martes, 16 de mayo de 2017

¿Por qué no le celebro el Día de la Madre a la mía?

En un texto anterior, describí los peores defectos que puede tener una madre frente a su hijo, y mi propia madre es una fiel exponente.  Ayer tuve un día perverso gracias a esas cualidades, aquellas que como padre y la persona que desee estar conmigo, no le podemos transmitir a los que seguirán detrás.  No concibo que la persona que supuestamente me dio la vida, me maltrate, tanto con palabras, como con gestos, como con actuaciones.  No permito, que ella en vez de ponerse de mi parte, se ponga del lado de todos aquellos que me han hecho daño, tanto en casa como afuera.  No permito tampoco, que me exija ser alguien cuando ella ni siquiera es capaz de ser coherente con esas cadenitas estúpidas de WhatsApp que pretenden "animarme"; sabe ella que detesto eso, cuando las envían personas que no aplican lo que citan.

Desde hace muchos años, por lo que cito, no le celebro su día a ella.  No lo merece.  Una madre debe animar a su hijo en los peores momentos, y así niegue que me haya agredido menos que a mis hermanos, lo ha hecho de formas infames y deleznables, más que a ellos.  Las recuerdo todas una por una.  A un hijo no se le levanta la mano nunca.  Nunca se la he alzado a ella premeditadamente, ella sí a mí y eso nunca se lo perdonaré.  En algún momento me he defendido, pero he evitado consecuencias peores.  Debe aprender.  Por ella cargo con mucha furia y resentimiento en el semblante.  Por ella, muchas veces resuelvo de mala forma las cosas.  Ayer fue la tapa y justificó otra vez mi negativa.

Por cosas así, mi familia ya deja de ser mi familia.  ¿Quién puede ayudar a que una familia funcione, si la cabeza en vez de ser un ejemplo, demuestra todo lo contrario?  Y cada año que pasa, mantendré mi posición negativa, el de no celebrar más ese día para esa persona, hasta el día que deba abandonar este mundo.

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