miércoles, 19 de diciembre de 2018

Milagro en las alturas: El Cienciano campeón de la Sudamericana 2003.

En aquellas tierras altas del Cusco, se fundó en 1901 un club rico en historia pero modesto en éxitos deportivos denominado Cienciano, el cual desde los años setenta hasta mediados de esta década se convirtió en un animador del fútbol profesional peruano, aprovechando la altura de la ciudad y convirtiéndose en uno de los referentes de la afición del sur de ese país.

En el 2003, gracias a una gran campaña liguera en su pasada temporada, donde también participó por primera vez en la Copa Libertadores de América, consigue el cupo a la Copa Sudamericana, donde el sistema de juego lo encuadró contra un equipo tradicional, el Alianza Lima, el cual venció 1-0 en ambos partidos, clasificándose para la segunda ronda, donde disputaría la serie contra la Universidad Católica de Chile.

Un 4-0 categórico ante los cruzados en el Cusco pudo significar una clasificación segura, pero en Santiago, pese a un autogol, la Católica luchó para igualar la serie, pero apenas le alcanzó para un 3-1 que los dejó por fuera.  Los imperiales estaban dando pasos de gigante, pero en cuartos de final, el Santos de Pelé los esperaba.


El partido de ida, en Villa Belmiro, fue un presagio de lo que sufrió el "Peixe" al año siguiente en Copa Libertadores.  Un autogol de Álex a los setenta y un minutos le daba la victoria a Cienciano, pero Robinho empató el juego seis minutos más tarde.  En el Cusco, Germán Carty abrió el marcador a los once minutos, pero Elano igualó muy pronto; el mismo Carty, a los treinta y cuatro, dejó el marcador 2-1 y la clasificación para los rojos, que enfrentarían al Atlético Nacional, finalista de la edición anterior.


El partido de ida, en el Atanasio Girardot, fue un verdadero aguinaldo para Cienciano.  Y digo aguinaldo, porque un defensor llamado Aguinaldo Aquivaldo Mosquera le regaló el balón a Germán Carty -rechazó hacia el centro sin percatarse que el peruano estaba muy atento para recibirlo- para que venciera a Milton Patiño.  El mismo Mosquera y Miguel Llanos fueron expulsados antes de finalizar el primer tiempo, y para el segundo, Iván "Champeta" Velásquez empata el partido para darle una luz de esperanza a los verdolagas.  Paolo Maldonado ingresa para darle salida al equipo, y gracias a otro horror defensivo, esta vez de Carlos Díaz, gana un balón largo para acomodarse dentro del área y colgar a Patiño.  Inesperada victoria peruana en Medellín y a Nacional le esperaba una difícil tarea en el Cusco.


Tanto fue, que en vez de darle importancia a esta serie, el Verde decidió priorizar la liga y envió un equipo mixto al Perú.  Apenas se acomodó la defensa, de nuevo Carty anota un gol decisivo, venciendo a Andrés Saldarriaga.  El partido no destacó demasiado, pero Juan Carlos La Rosa tuvo una oportunidad a través de un disparo largo que terminó en el vertical izquierdo de Saldarriaga y Carlos Lugo falló un penal que pudo darle más holgura a la clasificación.

La final se jugaría contra uno de los grandes argentinos, el Club Atlético River Plate.  En aquella noche veraniega de Buenos Aires, la fiesta estaba armada en Núñez y los hinchas "millonarios" querían una goleada, pero no fue así.  A los veintiséis minutos, Julio García levantó un tiro de esquina con destino Santiago Acasiete, él cabecea al palo derecho de Franco Constanzo y el rebote queda justo para que Giuliano Portilla la empuje con potencia para abrir el marcador.  Nadie podía creerlo.

Dos minutos más tarde, Maximiliano López, aquel delantero que fuese más reconocido por sus escándalos sentimentales que por su accionar, elude con una finta la marca de Lugo y derrota a Óscar Ibáñez con un disparo cruzado y rasante.  En el segundo tiempo, un cambio de frente encuentra muy bien posicionado a Eduardo Coudet, quien avanza hacia el área, hace un pase de la muerte que Ibáñez no puede cortar y "Maxi" López apenas llega con presteza para empujar suavemente el balón a gol.

Minuto veintidós del segundo tiempo, Cienciano se toma confianza.  Llanos levanta un centro desde su costado y Germán Carty, muy bien ubicado, cabecea picado para vencer por debajo de las piernas a Constanzo.  El Monumental volvía a enmudecer.  Y seguía así, gracias a un excepcional cabezazo de Portilla a centro vía tiro libre de Maldonado, anticipándose a la salida de Constanzo.  3-2 a favor del equipo cusqueño.  Pero, a cinco minutos del final, apareció la estampa del "Matador", del chileno Marcelo Salas, quien aprovechando un intento fallido de Christian Tula, cabecea ante el intento acrobático de Acasiete de evitar el gol.


