domingo, 26 de marzo de 2017

Veinte: Morbo y mala racha.

Esta mañana, en Chía, me compartieron imágenes bastante fuertes de lo sucedido ayer en la tarde en la carretera a casa desde Bogotá.  Cuerpos inertes, magullados, aplastados.  La roca literalmente se metió a la buseta, llevándose consigo cuatro personas, con historias, con familias, con un objetivo por el cual viajaron y no pudieron cumplir.

Repudio mucho ver esas escenas, había visto similares en periódicos como El Espacio y simplemente generan morbo para el público.  Deberían editarse o no publicarse, como todo buen medio hace, pero en ese mediodía supe también de un grupo donde publicaban en Facebook imágenes de accidentes de tránsito, con toda la exposición posible de las víctimas y de los bienes materiales afectados en ellos.  Apenas pude conectarme, bloqueé ese grupo, no es menester para mí ver tales imágenes y de por sí, le faltaría el respeto a la memoria de todos aquellos que pierden la vida en esos hechos y a sus familias.

Cambiando un poco de arista, ese accidente fue el colofón de una racha perversa de accidentes de tránsito sufridos por móviles de Flota San Vicente.  Un volcado en el camino a Girardot desde Anapoima, otro estrellado contra un peñasco ingresando a Tocaima y el citado.  Los dos primeros, fueron causados por fallas humanas, el tercero, ya lo manifesté, fue un infortunio.  Me llegó a la mente aquel accidente de Septiembre del 2005.

¿Cuándo hará algo esta empresa por cambiar la mentalidad de pilotos de fórmula que tienen muchos de sus conductores y de sus auxiliares?  ¿Querrán repetir esa tragedia acaecida aquella madrugada?  ¿Cuándo aprenderemos nosotros, los anapoimunos, que pagando mal un servicio y exigiendo transgredir las reglas causan estas cosas?  Hay que cambiar, señores.  Y la Policía de Tránsito, en vez de hacer cumplir las leyes de forma esporádica y escogiendo paganos como si fuera cilantro en arroz, debería hacerlas cumplir siempre, guardando la reserva necesaria y haciendo valer por qué pagamos su sueldo con nuestros impuestos.  Así de sencillo se plantea.

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