predijo esos mismos resultados -e incluso un 0-3- a favor de Brasil.

Pero, yo fui el más sensato de todos.  Dije que a esa selección le iban a meter diez goles.  ¡A todos les decía que les iban a meter diez goles!  ¡Desde que "Refisal" abrió la boca hasta el día del partido!

Lo irónico, nunca llamé a apuntar mi pronóstico en esa bendita polla.

Y el resultado, a pesar de que fallé por un gol, se dio.  Los golearon.  Seguramente me ganaba el premio que ofrecía Toca Stereo.  Pero no llamé.  Ni se me pasó por la cabeza pedir prestado un teléfono, ni ir a Telecom a llamar a esa emisora.

Esa fue la polla que nunca me gané, la de ese triste día para el deporte colombiano.

Y desde ese día, no volví a creer en una selección nacional masculina de fútbol, al límite de defenestrarla.  Créanlo.  Por ese resultado y por esa alegría estúpida, nos pasa lo que nos pasa, hasta el final de los días -así hayan logrado algo en un Mundial-. 

Para terminar esta historia, los dejo con dos videos, la sabia apreciación de "El Siguiente Programa" y un repaso de la televisión brasilera sobre ese partido.


lunes, 26 de enero de 2015

Miss Universo.

Anoche, Colombia se fue a descansar con la noticia del segundo título que consigue en el denominado mayor concurso de belleza del mundo, Miss Universo, gracias a Paulina Vega, una joven barranquillera que había conseguido su título de Señorita Colombia en el 2013.  Desconocí las razones por las cuales la edición 2014 del concurso manejado por Donald Trump -un millonario que no ha sido precisamente un santo, no digamos mentiras- se realizó en este Enero, a decir verdad no quiero adentrarme en esos detalles aquí.

Lo que quiero comentar, es que en esa noche dominical, muchos estuvieron pendientes de la transmisión propiamente dicha, realizada por el Canal Caracol para nuestro país, y de las redes sociales, especialmente Twitter.  Todos le sacaron punta a todo lo que sucedía en el Estado de Florida, en especial cuando Paulina Vega recorría la pasarela y sus "fuertes rivales" hacían lo mismo.

Poco a poco se superaban los cortes, las quince, las diez, las cinco...  Y llegaron las famosas preguntas.  Ahí fue Troya.  Más de uno apaleó virtualmente a nuestra representante por su famoso "es una pregunta muy difícil".  ¿Quién no se pone nervioso y con ganas de salir corriendo de donde está en un momento de esos?  Inclusive, alcancé a decir allá que no ganaría, pero...

Todos decían que el momento más tenso de ese evento lo protagonizarían Jamaica y Colombia.  No sucedió.  Jamaica fue elegida tercera princesa y más de uno se frotó las manos, aún a sabiendas de que la candidata de Estados Unidos podía ganar sin ser favorita.  Ucrania y Países Bajos salieron también de la contienda y quedaron para ese momento, precisamente, la colombiana y la estadounidense.

Aquella comparación odiosa de los "caballos del dueño", aplicable incluso en nuestro fútbol, se estaba cumpliendo para esa selección final, quedaba solamente el anuncio por parte de los maestros de ceremonia de la nueva portadora de la valiosa corona.  Ellos anunciaron "Colombia" y algunos creyeron que este país tendría otro segundo lugar, pero la costumbre había cambiado y esta tierra tendría un segundo título en Miss Universo.

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Poco a poco he perdido la costumbre de seguir estos certámenes, ya por vejez, ya por ver las cosas de otra manera.  Había llegado tarde a casa, cansado, convaleciente y con un regalo aparatoso -y bien delicioso- que gentilmente me entregaron.  Así, como narré esos párrafos, seguí esa transmisión.

Cambio de orilla, y me pregunto con más vehemencia si algo así ayuda a un país que necesita salir adelante.  Quizá, objetivamente.  Para mí, no lo creo.  Siento que eso es más desastroso que lo que ha logrado el fútbol.  Han comparado eso con los logros de ciertos futbolistas y no es para nada correcto.  Incluso han mezclado eso con el proceso de paz y ya se raya en la incoherencia.

Lo cierto, es que me reí mucho con algunos comentarios en Twitter, comentarios agradables y sin ánimo de denigrar de estas jóvenes.  De los otros, pues, ni los leí, ya se asemejaban a David Letterman y su desagradable comentario sobre Andrea Noceti.  Este país se olvidó por una noche de su propia realidad y se volcó, de forma festiva en algunas ciudades, a celebrar lo sucedido; un claro ejemplo fue la Costa Atlántica.

¿Que si nuestras mujeres son las más bellas del mundo?  Es un criterio excesivamente subjetivo, tanto por lo individual como lo colectivo, no me adentro en el tema de los "requisitos", porque hay tantas diferencias que hasta una pelea se podría formar.  Lo que es cierto, es que nuestras mujeres son capaces de salir adelante y luchar contra las propias costumbres impuestas por la misma sociedad desde la Independencia.

Los medios le han dado todo el cubrimiento necesario, quizá excesivo, pero el mismo entorno se encarga de hacer este tema a un lado.  Yo lo hice apenas me fui a dormir, había algo que hacer en este día.  Y se hizo a conciencia.

sábado, 24 de enero de 2015

"Puedes llamarme Al".

