domingo, 10 de abril de 2016

Fusagasugá.

No recuerdo bien cuándo fue la última vez que viajé hasta la cabecera de la Provincia del Sumapaz.  Quizá hace unos cuatro o cinco años, aunque la razón del por qué viajé hace cinco años hasta allá la recuerdo bien.  Ayer regresé, después de una madrugada y amanecer adornados por las nubes, la lluvia y la niebla.

El viaje consistía en acompañar a buena parte de la Escuela de Formación Deportiva de Atletismo de Anapoima, quienes participarían en el Campeonato Departamental de Mayores, a realizarse en el Estadio de la Universidad de Cundinamarca.  Parte de los viajeros, los más pequeños, participarían en un evento de cross-country especial para ellos, realizado en un circuito diseñado dentro del Centro de Alto Rendimiento Deportivo de Cundinamarca (Cercún) -se llega allá desde la Universidad por un sendero que está en construcción- donde una niña logró ganar su categoría y los demás sufrieron con el recorrido y la distancia, junto con el frío que reinó en la Ciudad Jardín durante la mañana.

Los más grandes, a pesar de que no competían en la categoría correspondiente -muchos de ellos competirán en los Departamentales de sus categorías y en los Juegos Intercolegiados-, vieron las duras y las maduras contra atletas mucho más experimentados que ellos, aunque hubo una gratísima sorpresa en la competencia de 100 metros planos, una reciente incorporación al equipo luego de una jugarreta por parte de los integrantes de la Escuela de Fútbol de Salón en nuestro entrenamiento llegó a la final y eso pagó el viaje de todos nosotros.  Los dos integrantes mayores del equipo no pudieron figurar como deseaban en las dos pruebas que compitieron, 1500 y 3000 metros planos.

Yo, aparte de hacer un poco de labor administrativa, también participé, ustedes se imaginarán, pedí no participar en pruebas de fondo, participé en 100 y en 200 metros y terminé de primeras (?).  No detallo más al respecto.  Cierto fue que almorzamos en un receso de competencias que tuvimos y aproveché para comprar algo en el Éxito que está en el Centro Comercial Manila, diagonal a la Universidad de Cundinamarca.  Observé el resto de las pruebas y cuando pensé que me inscribirían para participar en el relevo combinado, no lo hicieron, tenía acumulado algo de cansancio y dolor en los muslos, otro niño participó por mí.

El desorden reinó en varios aspectos del evento principal.  Cuando fui a solicitar la numeración de los jóvenes, la persona que los entregaba los pasó de largo por lo menos en tres ocasiones, incluso un delegado de otro equipo participante los observó antes que esa persona.  El juez anunciador ignoró su deber de avisar a los deportistas antes de algunas pruebas y eso por poco hace que una deportista nuestra literalmente viniera solamente de paseo; si no es porque ella misma fue a reclamar, porque le dije a Robinson que fuera y la respaldara, y porque la misma presidenta de la Liga de Atletismo de Cundinamarca se dio cuenta de ese precioso (?) atropello, no correría.  Ese juez se molestó lo suficiente, pero no podía hacer nada, se equivocó y aparte de que por eso le pagaban, no podía darse el lujo de dárselas de estricto si no cumplía lo encomendado; incluso un acompañante me comentó que en otro evento le quitó el número de competencia a su hija.

Lo triste de este evento, es que se invitaron ligas foráneas y escuelas militares y de la Policía Nacional.  ¿Por qué?  Está bien que se enriquezca el nivel competitivo en el Departamento, que históricamente ha sido muy alto en buena parte de las competiciones nacionales, pero existe mucha falta de interés por parte de los municipios en participar.  Solo unos cuantos municipios de la Sabana y el anfitrión participaron y nosotros fuimos el único municipio de tierra caliente que participó.  Penoso.

Sobre las seis partimos a casa, llegando pasadas las ocho y media, con el cansancio propio de la competencia a cuestas, pero con la satisfacción de ver cómo los jóvenes se foguearon con propiedad ante deportistas con mayor capacidad física y técnica.  Nos podrá faltar algo de material más apto -léase y entiéndase los "spikes"- y una pista, pero tenemos muy buen material humano capaz de lograr medallas, algo que otros municipios de nuestra región y del resto del departamento con mayor capacidad económica han despreciado con el peor desdén del mundo.  Por mi parte, ya ni sé si desee volver a practicar, me sentí decepcionado, pero eso pasará y algo se hará para mejorar.

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