viernes, 6 de julio de 2018

Papelón sudamericano.

Por primera vez desde el Mundial del 2006, no habrá ni un solo equipo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) en las semifinales de esta edición mundialista que se realiza en Rusia.

¿Que si eso es un papelón?  Lo es.  Desde el proceso eliminatorio de 1998, se ha dicho que la Eliminatoria Sudamericana es la más difícil del mundo, y se asume que los equipos que clasifican vienen con un cierto nivel de exigencia y de competencia que les permite enfrentar a cualquier equipo del mundo, pero la realidad es otra.

¿Qué ha sucedido dentro de las federaciones que conforman la Conmebol?  ¿Qué han hecho para lograr una copa que ha sido esquiva para Sudamérica desde el 2002?  ¿Dónde están los procesos?  ¿Han buscado rivales de peso para preparar los Mundiales?  ¿Han invertido en las categorías menores?  ¿Han invertido realmente en su deporte núcleo?  ¿Han fortalecido sus ligas profesionales?

La corrupción, las crisis políticas -un claro ejemplo ha sido la Argentina de este siglo-, y la guerra descarnada por apropiarse de todo lo que involucre un balón pateado han hecho del fútbol sudamericano un quiero y no puedo.  De nada sirve tener a los mejores jugadores del mundo en Europa si apenas los vemos jugar bien en una liga nacional para venderlos al mejor postor.  De nada sirve tener los sambenitos de "la enésima mejor liga del mundo" si no somos capaces de adoptar para antier las medidas que impone la FIFA.

Perú se quedó en primera ronda, Argentina clasificó con pena a octavos y fue eliminada, Colombia fue eliminada en la misma fase y hoy eliminaron a Uruguay y a Brasil en los cuartos de final de la Copa Mundial que se realiza en Rusia, y en serio, si Sudamérica no se pone atenta a sus propios problemas, sus selecciones seguirán navegando en el mar de la intrascendencia dentro de sus competencias internacionales, aumentando la sequía de Copas Mundiales para el continente.

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