domingo, 23 de noviembre de 2014

Quince años, quince historias: Mi banda.

Me salgo un poco del hilo de las historias para contarles algo que hizo parte de mi vida durante poco más de cuatro años, compaginándolo con mis estudios y con muchos conciertos y anécdotas que en algún momento serán contadas.

Así es, queridos amigos y amigas, me refiero a la grande y gloriosa Banda Municipal de Anapoima.

Compartiré una foto que nos tomaron en Octubre de 1999, unas semanas antes del Concurso Nacional de Bandas que se realiza en este poblado.  Cabe anotar que en ese día -un sábado- estrenamos los uniformes que vestimos para esa sesión fotográfica.


De izquierda a derecha, primera fila: Alexander Forero, Fabio González, Carlos Gómez, Alberto Sánchez, Fabio Rojas, Wilmer Pesellín, Yuberney Ruiz.
Segunda fila: Enrique Baquero, Ingrid Barbosa, Deicy Camacho, Daira Cifuentes, Paola Pachón, Manuel Riveros, Camilo Pérez, Carlos Suárez, John Espinosa.
Tercera fila: Jessica Bonilla, Paula Parra, Sandra Díaz, Maritza Pava, Lorena Flórez, Mary Luz Barbosa, Leidy Luna, Jorge Arias, John Baquero.
Cuarta fila: Pedro Ignacio Castro (director), Jairo Méndez, Alberto Peña, Héctor Montenegro, Jaiver Salamanca, Alberto Díaz, Franz Pesellín, Rafael Méndez, Andrés Garzón, Oswaldo Moreno.
Quinta fila: Tammy Peña, Shariffa Pesellín, Jonathan Villabón, Émerson Méndez, Héctor Ovalle, Luisa Peña, Óscar García, Héctor Munévar.
Faltan en la fotografía: Diego Rojas y Leonardo Romero.

Así estaba conformada la banda en ese entonces, queridos amigos.  Como alguna vez les conté, fui percusionista, pero me quedó el gusto por la música interpretada por este tipo de agrupaciones.

En ese mismo año, el maestro Pedro -que en gloria esté-, me felicitó por haber logrado la Distinción Andrés Bello, e incluso me felicitó por conseguir la beca en Girardot.  Muchos regaños me gané, algunos problemas tuve, pero este músico de corazón se formó gracias a él.

Había anunciado mi retiro en ese mismo Octubre, pero pudo más mi corazón y me quedé como integrante activo hasta Enero del 2000, dos días antes de la inducción en la Piloto.  Incluso ellos estuvieron en ese 26 de Noviembre amenizando esa ceremonia, hasta yo pedí piezas para que las interpretaran.

Extraño mi banda, extraño esos momentos de las tardes anapoimunas donde nos juntábamos para montar piezas de todo el repertorio universal, extraño los juegos, extraño los viajes.  Es una pena que por culpa de unos políticos insensibles, nos rompieran muchas ilusiones, culpándonos incluso de rebeldes y de sindicalistas.  A muchos el futuro no nos sonrió y terminamos alejados de algo que nos unió, la música.

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Anoche, me reuní con varios de mis compañeros para celebrar el Día de Santa Cecilia, santa patrona de los músicos.  Pasamos una deliciosa noche, aunque con cierto exceso de licor y de frío, pues había llovido lo suficiente en esas montañas anapoimunas.  Recordamos muchas cosas, nos divertimos, cenamos sancocho para combatir la borrachera, y bueno..., en la mañana terminó la fiesta para la mayoría de nosotros, pues yo tenía que cumplir con varios compromisos desde temprano, así que abandoné la fiesta a eso de las cuatro de la mañana.

¿Valió la pena ir esa noche a la fiesta?  Por supuesto.

Y ustedes, ¿pasaron un Feliz Día de Santa Cecilia? 

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