lunes, 17 de octubre de 2016

Loco.

Washington Sebastián Abreu Gallo es un futbolista uruguayo, nacido un día como hoy de 1976 en Minas, Departamento de Lavalleja.  Todos lo conocen como "El Loco" por su carácter desparpajado, y por una característica muy particular en su carrera deportiva que tendré la oportunidad de compartir.

Abreu inició su carrera en los clubes aficionados de su ciudad natal, llegando a la selección juvenil departamental y ser convocado a la selección uruguaya que disputaría el Campeonato Suramericano Prejuvenil que se disputaría en Colombia en 1993.  Apenas jugó 45 minutos contra Bolivia, donde anotó dos goles, pero con eso fue carta de presentación suficiente para que los clubes grandes del fútbol uruguayo (Nacional, Peñarol, Defensor Sporting y Danubio) quisieron contratarle.  Al final fue el Defensor Sporting el que se hizo a sus servicios.  Ah, y como si fuera poco, por su estatura -1.93-, alcanzó a practicar el baloncesto, pero un descuido en una concentración previa a un campeonato suramericano lo dejó por fuera y decidió quedarse en lo que disfruta, el fútbol.

Poco a poco, Abreu asciende categorías y llega a la plantilla titular del Defensor.  Sus buenas actuaciones con el Violeta, tanto en el campeonato uruguayo como en la Copa Libertadores de América le permitieron ser traspasado al San Lorenzo de Almagro argentino, donde permaneció dos años y anotó 26 goles.  En 1998 fue transferido al Deportivo de La Coruña, donde hizo parte de la plantilla por solo media temporada y donde empezó su particular andadura por el mundo.


Gremio, Tecos, un retorno a San Lorenzo, su primera etapa en Nacional, Cruz Azul, el Club América y un retorno a Tecos fueron sus escalas en seis años como futbolista cuyos derechos pertenecían al club gallego.  En todos hizo goles, pero se destacaron su primera etapa en Tecos y su paso por el club cementero.  Así, su vínculo con La Coruña finalizó y de nuevo el club de sus amores, el llamado "Bolso", lo recibió por una temporada.

Después de cerrar su vínculo con los tricolores, México volvería a recibirlo, pasando por nada más ni nada menos que por ¡cuatro clubes!  Dorados de Sinaloa, Rayados de Monterrey, el San Luis y los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León fueron sus hogares, con una curiosidad, él es el único extranjero que ha anotado goles con ambos bandos en el Clásico Regiomontano.

 

Llegó a River Plate gracias a un préstamo de los Tigres, para luego partir al Beitar Jerusalem, donde no estuvo mucho tiempo gracias a la falta de pagos en el club israelí y regresar nuevamente a Núñez donde apenas pudo jugar Copa Sudamericana, y cuando todo se dio para que Abreu pudiese jugar el campeonato argentino, decide partir de nuevo a España para vestir la camiseta txuri-urdin de la Real Sociedad por media temporada y sin poder conseguir el anhelado ascenso a Primera División.


Grecia siguió en su recorrido, vistiendo la camiseta del Aris Salónica, donde otra vez la falta de pagos lo sacan corriendo de ese país y es Brasil quien decide recibirlo, gracias al Botafogo de Río de Janeiro, vistiendo su número favorito -el 13, con la bendición de Mario Zagallo-, y convirtiéndose en ídolo de la afición.  Es allí donde intenta reeditar su famosa marca de calidad -denme un momento y les cuento la más grande, ¿sí?- ante el Fluminense, y en su primer intento, el portero Diego Cavalieri le ataja sin pena alguna; en el segundo, le cambia el palo y anota.


Al finalizar su contrato con el Botafogo, es cedido al Figueirense, donde juega muy poco y decide volver al Nacional de su país.  Vuelve como un grande, recibido por muchos de sus hinchas, pero el técnico de ese entonces no le brinda su confianza y es cedido al Rosario Central, donde se sintió muy cómodo -incluso se pensó devolver al Botafogo- y anotó goles muy importantes para el desarrollo del club canalla en el 2014.

Nacional decide prestarlo, y es la Sociedad Deportiva Aucas en el Ecuador quien lo recibe, allá permanece por media temporada.  Cierra el año 2015 con el "Bolso", y al finalizar su contrato con ellos, el club paraguayo Sol de América lo contrata por media temporada, donde juega y anota muy poco.  En el segundo semestre, el club salvadoreño Santa Tecla lo contrata, anotando once goles.


En la selección uruguaya, jugó setenta partidos y anotó veintiseis goles.  Pero, un momento suyo al vestir la celeste es imborrable.  Se jugaba el partido de cuartos de final entre Uruguay y Ghana en Johannesburgo y gracias a una pilatuna de Luis Suárez que fue fallada por , el mismo se tuvo que extender a un cansino tiempo extra donde el 1-1 no se alteró.  A los penales se fueron, y los nervios se juntaron con la mala suerte para los ghaneses.  Ahí fue donde sucedió esto:


Ese atrevimiento le permitió a Uruguay disputar una semifinal mundialista desde 1970.  Poco después, en el 2012 y luego de ganar la Copa América disputada en Argentina, no sería convocado nuevamente a la Celeste, gracias a la nueva sangre que aparecería en el escenario internacional.

Con lo descrito anteriormente, nuestro protagonista cumple cuarenta años de vida con la vitola de haber militado en nada más y nada menos que ¡veintidós clubes!  No sabemos cómo hace para mantenerse vigente a estas horas de la vida, pero algún secreto bueno tendrá...  Por cierto, ¿Sebastián nos tendrá alguna locura para el año venidero?  Muy seguramente.

¡Larga vida al Loco Abreu!

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