River Plate tuvo muchas oportunidades para golear, pero su mala puntería, la suerte e Ibáñez fueron fundamentales para este 3-3, el cual Cienciano lo aprovecharía a su favor, aunque las circunstancias no lo favorecerían para la final.  No podrían jugar en su casa, el Inca Garcilaso de La Vega, pues no cumplía con las disposiciones de la Conmebol y a su vez, estaba remodelándose para la Copa América 2004; deberían hacerlo en Arequipa, más exactamente en el Estadio de la Universidad Nacional de San Agustín.  En una ciudad más baja en altura sobre el nivel del mar, pero que ya conocían gracias a que debían visitar al Melgar en el tradicional "Clásico del Sur" en el Torneo Descentralizado, los imperiales recibirían a los de la banda cruzada en una verdadera fiesta.

River Plate olvidó que estaban jugando fuera de casa y se tomó confianza, liderando las acciones.  Marcelo Gallardo tuvo una oportunidad muy clara desde media distancia, pero su disparo se fue directo al palo izquierdo de Ibáñez.  Luis Óscar "Lucho" González también tuvo la suya, luego de cabecear sin oposición un balón proveniente de un tiro libre, pero Ibáñez estuvo muy atento para desviar el balón hacia la esquina.

El segundo tiempo fue terrible para Cienciano.  La Rosa comete una imprudencia al rechazar un balón, pero la exageración de Óscar Ahumada hace que el árbitro uruguayo Gustavo Méndez lo amoneste por segunda vez y lo expulse.  Pero, en el minuto 32, una falta contra Alessandro Morán a unos treinta metros de la línea de gol, es transformada en un golazo de Carlos Lugo que desató la locura en todo el Perú.


A seis minutos del final, García es expulsado, quedándose los cusqueños con nueve jugadores, pero solamente quedaba aguantar hasta que Méndez pitara el final.  Llegó ese ansiado momento, y la cancha de la UNSA fue invadida por todos los integrantes del Cienciano, al igual que fue invadido el corazón de todos los peruanos, desde Tumbes hasta Tacna, desde el Amazonas hasta el Titicaca, por lo hecho por un club de provincia que apenas destacaba en su liga.

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Esta hazaña del Cienciano fue repetida al año siguiente por otro club de provincia en la Copa Libertadores, el Once Caldas de Manizales, quien en su camino, y eso que sufriendo en octavos de final ante el Barcelona ecuatoriano, dejó en el camino a Santos, a Sao Paulo y a Boca Juniors, consiguiendo la clasificación a la Copa Intercontinental.

Volviendo a nuestros protagonistas, clasificaron a la Recopa Sudamericana 2004 que se jugó en Septiembre, en Fort Lauderdale.  Un gol de Carlos Tévez a los treinta y tres minutos les daría algo de seguridad, pero Rodrigo Saraz, un compatriota que se formó en Nacional y tuvo un largo trasegar por varios clubes de provincia en el Perú, empató el partido faltando un minuto para su final.  Al finalizar el tiempo reglamentario, se decidió jugar la tanda de penales, y Óscar Ibáñez emergió como la figura del partido al atajarle los disparos a Carlos Tévez y a Fabián Vargas.

Cienciano tuvo muy buenas campañas después de este éxito, que lo consagraron como el único club peruano que logró ser campeón de dos torneos internacionales oficiales, cosa que no pudieron lograr los grandes de Lima -Alianza Lima, Sporting Cristal y Universitario de Deportes-.  Pero, una crisis dirigencial -incluyendo un robo de dinero realizado por un jugador que hizo parte de esta gesta, César Ccahuantico- lo llevaron al descenso en el 2015, situación de la cual espera salir pronto.  Freddy Ternero, el técnico que pese a sus errores lideró un equipo valeroso, unido, serio y efectivo, llegó a la selección peruana -luego de un interinato en 1997- donde apenas logró ganar la Copa Kirin, se dedicó a la política y falleció en Septiembre del 2015 gracias a un cáncer. 

Óscar Ibáñez, Santiago Acasiete, Carlos Lugo, Alessandro Morán, Giuliano Portilla, Juan Carlos Bazalar, Paolo Maldonado, Juan Carlos La Rosa, Julio García, Rodrigo Saraz, Germán Carty, Maurinho Mendoza, Alexander Araújo, Martín García, Miguel Llanos, César Ccahuantico, Carlos Ibarra, Carlos Lobatón, Ramón Rodríguez, Roberto Holsen, Ernesto Zapata, Abel Lobatón y Jean Garrafa.  Esa fue la nómina campeona de un club que para esta fecha cumplió ciento dos años y aunque desearon ganar algo en el 2001, lo lograron pocos años después, con gloria y brillo para su palmarés.

¿Volverá el Cienciano a ser grande como lo fue en esa noche mágica arequipeña?  ¿Volverá el fútbol peruano a ser un grande de Sudamérica?  Lo mostrado para llegar al Mundial de Rusia no puede ser un simple accidente, sus clubes lo tienen todo para repetir una hazaña así; solo la dirigencia, que no puede ser un retrato de "Laura en América", necesita creer que sí se puede.

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