miércoles, 22 de junio de 2016

México 1986: El camino de Argentina (Parte V - Inglaterra o la manifestación de D10S en el Azteca)

Dos días después de que Argentina eliminara a su más acérrimo rival en los octavos, Inglaterra se deshacía 3-0 de una Paraguay que después de superar como segunda clasificada el Grupo B, no pudo hacer nada en Ciudad de México.  Inglaterra, el equipo de los "Tres Leones", venía de un sorprendente Grupo F que fue ganado por Marruecos, y estuvo en serio riesgo de quedar eliminado en esa fase hasta que aparecieron los tres goles de Gary Lineker ante Polonia; también vio cómo Ray Wilikins fue literalmente borrado de su selección al ser expulsado en tiempo récord en el segundo partido ante Marruecos.

Veinte años antes, ambos contendientes vivieron uno de los partidos más polémicos de la historia mundialista, gracias a la actuación del árbitro Kreitlein, quien permitió demasiado el juego fuerte y expulsó de forma absurda a uno de los mejores jugadores argentinos de la época, Antonio Rattín.  Gracias a ello, Inglaterra ganó por 1-0 y Alf Ramsey, el técnico inglés que logró el título mundial, apenas pudo musitar que los jugadores argentinos "eran unos animales".  Por supuesto que en Argentina esas palabras no cayeron bien.

Cuatro años atrás, Gran Bretaña -la nación que contiene a Inglaterra- y Argentina se enfrentaron en una breve pero triste guerra por la soberanía de las Islas Malvinas.  La nación austral puso la mayor cantidad de muertos, superando los seiscientos militares, y al ser derrotada, generó un regreso a la democracia luego de que los militares asumieran políticamente la derrota.  Algunos jugadores de esta selección mundialista argentina estuvieron muy cerca de combatir en esa guerra, como fue el caso de Jorge Burruchaga.

La rivalidad, con solo estos dos actos históricos, estaba bastante enconada.  La política alcanzó a jugar su propio partido, pero para fortuna del espectáculo, no logró sus cometidos, que inclusive rayaron en solicitarle a la Asociación del Fútbol Argentino el retiro del Mundial.  Los hooligans alcanzaron a hacer de las suyas en Monterrey y los barras bravas argentinos incluso tuvieron el descaro de pedirle dinero a sus jugadores, a lo cual Jorge Valdano se negó rotundamente, motivando de paso a sus compañeros a no hacerlo.

Argentina volvió a jugar con sus colores de visitante tal como lo hizo ante Uruguay, solo que con un ligero cambio.  Bilardo notó que sus jugadores no se sintieron cómodos con los uniformes que le fabricó Le Coq Sportif y ellos no podían confeccionarle un uniforme con la misma tecnología que utilizaron para el uniforme titular, por lo menos en el tiempo que se exigía para tenerlos listos.  Así, el utilero Rubén Moschella y el tercer portero Héctor Zelada recorrieron toda la Ciudad de México buscando unas camisetas de color azul oscuro de la misma marca y encontraron dos diseños, Bilardo eligió uno acorde a la necesidad, un diseñador adaptó un viejo escudo de la AFA para luego ser cosido y el mismo Moschella junto con sus auxiliares estamparon en las camisetas una numeración metalizada similar a la que se utiliza para el fútbol americano con algo de apuro.

En otro soleado mediodía en la capital mexicana, sobre un gramado en no muy buenas condiciones, iniciaba el partido.  Inglaterra no modificó su alineación respecto a los partidos ante Polonia y Paraguay, manteniendo incluso el esquema de marcación en zona aunque Maradona estuviese presente.  Argentina, gracias a la suspensión de Óscar Garré por acumulación de tarjetas amarillas, decidió volcarse por un 3-5-2, incluyendo a Julio Jorge Olarticoechea y sustituyendo a Pedro Pablo Pasculli por Héctor Enrique, para que Maradona jugara como atacante junto a Valdano.

