viernes, 14 de noviembre de 2014

Quince años, quince historias: La Yupana.

Leonel Urrego Peña es un personaje bastante particular en la historia de la educación anapoimuna y cundinamarquesa, si me puedo extender.  Había llegado en 1993 al Colegio Departamental de Anapoima proveniente del Departamental Pío XII de Pacho, donde dictaba Matemáticas y Física, materias que no abandonó a su llegada a Anapoima.

Con su sentido del humor propio e inseparable de su personalidad, recibió a este servidor en su primer año de bachillerato, allá en Enero de 1994.  Con problemas varios y llamadas de atención hacia quien escribe, trató de forjar a un mejor ser humano, sin desconocer las capacidades propias.

Dejó este terruño hace varios años, por problemas varios con algunas personas de la comunidad educativa, incluyendo a Doña Myriam.  Aquí hizo su vida, reconstruyó una familia.  Tomó el camino de Oriente, y en uno de esos poblados donde el pan de sagú y la morcilla abundan, se afincó para continuar con su labor docente, encontrándolo en una ocasión muy especial, pues yo estaba laborando en uno de esos poblados.

Una sola cosa dejaría imborrable el recuerdo de este profesor.

En sexto, una de las primeras tareas del profesor Leonel era construir una tabla compuesta por dos láminas superpuestas y debidamente pegadas de cartulina, cartón cartulina o cartón paja, según las posibilidades de cada uno.  La lámina superior, debía tener unos agujeros cuadrados, no recuerdo cuántos.  El fin de esa tabla, era el de aprender a manejar sistemas numéricos -en especial, la famosa "base decimal" o los números naturales- llenando esos agujeros con granos de varias especies, llámense maíz, fríjoles, lentejas, que fue lo primero que aprendimos en ese sexto.  Esa tabla se llamaba la yupana.

Esa yupana, es un invento inca y significa en quechua "lo que sirve para contar" y a pesar de ser una extrañeza para muchos de nosotros, facilitaba la enseñanza y el aprendizaje de las operaciones matemáticas básicas.  Es un ábaco sin aros, a decir verdad.

Siempre llevaré el recuerdo de la yupana cuando recuerdo mi primer año de bachillerato, es el mejor recuerdo que tengo, independientemente de todos los problemas que tuve en ese año, que preferiría olvidarlos.  Por cierto, pese a un primer periodo regular gracias a unas malas notas -precisamente- en matemáticas, logré pasar ese primer año de bachillerato, cosa que no lograron varios de mis compañeros, lo cual lamenté en su tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si viene aquí a comentar, que sea para eso, no para armar pleitos. Si viene a otra cosa, váyase para su casita y deje que otros que sí tengan voluntad de comentar correctamente lo hagan.