lunes, 31 de marzo de 2014

Adiós, Marzo.

Hoy despido este mes, que suele ser el más álgido previo al mío.

Marzo se va, con la brisa fresca y otoñal que deja la corta y necesaria lluvia que cayó en la tarde sobre esta meseta, después de un día soleado y excesivamente caluroso.

Marzo debe irse, porque fue testigo de varios momentos tristes, amargos y nostálgicos que es necesario olvidar.

Marzo se ha ido, año tras año, por esas mismas razones, para volver con más fuerza.

Marzo se va, dejando muchas preocupaciones para Abril, que llega con la Semana Santa y el necesario descanso para reflexionar y recargar energías para lo que resta del semestre.

Marzo se va, dejando también bellos recuerdos.para mí.

Marzo debe irse, porque el ciclo de la vida lo exige.  Y volverá, porque el ciclo de la vida también lo añora.

Marzo me deja enfermo y preocupado por la salud de varios familiares.  Mi padre y mi abuelo, para ser específico.  Debo viajar a verlos.  Debo recuperarme del asunto del túnel carpiano a como dé lugar.  Debo terminar los trabajos que tengo pendientes.  Debo pagarle la deuda a mi amigo.  Debo salir de varias colecciones que tengo en lista de salida.  En fin...

Ah, Marzo...  Espero que vuelvas, pero no para traer malas noticias, ni malos recuerdos.  Solo trae felicidad, ¡por favor!

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