lunes, 24 de marzo de 2014

Niebla.

Aquella vez que crucé la montaña tenense, recorriendo la Quebrada La Honda, me di cuenta del maravilloso paisaje que impone la niebla, en esta bellísima provincia.  Llegué a casa embarrado, al igual que todos mis compañeros, pero la experiencia de sentir ese valle, generalmente cubierto de agua en suspensión, fue impagable.

También he sentido la niebla en casa, especialmente en días muy fríos.  Me alegra sentirla, me alegra verla.  Se tiene cuidado con ella, claro.  Pero igual, convierte de tajo el cálido paisaje de esta meseta en un paisaje bucólico, perfecto para aquellos que quieren evocar los momentos felices que se han vivido en este poblado.

En La Mesa, he tenido la curiosidad de descender caminando junto a un amigo desde el oriente del poblado (donde queda el sector de Los Naranjos) hasta el centro, viendo cómo la niebla se desvanecía conforme avanzábamos hacia el occidente, mientras allá en el oriente, se mantenía.  Nos sorprendimos, y empezamos a sentir un poco la brisa cálida que proviene de las tierras del Sol, hasta regresar a casa.

Donde he vivido mejor la niebla, es en aquellos trayectos que separan La Mesa de Mosquera, camino a la capital.

Hay días en los que no se puede ver absolutamente nada, la visibilidad es tan limitada que genera cuidado a la hora de conducir.  Los buses deben andar con mucho cuidado, los camiones también.  Adelantar así es misión de héroes.

Pero lo mejor es ver el paisaje y la vida alrededor de la carretera.  Todos andan abrigados, las mascotas buscan un sitio cálido.  Hay algunas hogueras encendidas.  Hay bebidas calientes para todos.  Los árboles y la grama se mantienen impasibles, mantienen el equilibrio natural en este escenario.  Todas las plantas, reciben esa agua suspendida en el aire, para poder sobrevivir en esa montaña, deseada por algunos hombres para hacer caminos.  Los animales salvajes se refugian en la espesura de ese bosque, en sus nidos, en sus guaridas.  Y todo ese conjunto hace sencilla y maravillosa la vida en esta región.

Es por ello que me agrada mucho cruzar por ese Valle de la Niebla, la entrada a mi hermosa provincia.  ¡Invito a todos a viajar por ella!

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