martes, 24 de marzo de 2015

Dormir.

Es necesario.  De veras.

La gran mayoría de seres vivos lo necesita.

Los humanos, casi por unanimidad, lo adoramos.

Dormir es una actividad donde el organismo se recupera del trajín diario y que de no cumplirse, el mismo organismo pasa factura.

En mi caso, creo que le heredé ese gusto a mi papá.  Duermo demasiado.

Trato de dormir lo mejor posible, y detesto que me despierten de golpe.

Por lo que he comentado en otros textos, mi reloj biológico se alteró, y en más de una ocasión, me he quedado dormido en horarios en los cuales no debería dormir, sobre todo por el cansancio.

Incluso, por el mismo tedio, me he quedado dormido en mi morada.  No me disgusta, pero realmente no debería.  Una revisión médica no me caería mal para resolver ese problema.  La tengo pendiente desde Diciembre, por un procedimiento que no me agrada mucho.  Lo que sé, es que algo de actividad en el día me ayudará.

También sé que no puedo retarme a pasar varios días despierto, me enfermaría gravemente.  Necesito mi espacio vital para recuperarme.  Y, bueno...  ¡Hay que saber dormir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si viene aquí a comentar, que sea para eso, no para armar pleitos. Si viene a otra cosa, váyase para su casita y deje que otros que sí tengan voluntad de comentar correctamente lo hagan.