miércoles, 13 de agosto de 2014

Zurdos.

Dedicado para aquellos compañeros míos
tanto de colegio como de universidad
que por cosas de la vida manejan siempre su izquierda,
y con el mayor respeto y aprecio,
para una persona muy especial
de la cual no recordaba esta grandiosa condición.

Les confieso, no conocía demasiado de las dificultades que deben sortear los zurdos.  Igualmente, gracias a la vida misma, no tuve demasiados compañeros zurdos en mis etapas académicas.

Conozco a John, "Pipa" para los amigos.  Siempre que estudió con nosotros, incluso después de sufrir un accidente que casi le cuesta la vida, sufría al escribir algo sobre su pupitre.  Es zurdo.  Debía forzar su postura para poder escribir cómodamente, algo que no solía hacer, pues era alguien demasiado inquieto.  ¿Cómo desarrollará ahora sus habilidades, ya que es un gran cocinero y vive en Leticia?  No sabría decirlo.  Quizá conseguiría utensilios a la medida de su lateralidad.  Quizá lo forzaron a utilizar su mano derecha, por aquello de los cuchillos.  No lo sé.  Como lo decía, está muy lejos de aquí.  Pero por él, aprendí a conocer, poco a poco, qué es y cómo se siente ser un zurdo.

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Para esas épocas de bachillerato, no era normal ver un pupitre para zurdos.  Ni siquiera los fabricaban.  En todos los salones que visité en mi colegio -el Departamental de aquí-, no recuerdo haber visto un solo pupitre así.  Entonces, si son zurdos, pues imagínense.  Se tenía que hacer cualquier maroma para poder escribir con comodidad sobre un pupitre.

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En la universidad, en Girardot, tuve la fortuna de conocer a dos zurdos.  Tremendamente distintos en su carácter y su forma de ver las cosas.  A uno lo conocí incluso antes de ingresar.  Me refiero a Hernán, me refiero a Viatela.  Ambos tienen un intelecto tremendo, pero unas caligrafías feas, con todo respeto, por su propia zurdera.  En la Piloto al menos vi pupitres diseñados para ellos.  No sufrían tanto, pero en algún momento pensé en lo que vivieron antes de llegar ahí.

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La escritura para ellos, es muy complicada.  En épocas antiguas, profesor que detectara que un niño escribiera con su mano izquierda, lo obligaba, incluso con prácticas nada correctas, a escribir con su mano derecha.  El que lo lograra, a pesar de todos los castigos, sufría incluso con la tinta, pues al no poder apartar su mano de lo que escribía, la manchaba y de paso manchaba la hoja.  Y no se puede ignorar la dificultad que se tiene para realizar otras destrezas artísticas, como dibujar o interpretar un instrumento musical.  Casi todos los instrumentos musicales del mundo están diseñados para ser manejados por personas diestras; si no me creen, miren a un pianista.

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No recuerdo bien si en Bogotá conocí a algún compañero o a alguna compañera zurda.  Pero, pensé en algún momento en ellos y en la posibilidad de serlo a título personal.  Quizá hubiese sido alguien distinto a lo que siempre he sido.  Pero, cuando regresé a casa, conocí a alguien que aparte de marcar mi vida, es zurda.  Solo la observé escribir una vez con su propia izquierda.  ¿Creativa es?  Sí que lo es.  Distinta como todos, pero eso la hace aún más especial.

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Creía que cuando uno es diestro, usaba su correspondiente hemisferio cerebral.  Qué equivocado estaba.  Realmente, uno utiliza con mayor propiedad el hemisferio contrario a su mano, en mi caso, el izquierdo.  Cada hemisferio maneja los procesos del pensamiento en forma distinta.  El hemisferio izquierdo significa la lógica y la deducción, mientras que el derecho, significa la creatividad y el sentimiento.  Pero, no siempre suele suceder esto.  Hay zurdos con lateralidad cruzada, es decir, que no tienen un lado dominante y pueden tener habilidad para realizar tareas con la mano o con el pie derecho.  Y volviendo a la creatividad, recordemos que para salir adelante en un mundo hecho para los diestros, deben recurrir a todo, incluso exponiendo su propia salud.

En el mundo, muchos zurdos se hicieron famosos, en especial, algunos deportistas.  Maradona, Pelé y Messi deslumbraron por su capacidad de desequilibrar con esa pierna.  Roberto Carlos fusilaba a cualquier portero con sus misiles salidos de su potente izquierda.  Óscar de La Hoya noqueaba a cualquiera con su sorpresivo gancho de zurda.  Es difícil encontrar deportistas que manejen con propiedad su izquierda, hay que formarlos muy bien.  Curiosamente, casi todos los presidentes de los Estados Unidos de América han sido zurdos.

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A esta hora de mi vida, desearía haber aprendido a manejar mi mano izquierda tan bien como suelo manejar mi derecha.  No, no solo para golpear o para realizar labores primarias.  Mi mano hábil, la derecha, sufre gracias a los movimientos repetitivos que he realizado a lo largo de mi vida, sobre todo escribiendo.  No fui formado para usar mi otra mano.  Pensé en mi asesor del proyecto de grado, quien por cosas de la vida tiene que usar su mano izquierda para escribir.  Pienso, en algunas ocasiones, en la posibilidad de alguna fractura o en la propia pérdida de mi mano.  Se me complicaría mucho la vida si me llegara a pasar algo así.  De todas formas, algunas habilidades específicas, en especial para el deporte, puedo ejecutarlas con esa mano y con ese pie.

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Algunas civilizaciones consideraron -y aún consideran- que ser zurdo significa un trastorno mental.  Hasta se consideró que sufrían un castigo divino.  Qué horror.  Para mí, ni son enfermos, ni son producto del castigo, son tan sanos como los diestros.  Los árabes consideran a los zurdos como personas sucias y desaseadas, pues esa mano suele usarse para las necesidades fisiológicas y aún es tabú en esa civilización usar esa mano hasta para saludar; aunque a ellos les favorece mucho el tema de la escritura, pues su idioma se escribe de derecha a izquierda.  Los chinos, suelen ser obligados a escribir siempre con su derecha, ya que algunos caracteres de su idioma son ininteligibles al escribirse con la mano izquierda.

Hasta la lingüística colabora con el prejuicio hacia los zurdos.  Muchos orígenes etimológicos de la palabra "zurdo" en varios idiomas denotan extrañeza, suciedad, grosería, torpeza.

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Me imagino las reacciones de desagrado de las personas que he citado aquí al ver un cuaderno de espiral.  Los detestan, porque esos trozos de metal lastiman su mano izquierda.  Ver su sufrimiento al estar presente en un entorno "hecho solamente para diestros" me enternece.  Ahora, algunas empresas piensan en ellos, y fabrican utensilios exclusivamente para ellos.  En Colombia, son algo difíciles de conseguir, pero ya hay  forma de hacerlo.  He deseado regalar un bolígrafo para zurdos y en esa idea estoy.  Si usted tiene amigos o conocidos zurdos, considere darles un presente que les facilite la vida, no se lo tomarán nada mal.  Si usted tiene niños zurdos, no los obligue a cambiar de mano, motívelos a que utilicen su derecha sin forzar, prepárelos para la vida; diría también, si los niños son diestros, hay que motivarlos a que aprendan a utilizar su izquierda con propiedad.

Por mi parte, seguiré respetando a los zurdos y día tras día, seguiré aprendiendo sobre su condición.  Para mí fue una rareza, pero ahora es natural como la vida misma.

Y para despedirme, dejo este mensaje en el Día Internacional de los Zurdos:

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