viernes, 22 de abril de 2016

Nostalgia.

"Quiero hacer una confesión respecto a algo que siempre observo aquí.

Hoy no pude contener las lágrimas.  Lloré, no por dolor ni por rabia.  Fue más por una mezcla entre nostalgia, tristeza e impotencia.

Pasé por la parte del pabellón infantil donde se ubican los fabricantes de juguetes y como se acostumbra, exponen muchos juguetes.  Sentí nostalgia por mi propia infancia y por haberme acostumbrado a tener pocas cosas para jugar.  Sentí tristeza, porque si todos esos juguetes tuvieran vida y sentimientos, desearían estar siempre junto a un niño.  Y sentí impotencia, porque deseo que esos juguetes terminen en manos de todos los niños del mundo, por más carencias que tengan.

Siento impotencia también por aquellos que al fabricar e intentar vender un juguete, piensan en ese niño que solo piensa en ser alegre.  Y que también, a través del mundo que solo cada niño puede imaginarse para sí, desea aprender algo más para su vida.

Quisiera ser un duende y llevarme todos esos juguetes para regalárselos a todos los niños que sufren los vicios y los problemas del mundo.  Y quisiera, que esos jugueteros del mundo, terminaran con el corazón contento al ver que sus ideas terminaron en las manos de los niños.

Nunca olviden su infancia, mis amigos.  Nunca.  Desempolven sus juguetes cuando puedan, no dejen pasar la oportunidad de evocar esa bella etapa.  Compartan sus juguetes con los más pequeños de su familia, lo agradecerán siempre.  Si sienten que otro niño ajeno a ustedes se sentirá mejor con sus juguetes y ustedes no quieren tenerlos más, dónenlos.

Hagan lo que hagan con los juguetes, nunca olviden su propia infancia."

Escrito original tomado de una serie de frases.
Bogotá (Distrito Capital), 20 de Abril del 2016.

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