El primer tiempo fue de mucho estudio y de oportunidades para ambos bandos, destacándose una clara que tuvo Peter Beardsley ante Pumpido cuando éste resbaló, el inglés no pudo convertir.  Pero, lo mejor vendría en el segundo tiempo.  Argentina inició dominando y en una jugada que inició Olarticoechea, donde Maradona recibe y elimina dos rivales para pasarla a Valdano, quien no puede controlarla.  Steve Hodge intenta rechazar el balón, pero no se percata de que Maradona presionó instintivamente ni que su intento terminó en su área penal.

Peter Shilton corre desesperadamente para tomar el balón en el aire y tampoco se percata de la presencia de Maradona.  Creyó en que su propia estatura sería suficiente para ganarle el balón al diez argentino, pero no fue así, terminó en un gol de cabeza.

Sí, claro, qué gol de cabeza.  Eso vio el asistente búlgaro Dotchev, quizá insolado, y eso le hizo creer al tunecino Ali Bin Nasser, quien validó la jugada ante la protesta airada de varios jugadores ingleses.  Increíble.  Realmente Maradona anotó ese gol con la mano izquierda, lo que todos conocemos como la Mano de Dios, salvo por los ingleses, que lo consideran como la "Mano del Diablo".  Transcurría el minuto cincuenta y uno, y así la albiceleste abría el marcador en el Estadio Azteca.

Cuatro minutos después, Cucciufo recupera un balón luego de un avance inglés, le pasa el balón a Enrique y de paso, a Maradona.  En una finta asombrosa, elimina a Beardsley y a Peter Reid, y arranca a correr hacia la portería inglesa para encontrar a un Terry Butcher que intentó pararlo con sus brazos.  No pudo.  Maradona ya tenía el área dibujada en su perspectiva y elude a un dubitativo Terry Fenwick, quien no sabía si debía pararle.  Maradona solo debía evitar que Shilton le cortara su oportunidad, él busca con su corpulencia taparle los ángulos, pero el argentino lo elude por su mano izquierda y patea, no sin antes soportar la barrida desesperada de Butcher que logra lastimarlo, pero la jugada se ha consumado.  El Gol del Siglo fue anotado para consumar lo que sería la derrota inglesa.

Inglaterra recuperaría la posesión del balón y buscaba con cierto afán descontar, y por qué no, remontar.  Bobby Robson decide ingresar a Chris Waddle y a John Barnes, jugadores con clara vocación ofensiva.  Mientras tanto, Bilardo solo ingresa a Carlos Tapia por Burruchaga, para mantener la posesión del balón y defenderse con él.  Así, la velocidad de Barnes da frutos en el minuto 81, donde supera a Giusti y a Enrique, centra y Gary Lineker aparece en el segundo palo para anotar de cabeza el descuento.

Bilardo sudó tinta al ver que Barnes volvió a ganar la banda izquierda para repetir la fórmula.  Pumpido no puede alcanzar el balón, pero Olarticoechea, en una acción suicida, peina el balón para enviarlo a la esquina y evitar el empate de Gary Lineker.  Carlos Tapia también tuvo una oportunidad para aumentar el marcador, a un pase magistral de Maradona, pero su disparo terminó en el vertical derecho de Shilton.

Así, Argentina esperó simplemente que el partido finalizara y esperaría a quién enfrentaría en el Estadio Azteca en las semifinales después de que en Puebla se enfrentaran españoles y belgas.

Así formaron los equipos:

Argentina: Nery Pumpido; José Luis Brown, José Luis Cuciuffo, Óscar Ruggeri; Sergio Batista (amonestado '60), Julio Jorge Olarticoechea, Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga (Carlos Tapia '75), Héctor Enrique; Diego Maradona, Jorge Valdano.  Director Técnico: Carlos Salvador Bilardo.

Inglaterra: Peter Shilton; Gary Stevens, Kenny Sansom, Terry Fenwick (amonestado '9), Terry Butcher; Glenn Hoddle, Peter Reid (Chris Waddle '69), Trevor Steven (John Barnes '74), Steve Hodge; Gary Lineker, Peter Beardsley.  Director Técnico: Bobby Robson.

Goles: Diego Maradona '51, '55; Gary Lineker '81.

Árbitro: Ali Bin Nasser (Túnez).

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