Paul Simon es un músico estadounidense nacido el 13 de Octubre de 1941, y es conocido por haber hecho parte del famoso dúo "Simon & Garfunkel", donde él escribió prácticamente todas las canciones del citado.  Simon es graduado en Literatura Inglesa, alcanzó a estudiar Leyes durante un tiempo, pero ahí descubrió su verdadera pasión, el "rock and roll".

Después de separarse de Art Garfunkel, inició una prolífica carrera en solitario donde experimentó el rock con otros ritmos musicales, incluyendo ritmos africanos.  La canción que compartiré, posee algunos trazos de dichos ritmos.

"You can call me Al", es el sencillo de presentación del álbum "Graceland", el cual fue lanzado en Septiembre de 1986.  La letra de la canción puede ser interpretada como la historia de un hombre viviendo la llamada "crisis de los treinta"; Paul Simon explicó tiempo después que desde el tercer verso la perspectiva cambia a un relato autobiográfico.

La canción se denominó así gracias a un incidente protagonizado por el francés Pierre Boulez en una fiesta, quien confundía al mismo Simon y a su esposa de entonces, Peggy Harper, con los nombres de "Al" y "Betty".  El video es protagonizado por Simon y por Chevy Chase, el cual en una fonomímica interpreta la canción; Simon interpreta algunos instrumentos y mantiene una cara aburrida, solamente mostrando entusiasmo en esos momentos.

¡Aquí va la canción!



"A man walks down the street,
he says why am I soft in the middle now,
why am I soft in the middle,
the rest of my life is so hard.
I need a photo-opportunity,
I want a shot at redemption.
Don't want to end up a cartoon,
in a cartoon graveyard.
bonedigger, bonedigger!
Dogs in the moonlight,
far away my well-lit door,
Mr. Beerbelly, Beerbelly!
get these mutts away from me
you know I don't find this stuff amusing anymore."

"If you'll be my bodyguard,
I can be your long lost pal.
I can call you Betty,
and Betty when you call me,
you can call me Al."

"A man walks down the street,
he says why am I short of attention,
got a short little span of attention,
and all my nights are so long.
Where's my wife and family?
What if I die here?
Who'll be my role-model?
Now that my role-model is
gone, gone!
He ducked back down the alley,
with some roly-poly little bat-faced girl
All along, along!
there were incidents and accidents
there were hints and allegations."

"If you'll be my bodyguard,
I can be your long lost pal.
I can call you Betty,
and Betty when you call me,
you can call me Al.
Call me Al!"

"A man walks down the street,
it's a street in a strange world,
maybe it's the Third World
maybe it's his first time around.
He doesn't speak the language,
he holds no currency,
he is a foreign man,
he is surrounded by 
the sound, the sound!
Cattle in the marketplace,
scatterlings and orphanages,
he looks around, around!
He sees angels in the architecture,
spinning in infinity,
he says Amen and Hallelujah!"

"If you'll be my bodyguard,
I can be your long lost pal.
I can call you Betty,
and Betty when you call me,
you can call me Al.
Call me Al!"

jueves, 15 de enero de 2015

Se fue la temporada.

Cansado, algo enfermo, con mucho dinero en el bolsillo.  Así terminé la serie compuesta por los trece primeros días de este 2015.

Cansado, porque tuve que reemplazar a mi patrona gracias al bendito virus del chikunguña, el cual entró a esta meseta por Tocaima para quedarse.  No solo ella, Doña Myriam y buena parte de mi familia en San Antonio de Anapoima se enfermaron de ese mal.  Pasé literalmente derecho, sin dormir bien, sin comer bien, sin recuperar energías debidamente.

Algo enfermo terminé, porque antier sufrí una baja de tensión, deshidratación y una de esas picadas que acostumbran amargarme el día.  Ese día llovió muy fuerte durante casi una hora, a eso de las cinco de la mañana, y como está haciendo calor, ni se imaginan el bochorno que se formó a eso de las once.  Aparte de eso, el día se alargó más de la cuenta por obra y gracia de un suceso desafortunado que afectó a mi patrona y de paso, me amargó aún más el día.

Con mucho dinero en el bolsillo estoy, porque, aparte del trabajo y las propinas, realicé mi primera rifa después de unos siete u ocho años y pese a que no vendí todas las boletas, recuperé la inversión del objeto que tenía para rifar.  Tengo pensado viajar a un destino lejano, que no conozco, para romper esa ignorancia geográfica y visitar a algunos conocidos.  Espero hacer eso apenas celebre el cumpleaños de Marcela.

Aparte de esos tres aspectos, llegaron muchos visitantes por aquí, a disfrutar del clima en estas fiestas navideñas y de año nuevo.  Algunos, para visitar a sus familias y a sus propiedades, otros para conocer esta preciosa meseta.  Casi todos la abandonaron entre el 3 y el 12 de este Enero.  No esperaba nada de Apulo, me comentaron que las festividades estuvieron muy solitarias, ni fui por allá.

Hubo alguna discusión, algún malentendido, alguna motivación para mandar todo lejos y salir corriendo, pero así es la vida.  Terminé bien, terminé satisfecho, al fin y al cabo.

Es tiempo de recuperar algo de energía y plantear lo que se viene para el resto del año.  El viaje debe abrirme la mente y permitirme volver a casa con muchas ganas de recuperar lo perdido.