viernes, 26 de mayo de 2017

Una Libertadores para olvidar.

Ayer, Atlético Nacional cerró con victoria una deslucida participación en la Copa Libertadores de América.  Venía de ser el campeón defensor y el haber perdido sus tres primeros partidos -ante Barcelona y Estudiantes de La Plata como visitante, ante Botafogo como local- le privaron de la opción de defender con suficiencia y con el nivel que mostró el año pasado el título, con el que todos disfrutamos.

Los refuerzos no fueron garantía para afrontar este reto, pese al cartel de algunos, como Edwin Valencia.  John Édison Mosquera y Alejandro Bernal fueron muy decisivos para los partidos que se perdieron, y por consiguiente, fueron presa excesivamente fácil de la animadversión de buena parte de la hinchada.  Y Reinaldo Rueda, fue demasiado terco, confiando en ellos y no corrigiendo los errores que tuvieron manteniéndolos en la formación titular; a mala hora se dio cuenta de eso, reconociéndolo.

Al Verde solo le queda soñar con la Liga y con la Copa Águila.  Queda tiempo y un invicto por el cual luchar.  A la Libertadores hay que regresar el próximo año, ganando la liga.  Y la directiva de Nacional tendrá que pensar qué hacer con esos dos y con el bajo nivel de varios referentes de la gesta del año pasado.

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