lunes, 12 de junio de 2017

Por allá no vuelvo.

Hoy he regresado a casa, y me alegra mucho.  Una etapa negra y problemática causada por una sola persona se ha cerrado.  Ese largo viaje con dos escalas obligatorias es el epílogo de todo.

He jurado, que por lo menos en un mediano plazo, no volveré a tal paraje del Rionegro.  Confirmé lo que había visto gracias al único camarada que me quedó del grupo de la Piloto, que en el Rionegro los problemáticos y los falsos abundan.  Es una pena, pero esa mala impresión borró lo que otras personas han intentado, mostrar lo mejor de sí mismos.

Dos veces escuché a altos funcionarios de ese sitio donde trabajé hablando muy mal de mí y eso me decepcionó.  No le agradecí a nadie cuando partí.  No lo merecían.  Así reforcé mi juramento, de no pisar más esa tierra.  Ni drogado ni borracho.  Cuando hay muestras tales de carácter, lo mejor es mandarlos al infierno.  Y ustedes saben cómo funciono en esos casos y así lo aplicaré.

Invito también a los paisanos, que se lo piensen dos veces antes de ir a ese sitio.  Es un paraje olvidado.  Si de casualidad les toca ir, tengan cuidado.  Hay elementos que se creen más que el Papa y es mejor evitarlos.  Y esos elementos, son los que han hecho imposible generar una cohesión dentro de un municipio que tuvo que reconstruirse gracias a la naturaleza.

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